Una organización intergubernamental de países en desarrollo criticó el informe a la Cumbre del Milenio del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, al cual consideró coincidente con opiniones e intereses dominantes en el Norte industrializado.
El Centro Sur, un organismo de investigación sostenido por 46 países, afirmó que el informe de Annan, titulado "Nosotros los Pueblos: La función de las Naciones Unidas en el siglo XXI", ignora los puntos de vista y las preocupaciones de las naciones del Sur en desarrollo.
El secretario general dio a conocer su documento en abril, con la intención de que sirviera de base para las discusiones que jefes de Estado y de gobierno sostendrán esta semana en Nueva York, durante la Cumbre del Milenio.
Otro informe reciente de Kofi Annan, acerca de la cuestión de la pobreza en el mundo y con propuestas para superarla, mereció también objeciones de representantes de gobiernos y de organizaciones de la sociedad civil.
Ese estudio sobre la pobreza, presentado durante la Cumbre Social realizada en Ginebra en junio, fue elaborado en colaboración con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), un bloque de países industrializados.
El Centro Sur extendió sus críticas a las agencias de la ONU, porque considera que ya no presentan en el plano internacional los análisis y opiniones prevalecientes en los países del Sur, como intentaban hacerlo en el pasado.
Ese vacío ha sido llenado en parte por comentarios críticos de un pequeño número de organizaciones no gubernamentales (ONG) muy activas del Sur y del Norte que defienden la causa de los países en desarrollo, afirmó.
El documento del Centro Sur, elaborado con análisis de expertos propios y comentarios de personalidades allegadas a la institución, fue enviado a Annan el fin de semana por el director de la institución, Vicente Sánchez, y concebido como un aporte a los países en desarrollo y el Grupo de los 77, que los representa en la ONU.
La organización intergubernamental sostuvo que la Cumbre del Milenio debe destacar la necesidad de dotar a la comunidad internacional de auténticas características de multilateralismo, pluralismo y democracia, y la de jerarquizar el desarrollo como principal desafío.
La actual hegemonía en el campo del pensamiento y la acción económicos y políticos no estimula el pluralismo ni el disenso, ya que los países de voces más sonoras en el apoyo a la democracia para todo el mundo hacen muy poco para favorecer su aplicación en el sistema internacional, lamentó.
La mundialización ha sido constreñida a un marco institucional, conceptual y político diseñado y aprobado por los gobiernos del Norte, que la representan como una especie de ley natural irreversible, opinó.
La ONU tiende a suavizar el contenido político de sus documentos que se ocupan de la naturaleza y de las consecuencias de la mundialización, afirmó.
La declaración del Centro Sur propone redefinir y rediseñar la mundialización, para liberarla del monopolio político, ideológico e intelectual ejercido por el Norte, a menudo en aras de intereses mezquinos.
Annan se explayó en la descripción de desafíos y dificultades para la comunidad internacional al comienzo del siglo XXI, pero fue cauteloso y prudente a la hora de relacionarlos con los sistemas, estructuras y tendencias mundiales que los originan, y no sugirió cómo superar esos escollos, señaló la organización.
Nada dice sobre la forma de alcanzar los loables objetivos y las ambiciosas metas que se propone, y las medidas prácticas sugeridas son útiles pero marginales desde el punto de vista político, y de importancia trivial en relación con la inmensidad del desafío, advirtió.
En el informe de Annan se atribuye la culpa del escaso desarrollo del Sur y de los problemas relacionados con él a los propios países afectados, en los cuales descarga la responsabilidad de superarlos, pero con recetas prescriptas desde el exterior, indicó.
Desde el punto de vista del Sur, el informe del secretario general es prepotente, porque jerarquiza la intervención armada y las sanciones contra los países en desarrollo, e impone de esa manera límites substanciales a sus soberanías nacionales, apuntó.
En el documento de Annan se dedica apenas un pie de página al programa de desarrollo internacional destinado a mejorar la situación económica mundial, y los países del Norte aparecen en él como figuras vagas, con pocas referencias a su responsabilidad en la solución de los problemas mundiales, abundó.
Otro de los defectos atribuidos al informe de Annan es que omite referencias a algunas de las funciones clave de la ONU y a su papel decisivo en el sistema de organizaciones internacionales.
El poder parece ser aceptado como el factor principal en el ordenamiento de los asuntos mundiales, comentó el Centro Sur
En los últimos años, la influencia de la actual ortodoxia y la homogeneización del pensamiento mundial han sofocado el análisis y el debate, y ese fenómeno se refleja en el documento del secretario general, alegó.
La Cumbre del Milenio ofrece una oportunidad de debatir muchas de las cuestiones fundamentales del mundo, para ayudar a clarificar la naturaleza de los desafíos que enfrenta la comunidad internacional, concluyó. (FIN/IPS/pc/mp/dv ip/00