El aumento de la brecha entre ricos y pobres, la marginación de Africa y el incumplimiento de los compromisos de la comunidad internacional con los países menos favorecidos son el denominador común de los planteos del Sur en desarrollo en la Cumbre del Milenio.
La cumbre inaugurada el miércoles en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) terminará este viernes y tiene previsto adoptar una Declaración del Milenio que proyecte una visión global del siglo XXI.
Participan de la conferencia 99 jefes de Estado, 48 jefes de gobierno, cinco vicepresidentes y un príncipe heredero.
Entre los temas mundiales que tratará la cumbre se cuentan la pobreza, las guerras, la pandemia de sida y la distribución de los beneficios de la globalización con mayor justicia.
"La patente disparidad entre Norte y Sur es el tema más candente de todos los tiempos", destacó el presidente de Namibia, Sam Nujoma.
La ONU tiene un papel fundamental en la reducción de esa disparidad, y "ésta debe ser la cuestión principal de la Cumbre del Milenio", exhortó.
Lester Bird, primer ministro de Antigua y Barbuda, fustigó al Banco Mundial, al Fondo Monetario Internacional (FMI) y a los países industrializados por las injusticias económicas infligidas a las naciones pobres.
"Si bien 25 países fueron identificados por el FMI y el Banco Mundial para ser beneficiados a fines del 2000 con la tan publicitada Iniciativa para los Países Pobres Altamente Endeudados, ni uno solo ha recibido todavía una reducción efectiva de sus deudas", señaló.
"La agenda política y económica mundial está manejada por los gobiernos más poderosos. El Grupo de los Siete, integrado por Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña y Canadá, se ha arrogado no sólo la facultad de tomar decisiones por todo el mundo, sino también de imponerlas", dijo Bird.
"Y las decisiones de ese grupo son adoptadas en base a estrechas preocupaciones políticas nacionales, a expensas de los intereses más amplios del crecimiento de la economía global y la estabilidad política internacional", lamentó.
Incluso la ONU, "la depositaria de las más altas aspiraciones de la humanidad", ha sido marginada por los dictados de unos pocos, agregó.
El presidente de Colombia, Andrés Pastrana, manifestó que, en un mundo cada vez más globalizado, el comercio y las finanzas no pueden permitirse perder de vista al hombre y sus necesidades.
Subrayó que "en América Latina y el Caribe hay más de 200 millones de pobres que esperan compartir los beneficios del progreso y no podemos dejarlos atrás".
"Lo que pretendemos es crecimiento e igualdad social. Para ello, necesitamos cooperación internacional para financiar la red de protección social e invertir en capital humano e infraestructura", exhortó el mandatario colombiano.
"Necesitamos incrementar el flujo de comercio internacional y poner fin a las medidas proteccionistas de los países más ricos y desarrollados. Necesitamos soluciones justas y perdurables al problema de la deuda externa en nuestras economías", concluyó Pastrana.
El presidente de China, Jiang Zemin, destacó que la brecha entre el Norte industrial y el Sur en desarrollo, entre ricos y pobres, se está ampliando.
Observó que los países desarrollados poseen 86 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial y 82 por ciento de los mercados mundiales de exportación, mientras las naciones en desarrollo, donde habita la mayor parte de la población mundial, dispone apenas de 14 por ciento del PIB y 18 por ciento de los mercados.
Si no se produce un cambio fundamental en esa situación, será difícil evitar turbulencias en la comunidad internacional, promover el desarrollo económico para todos los países o lograr prosperidad a nivel mundial, advirtió Zemin.
En cuanto a Africa, los primeros meses del nuevo milenio no fueron auspiciosos, señaló Daniel Arap Moi, presidente de Kenia.
Además de graves sequías, Africa lucha contra graves desastres provocados por el hombre, en especial interminables guerras civiles que han revertido el escaso desarrollo logrado con sufrimiento a través de los años, dijo Moi.
"Sin embargo, la reacción internacional generalizada es de desconfianza hacia Africa, traducida en un recorte de las inversiones extranjeras", lamentó.
Quizás el alegato más fuerte en favor de Africa procedió no de un jefe de Estado de ese continente, sino del primer ministro británico Tony Blair.
"Hay una tétrica lista de fracasos en Africa por parte del mundo desarrollado que impacta y avergüenza a nuestra civilización", expresó.
"De los 44 países de Africa subsahariana, 21 están afectados por conflictos que erosionan los esfuerzos de desarrollo", pero "lo peor es que el año pasado murieron 10 veces más personas en Africa por causa del sida que en todas las guerras en ese continente", destacó Blair.
"En ninguna otra parte del mundo hay tanta gente que perece innecesariamente por inanición, enfermedades o conflictos. Se trata de muertes causadas por el hombre y no por la fatalidad, de muertes provocadas por malos gobiernos, rivalidades de facciones y corrupción", puntualizó.
Sin embargo, "hace 30 años, este mismo análisis deprimente se hubiera aplicado a partes de Asia y América Latina, y por lo tanto debe haber esperanza para Africa".
"Existe liderazgo político, oportunidades de negocios y, sobre todo, voluntad popular para un futuro mejor. Debemos ser socios en la búsqueda del cambio y la esperanza", instó Blair.
"Tenemos que usar esta cumbre única para un propósito concreto: iniciar un proceso de acuerdo sobre el camino de progreso para Africa", exhortó el mandatario británico. (FIN/IPS/tra-en/td/da/ego/mlm/ip-dv/00