DERECHOS HUMANOS-INDIA: Intocables, la marginación incesante

La postergación de los «intocables» («dalits»), la casta más marginada por la religión hindú mayoritaria en India, podría agravarse debido a la liberalización económica iniciada en 1991.

Durante decenios, los intocables han sido beneficiados por el sistema de acción afirmativa establecido por la Constitución, que les reserva una cuota de 15 por ciento de los empleos públicos.

Organizaciones que representan a los más de 100 millones de intocables reclaman medidas que les permita sacar provecho del proceso de liberalización económica, pues temen que al influjo de la globalización desaparezcan de muchos de sus empleos en este país de 1.000 millones de habitantes.

«En momentos en que los 'dalits' luchan por cubrir la cuota de 15 por ciento, la privatización de las principales empresas públicas y el retroceso del Estado representa una amenaza», dijo P. L. Mimroth, secretario general de la Sociedad de Postergados por Justicia Social.

Pero apenas ocho por ciento de los empleos en el gobierno y en las empresas estatales son, en efecto, cubiertos por intocables. Los dirigentes de organizaciones de intocables atribuyen esta situación a la falta de oportunidades que sufren en los centros universitarios de enseñanza.

Ochenta por ciento de la población india profesa la religión hindú, dominante también en el Partido Bharatiya Janata al que pertenece el primer ministro Atal Bihari Vajpayee. Catorce por ciento de los indios son musulmanes, 2,4 por ciento, cristianos, dos por ciento, sijs, y 0,7 por ciento, budistas.

La acción afirmativa «dio a los dalits cierta movilidad y fuerza, pero no tanta como sería deseable», dijo Mimroth. Los tribunales han intervenido para asegurarse de que los puestos de trabajo reservados por la Constitución a los intocables no sean ocupados por integrantes de las castas superiores.

Los empleos en el gobierno, a pesar de que los salarios en el sector privado son superiores, continúan teniendo gran demanda, pero los nueve años de reformas económicas iniciadas por el gobierno anterior, a cargo del Partido del Congreso, cambian con rapidez la naturaleza del mercado nacional de trabajo.

Los indicadores de desarrollo humano respaldan las quejas de los intocables, que aún no cuentan con los medios para sacar provecho de la liberalización económica ni de la revolución tecnológica.

Cincuenta y tres años después de la independencia de la corona británica, poco más de un tercio de los intocables indios saben leer y escribir. Mientras, el alfabetismo en el país asciende a más de 50 por ciento.

El gubernamental Consejo Nacional de Investigaciones Económicas Aplicadas reveló el año pasado que el ingreso promedio de los hogares de intocables es de menos de 450 dólares anuales.

«Con esos ingresos, los intocables no pueden considerar ni siquiera la posibilidad de acceder a una educación básica, para no hablar de encontrar un lugar en la sociedad basada en el conocimiento que el gobierno dice construir», dijo Mimroth.

«Lo que necesitamos no es sólo una mayor parte de los recursos estatales, que de todos modos están escaseando, sino una oportunidad de participar en la nueva economía de mercado», dijo el dirigente de los intocables.

El gobierno debería ayudar a los dalits que deseen sumarse a la revolución tecnológica y a las pujantes empresas e institutos privados de enseñanza del sector, agregó. Los empresarios intocables también podrían recibir créditos con tasas de interés reducidas, sostuvo Mimroth.

El dirigente recomendó al gobierno usar los 2.500 millones de dólares que prevé recaudar en la venta de parte de sus acciones en aerolíneas, bancos y empresas de industria pesada para ayudar en el adiestramiento de los intocables.

El país ganará si se asegura una mayor participación de los dalits en la economía de mercado, dijo el analista político Pratap Bhanu Mehta.

Mehta acusó a las reformas económicas de India por no beneficiar a los sectores más débiles de la sociedad. El plan de reformas económicas fue lanzado en julio de 1991 por el hoy opositor Partido del Congreso cuando estaba a cargo del gobierno.

Los observadores atribuyen la caída del Partido del Congreso, que gobernó al país desde 1947 hasta 1997, a la pérdida del respaldo de los más pobres, que percibieron en las reformas económicas proyectadas un intento de privilegiar a los más ricos.

Incluso sectores del Partido Bharatiya Janata, al que pertenece el primer ministro Atal Bihari Vajpayee —quien lanzó la segunda fase de las reformas— están descontentos con la política de desarrollo aplicada por el gobierno. (FIN/IPS/rdr/mu/mj/hd dv/00

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