El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, negó hoy que la OPEP sea «culpable» de los altos precios del petróleo en el mercado internacional, al inaugurar la segunda cumbre de la organización en esta capital.
«No podemos permitir que se nos señale como culpables», pues «somos víctimas de los desequilibrios» del mercado mundial y «los culpables están en otra parte», recalcó ante los restantes jefes de Estado y de gobierno de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) en su discurso de apertura.
«Nuestro pobre barril de petróleo» de poco más de 30 dólares es más barato que otros productos como el agua de manantial (97 dólares), la leche (150 dólares), el champú y salsa de tabasco, sostuvo Chávez.
El cognac es 30.000 por ciento más caro que el petróleo, añadió, si bien se abstuvo de comparar cuán extendido estaba el uso de estos dos productos. Sin embargo, el argumento le permitió insistir en la necesidad de un precio justo para «el barrilito de petróleo».
En el marco de esa comparación también mencionó las presiones que ha soportado la OPEP para que aumente su oferta con el fin de reducir el precio del crudo.
Chávez dijo haber recibido meses atrás el llamado de un poderoso presidente —a quien no mencionó, si bien la anécdota fue contada antes como una conversación con el estadounidense Bill Clinton—, quien le manifestó su preocupación por el elevado precio del barril de crudo.
El mandatario venezolano contó a sus pares de la OPEP que en ese momento compartió la preocupación, pero que, a su vez, le preguntó su interlocutor: «¿Por qué no hablamos de la deuda externa que también está azotando al mundo?».
«La OPEP es un instrumento de lucha por la justicia», afirmó el mandatario, quien con la celebración de esta reunión en Caracas consolida una posición de liderazgo dentro de la organización, según analistas petroleros.
En marzo de 1999, cuando los precios petroleros habían caído a niveles sin precedentes en más de dos décadas, la OPEP recuperó su influencia sobre los mercados al imponer entre sus miembros una disciplinada política de restricción de la oferta.
Chávez, quien acababa de asumir el poder en este país sudamericano, convirtió a Venezuela, otrora el país más incumplidor de las cuotas dispuestas por la OPEP, en el más cumplidor.
La cumbre fue convocada para «relanzar» la OPEP frente al siglo XXI, recordó Chávez en la inauguración de la cumbre. El mandatario ya había intercambiado opiniones con los otros gobernantes de la organización en agosto, cuando los visitó para invitarlos en persona a Caracas.
En Venezuela se reúnen seis jefes de Estado y de gobierno y cinco delegaciones de alto nivel. La Declaración de Caracas, que será firmada este jueves, se referirá al futuro de la organización, pero los debates preliminares han estado teñidos por la expectativa mundial en torno del alto precio del crudo.
En un año el barril de petróleo de la cesta de la OPEP pasó de menos de 10 dólares a más de 30. Durante el 2000, la organización acordó subir su oferta en tres oportunidades para disminuir la presión sobre el costo del barril, pero no fue suficiente para aliviar la preocupación de los países importadores.
Los países de la OPEP advirtieron en Caracas que la especulación aumenta artificialmente los precios, y destacaron que los impuestos que se cobran en los países industrializados constituyen el mayor costo para los consumidores, en especial los europeos.
Chávez plante estos argumentos hace meses, y ha dicho que considera «justo» el precio del petróleo. También ha recordado que las naciones industrializadas nunca se preocuparon por los países productores cuando el barril de crudo estuvo en sus niveles más bajos.
Sin embargo, «estamos dispuestos a conversar» con los principales importadores, aseguró, aunque aclaró que ese diálogo deberá plantearse «en condiciones de igualdad».
El discurso de Chávez fue coronado con un fuerte aplauso por parte de las 11 delegaciones presentes en la inauguración de la cumbre, en un elegante teatro de Caracas.
De acuerdo con portavoces de la OPEP, se espera materializar una reunión con los países importadores el 17 de diciembre en Riad. «Queremos cooperar, queremos conversar, queremos buscar soluciones», precisó el mandatario anfitrión. (FIN/IPS/lc/mj/ip if/00