La Cumbre del Milenio, que se celebrará la próxima semana en Nueva York, debe hacer suyo el concepto de «comercio justo» como una de las bases del nuevo orden mundial, según la consulta ciudadana que se realizó en Chile con motivo de esta cita de gobernantes.
El presidente de Chile, Ricardo Lagos, incorporará las demandas de esta consulta ciudadana en su intervención ante la cumbre, cuyo objetivo es proponer a la Organización de Naciones Unidas (ONU) las bases de un nuevo orden mundial.
Lagos será uno de los primeros oradores, el jueves, en la reunión de jefes de Estado y de gobierno que se prolongará hasta el viernes, convocada por el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Los representantes de la sociedad civil chilena dieron a conocer este viernes las conclusiones de la consulta, realizada el 24 de agosto, que fueron entregadas el jueves al viceministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz.
En la consulta, que se efectuó en la sede de la Cancillería chilena, participó un centenar de dirigentes ambientalistas, indígenas, sindicales, juveniles y de otras organizaciones sociales tanto de Santiago como del resto del país.
La iniciativa congregó asimismo a representantes académicos, de grupos religiosos y a funcionarios gubernamentales, quienes analizaron los temas de la Cumbre del Milenio con los representantes ciudadanos en cinco comisiones de trabajo.
El documento contiene propuestas sobre «el papel de la ONU para el siglo XXI en los temas de pobreza, educación, salud, comercio justo, sustentabilidad, democratización de las Naciones Unidas y participación ciudadana», señaló la Alianza Chilena por un Comercio Justo y Responsable.
Esta organización, que organizó la consulta, surgió a comienzos de la década del 90 a través de la Red para una Iniciativa de los Pueblos, contraparte de la Iniciativa para las Américas del entonces presidente estadounidense George Bush.
En la consulta se planteó que el actual orden mundial, caracterizado por la unipolaridad, la globalización y la creciente influencia de las transnacionales, «se ha puesto por encima de los derechos ciudadanos universales, consignados en la carta fundacional de la ONU».
La Organización de Naciones Unidas debe reasumir el control de las instituciones financieras internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, así como de la Organización Mundial de Comercio, señala el documento.
«Para ello, la ONU debe recoger el concepto de 'comercio justo', que incorpora elementos valóricos fundamentales para las relaciones económicas y el desarrollo en el nuevo milenio», subrayó Coral Pey, coordinadora de la consulta.
Estos elementos son el acceso igualitario a los mercados, la equidad, la participación democrática, la discriminación positiva hacia los más pobres, la cooperación y la solidaridad, tanto dentro de las naciones como en el marco mundial.
Sobre la base de esas consideraciones, las organizaciones ciudadanas de Chile elevarán a través de Lagos un conjunto de propuestas a la cumbre convocada por la ONU.
En materia de empleo se plantea convalidar universalmente los principios y recomendaciones de la Organización Mundial del Trabajo para posibilitar la libre organización del mundo laboral y su capacidad de negociación colectiva.
«Chile, en el concierto de las naciones, debe unir su voz a un gran llamado a la solidaridad con los migrantes y la protección de sus derechos», plantea el documento respecto de los movimientos de población forzados por razones políticas o económicas.
En materia de comercio y desarrollo, las organizaciones chilenas abogan por una regulación de los flujos de capital y apoyan en ese sentido el llamado «impuesto Tobin», que apunta a gravar las operaciones especulativas para financiar proyectos sociales y humanitarios.
En ese mismo ámbito, la consulta postuló que frente a la creación de bloques económicos y la globalización deben cristalizarse nuevas formas de acuerdos comerciales, que incluyan los aspectos sociales, políticos, educativos y culturales.
Bajo el lema de «un mundo sin temor», se plantea fortalecer la defensa de los derechos humanos en todos los países con la creación de Defensorías del Pueblo (Ombusman) y de comités de vigilancia que supervisen el cumplimiento de acuerdos internacionales.
«Chile debe impulsar en la ONU un proceso de reducción gradual del gasto militar», postula el documento, que califica de «inaceptable» el actual volumen mundial de compras de armas.
Con el fin de lograr el desarrollo sustentable se deben crear espacios de participación e incidencia ciudadana en las decisiones que afectan la sustentabilidad, desde los niveles locales, nacionales, regionales y en el sistema de la ONU.
El papel fiscalizador en esta materia de la sociedad civil requiere de la asignación de recursos a ésta y en un ordenamiento jurídico coherente, que unifique las normativas ambientales y sociales tanto en el espacio nacional como internacionalmente, según la propuesta.
«La ONU debe transformarse cada día más en la principal instancia de gobernabilidad mundial», plantea el documento de las organizaciones sociales chilenas.
Esta gobernabilidad mundial, agrega, «debe estar regida por los principios del humanismo y la búsqueda de la equidad», que se deben incorporar al Derecho Internacional, indica también la propuesta a la Cumbre del Milenio. (FIN/IPS/ggr/mj/dv/00