CUBA: Castro desafía amenazas de arresto en EEUU

El presidente de Cuba, Fidel Castro, se propone viajar la semana próxima a Nueva York para asistir a la Cumbre del Milenio de la ONU, pese a presiones de exiliados cubanos que piden su detención en Estados Unidos por «crímenes contra la humanidad».

La cancillería cubana solicitó al gobierno estadounidense visados para Castro, para el presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, y para el canciller Felipe Pérez Roque, entre otros integrantes de una numerosa delegación.

Con motivo de la Cumbre del Milenio, que se celebrará del día 6 al 8, La Habana solicitó autorización para el sobrevuelo y el aterrizaje en el aeropuerto de Nueva York de dos aviones Il-62 de la compañía Cubana de Aviación, uno de los cuales requerirá, además, permiso de permanencia.

Washington negó esta semana el ingreso de Alarcón, quien debía participar en una reunión convocada por la Unión Interparlamentaria en la sede de la ONU (Organización de Naciones Unidas).

«Ahora todo depende de la actitud del gobierno de Estados Unidos si se repite o no la historia de Alarcón», comentó el Ministerio de Relaciones Exteriores, al confirmar que las autoridades de ese país fueron notificadas en las últimas horas de que Castro presidirá la delegación a la Cumbre.

La cancillería dijo además que el 21 de agosto, «de común acuerdo con el Departamento de Estado», fue coordinado el «programa de actividades y demás detalles pertinentes» entre representantes de la Dirección de Seguridad Personal de Cuba y del Servicio Secreto Federal y la Policía de Nueva York.

El anuncio resulta inusual dada la estricta reserva que suele rodear los viajes de Castro, quien en noviembre de 1999 prefirió no asistir a la conferencia ministerial de la Organización Mundial de Comercio en Seattle ante la posibilidad de que Estados Unidos le negara la visa, que ni siquiera llegó a solicitar.

«No quería ser sometido a esa humillación», señaló el presidente cubano en carta al diputado estadounidense Jim McDermott, promotor de la visita, en la cual aseguró, además, que resultaba «incuestionable el complot que con el apoyo del Departamento de Estado se llevaba a cabo» contra su viaje.

En esa ocasión, exiliados cubanos en Miami pretendían que Castro fuera arrestado y juzgado en Estados Unidos por el derribo en febrero de 1996 de dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate que, según Cuba, habían violado su espacio aéreo. Tres ocupantes de las avionetas murieron en el incidente.

Un argumento semejante fue esgrimido ahora por Lincoln Díaz Balart, legislador republicano de origen cubano que pretende el arresto de Castro sobre la base de la Convención Internacional contra la Tortura, ratificada en Estados Unidos el 20 de octubre de 1994.

En caso de que el presidente cubano pise suelo estadounidense, «le ruego que ordene a la fiscal general (Janet Reno) que tome todos los pasos necesarios para detener, encausar y juzgar a Fidel Castro», pidió Diaz Balart en carta el presidente Bill Clinton.

«Puedo decir aquí, con toda responsabilidad, que no hay amenaza ni riesgo que sea capaz de asustar a nadie en este país», replicó el jueves en conferencia de prensa el canciller Pérez Roque.

El ministro había anunciado además que en 72 horas, a partir de ese mismo día, se tomaría una decisión respecto del viaje de Castro a Nueva York. El mandatario visitó por última vez esa ciudad en 1995, cuando asistió a los festejos por el 50 aniversario de la ONU.

Pérez Roque confirmó que la delegación cubana intervendrá en la tarde del día 6 en el plenario y que le corresponde participar en la mañana del siguiente día en la mesa redonda número 2, presidida por Polonia.

En opinión del canciller, entre los asuntos que la Cumbre no podrá obviar figuran la persistencia de un orden internacional injusto e insostenible y la pobreza crítica masiva.

«El propio informe presentado a la conferencia se refiere a más de 1.000 millones de personas que pasan hambre, especialmente en Africa», alertó el ministro cubano.

Los más de 150 líderes presentes en la cita de la ONU aprobarán una declaración que proyectará una visión del mundo del siglo XXI y con cuyo contenido coincide Cuba, si bien «no expresa» todas sus posiciones.

Para La Habana, la reunión de gobernantes debe marcar «un momento de impulso» al interés de Naciones Unidas por la promoción del derecho al desarrollo para los países del Sur, junto a su «inexcusable y decisivo papel en la preservación de la paz y la seguridad en el mundo».

Espera, así mismo, que la Cumbre cree un espacio propicio para discutir la «necesaria e impostergable» reforma que, en su opinión, requiere el foro internacional.

Pérez Roque fustigó a Estados Unidos porque en momentos de bonanza económica intenta rebajar su aporte al presupuesto de la ONU, a la que debe 1.800 millones de dólares.

«Cuba considera imprescindible una discusión sobre la necesidad de que Estados Unidos pague a tiempo sus aportes» al foro mundial, afirmó Pérez Roque, quien anunció que de viajar a Nueva York se reunirá con personalidades estadounidenses y de origen cubano.

«No tenemos reservas en tener estas reuniones que ya en el pasado hemos sostenido y son de gran utilidad» para el intercambio de información y puntos de vista, aseguró respecto de posibles encuentros con inmigrantes cubanos en Estados Unidos. (FIN/IPS/pg/mj/ip/00

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