La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) inició hoy en la capital de Venezuela su segunda cumbre de jefes de Estado y de gobierno en 40 años de historia decidida afrontar nuevos desafíos, incluida la estabilización del mercado.
«El mundo en el cual nació y dio sus primeros pasos la OPEP ha cambiado radicalmente», recordó el presidente de Argelia, Abdelaziz Bouteflika, al inaugurar la cumbre este miércoles en Caracas, bajo el signo de un mercado petrolero agitado por la volatilidad de los precios.
Argelia había sido sede de la única cumbre realizada por la OPEP, y Bouteflika aclaró que si bien sus objetivos de 1975 se mantienen vigentes, en los nuevos tiempos la organización «debe reforzar sus métodos de acción», entre otras razones, para «fortalecer su credibilidad».
La segunda cumbre de la OPEP fue convocada por el presidente venezolano Hugo Chávez con el fin de «relanzar» la organización, según él mismo reiteró en el acto inaugural que compartió con Bouteflika. Chávez propuso que eso deberá ocurrir «en un mundo azotado más que nunca por la desigualdad».
El objetivo formal de esta reunión es actualizar los objetivos de la organización fundada el 14 de septiembre de 1960 en Bagdad, pero la intención de los gobernantes de hablar sobre el futuro se ha visto contaminada por la creciente preocupación mundial sobre los precios.
La contingencia de elevados precios en un mercado mundial caracterizado por la volatilidad, y las presiones del mundo industrializado para que la OPEP aumente su oferta petrolera, han influido sobre la naturaleza de esta reunión donde se habla frecuentemente del costo del barril de crudo.
«No estamos detrás de una escalada sin límites del precio del petróleo», aclaró Chávez, aunque recalcó que la organización también desea impedir que esos precios colapsen. El mandatario venezolano insistió en que la OPEP procura la estabilidad y los precios justos.
La inauguración de la cumbre fue precedida por una reunión de ministeros de Relaciones Exteriores, Energía y Finanzas en que se discutieron los detalles de una Declaración de Caracas que, según trascendió, quedó lista para el examen de los gobernantes desde este miércoles.
Algunos delegados adelantaron que la OPEP insistirá en la necesidad de estabilizar los precios petroleros, y ya se ha planteado el interés por un acercamiento con los países importadores, que podría tener una primera instancia el 17 de noviembre en Riad.
La OPEP recuperó influencia en los mercados en marzo de 1999, cuando sus países acordaron restringir la oferta para aumentar los precios. En poco más de un año, la cotización del barril de la cesta de la organización pasó de menos de 10 a más de 30 dólares.
Chávez advirtió este miércoles a sus pares que esa estrategia y su cumplimiento por parte de los miembros implicó una verdadera «resurrección» de la organización.
La expectativa internacional en torno de la cumbre de Caracas parece confirmar la recuperación de la influencia de la OPEP, aunque sus miembros aprovecharon esta reunión para aclarar que no pueden bajar el precio petrolero debido a la especulación.
Además, enviaron un mensaje a los consumidores de los países industrializados, especialmente los europeos: el alto precio que pagan por los combustibles depende principalmente de los impuestos que les cobran sus gobiernos.
Chávez comentó que la relación entre los exportadores y los importadores de petróleo deberá ser beneficiosa para las dos partes.
La cumbre en Caracas reunió a seis gobernantes y cinco delegaciones de alto nivel de la OPEP, que debatirán sobre la renovación de su compromiso hasta este jueves. En el futuro, se espera que las reuniones de este calibre se realicen cada cinco años.
El encuentro es considerado como un triunfo para Chávez, un militar retirado ex comandante de paracaidstas. Se trata de un entusiasta defensor de la vigencia de la OPEP que convocó la cumbre hace más de un año, generando escepticismo entre sus críticos.
En agosto de este año, Chávez hizo una gira por todos los países de la OPEP para insistir en su invitación a Caracas.
En la inauguración de la cumbre, visiblemente satisfecho por la concreción del encuentro, consideró que la OPEP debe hacer frente luego de la reunión a «un nuevo camino, de la nueva historia, del nuevo siglo». (FIN/IPS/lc/mj/if ip/00