Los estudiantes y anarquistas del Norte industrial son apenas la punta del iceberg de las protestas contra la globalización económica que se manifiestan esta semana en la capital checa, afirmó una organización no gubernamental británica.
En un informe titulado "Estados de inquietud: Resistencia a las políticas del FMI en países pobres", difundido este lunes, el Movimiento de Desarrollo Mundial (WDM) reseñó 50 episodios de protesta sin relación entre ellos en 13 naciones del Sur en desarrollo desde diciembre del año pasado.
El periodo considerado comenzó después de las protestas desarrolladas durante la III Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio, que se celebró en la ciudad de Seattle, Estados Unidos, y terminó sin acuerdos.
El estudio del WDM, organización con sede en Londres, se publicó en vísperas del comienzo formal este martes de la reunión anual del FMI (Fondo Monetario Internacional) y el Banco Mundial, que se realizará en Praga y será acompañada por masivas protestas.
El WDM consideró que que numerosos medios de comunicación se equivocan al identificar a los promotores de esas protestas como estudiantes y anarquistas de América del Norte y Europa.
"Un amplio y profundo movimiento se ha formado durante años en el Sur en desarrollo, sin ser tenido en cuenta por la mayoría de los medios de comunicación", aseguraron los autores del estudio, Jessica Woodroffe y Mark Ellis-Jones, en la introducción a su informe.
"Millones de personas en el mundo han tenido el valor necesario para protestar contra las políticas del FMI. Desde Argentina a Zambia, granjeros, religiosos, maestros y sindicalistas han demandado el cese de las reformas económicas impuestas por el FMI", indicó Woodroffe en una declaración.
Los intentos del Banco Mundial y el FMI de desacreditar a los participantes de las protestas al presentarlos como estudiantes ricos son "ingenuos e insultantes", enfatizó.
Es significativo que las protestas estudiadas en el informe hayan ocurrido luego de que el FMI anunció nuevos compromisos en materia de reducción de la pobreza, en su reunión anual de septiembre del año pasado, indica el informe.
"La profundidad de la oposición (de los activistas del Sur en desarrollo) revela que el FMI deberá recorrer un largo camino para que su retórica acerca de la reducción de la pobreza sea considerada algo más que una operación de imagen", añadió.
Según el WDM, la policía antidisturbios o los soldados fueron desplegados contra más de la mitad de las 50 movilizaciones de protesta analizadas en el informe, en un cálculo al que los propios autores consideraron conservador.
Diez personas murieron y más de 300 fueron heridas en esa represión, señaló la organización.
"Millones de personas en el mundo consideran que las políticas del FMI afectan en forma negativa a sus gobiernos nacionales, al forzarlos a adoptar un 'vestido de talle único' para el desarrollo económico" sin tener en cuenta sus características particulares, comentó Woodroffe.
El informe sintetiza los elementos comunes de los paquetes de reforma impulsadas por el FMI, conocidas como programas de ajuste estructural.
Esos elementos incluyen, según el WDM, reducción del gasto del gobierno mediante despido de empleados públicos declarados excedentarios, congelamiento de salarios y disminución de partidas presupuestarias para salud, educación y otros servicios sociales.
También figuran en el paquete la privatización de empresas públicas, que conduce a despidos masivos no acompañados de servicios adecuados de seguridad social, y eliminación de servicios no rentables en áreas remotas o pobres de cada país.
Otros elementos de los programas de ajuste son, en algunos casos, devaluaciones y promoción de las exportaciones, que conducen a un gran aumento del precio de las importaciones, y medidas que acentúan la dependencia de los mercados internacionales de productos básicos, aseguró el WDM.
Los países en desarrollo aún están atrapados en una relación de dependencia que con las instituciones financieras internacionales y los gobiernos donantes, indicó el grupo británico en su informe.
El estudio detalla situaciones en diversos países en desarrollo que muestran la profundidad de la oposición a la implementación de "políticas de liberalización que los perjudican".
En Bolivia, el descontento por la privatización de los servicios de agua y el aumento de los precios derivó en protestas calljeras que reclamaban el fin de las negociaciones con el FMI. Seis personas murieron en los disturbios y el presidente se vio obligado a declarar estado de emergencia.
En Ecuador, unas 3.000 personas ocuparon el parlamento en enero mientras otras 10.000 protestaban afuera contra políticas del gobierno a las que identificaban con el FMI.
En Paraguay, cientos de personas realizaron en junio un paro general de 48 horas contra la privatización de las empresas estatales de teléfonos, agua y ferrocarriles, medidas incluidas en un paquete de reformas acordado con el FMI.
En julio, el presidente de Nigeria debió afrontar un paro general contra la desregulación del sector petrolero y contra el aumento del precio del combustible, medidas también propuestas por el organismo multilateral.
En Brasil, más de un millón de personas votaron contra las reformas del FMI en un simulacro de referendum, y otros miles acompañaron la votación con una manifestación masiva a la que denominaron «El lamento de los excluidos».
El informe de WDM también da cuenta de protestas similiares realizadas en Colombia, Costa Rica, Honduras, Kenia, Malawi, Sudáfrica y Zambia, países donde «las políticas del FMI constituyen una amenaza a sus frágiles democracias».
Pero son los estudiantes y anarquistas europeos quienes hoy lideran las manifestaciones en contra de las reuniones del FMI y del Banco Mundial en Praga, que concluirán el día 28.
Unos 1.000 activistas participaron el domingo de una marcha organizada por una coalición de anarquistas checos, ambientalistas e izquierdistas que se oponen a la globalización de la economía.
«El propio FMI admitió que en las últimas décadas cerca de un quinto de la población mundial retrocedió en su nivel de vida, lo cual constituye uno de los grandes fracasos económicos del siglo XX, pero aún se niega a reconocer que su política de préstamos es parte del problema», sostuvieron integrantes de la coalición.
Los activistas organizarán esta semana una «contracumbre» en la que activistas de todo el mundo discutirán las alternativas al modelo de desarrollo de los organismos multilaterales.
La coalición, que se presenta como la principal organizadora de las protestas, convocó a sus partidarios a «hacer silbatinas, golpeteos y ruidos de toda clase» durante las reuniones del FMI y el Banco Mundial en Praga.
«¿Se imaginan a los delegados sin poder concentarse durante la reunión por el incesante ruido afuera? Imaginen su sorpresa cuando vuelvan a su hotel y comprueben que las silbatinas continuarán durante toda la noche», dijeron miembros del grupo activista.
El domingo también 1.000 personas participaron en una una protesta paralela organizada por la campaña Jubileo 2000, que exige la condonación de la deuda para los países más comprometidos.
Los activistas afirman que 19.000 niños mueren en el mundo cada día debido a que los países en desarrollo deben destinar grandes cantidades de dinero para pagar la deuda externa en lugar de invertirlos en gasto social. (FIN/IPS/bk/sm/mp-rp/mj/if dv/00