Estados Unidos acusó a los gobiernos socialistas de China y Cuba de reprimir la libertad de cultos, en el informe sobre persecución religiosa en el mundo que divulgó el Departamento de Estado (cancillería).
El segundo informe anual de su tipo, publicado el martes simultáneamente en Nueva York y Washington, también subrayó los problemas de persecución religiosa en los estados comunistas de Corea del Norte, Laos y Vietnam, y en varios países musulmanes, sobre todo en Afganistán y Sudán.
Así mismo, el Departamento de Estado denunció las limitaciones existentes en Belarús, Rusia, Turkmenistán y Uzbekistán.
Pero Washington halló "mejorías importantes" en la libertad religiosa de Azerbaiján y Laos en el último año, lapso en el cual también mejoraron las relaciones bilaterales con Estados Unidos.
En Azerbaiján se anularon las órdenes de deportación y otras medidas contra clérigos y grupos de minorías religiosas, y al menos un funcionario fue sancionado por abuso de funciones.
En Laos, varios cristianos encarcelados por su fe fueron liberados después de las conversaciones celebradas entre el embajador Itinerante para la Libertad Religiosa Internacional, Robert Seiple, y funcionarios en Vientiane.
El informe anual surgió de una ley aprobada en Estados Unidos en 1998 luego de una prolongada y polémica campaña encabezada en su mayoría por legisladores de derecha preocupados por las denuncias de persecución contra cristianos en China, India y varios países musulmanes.
El proyecto de ley original incluía fuertes sanciones económicas y obligatorias contra los gobiernos infractores, pero la ley aprobada finalmente fue mucho más leve, debido a la oposición del gobierno de Bill Clinton y a los intereses económicos con grandes inversiones en China y en países árabes exportadores de petróleo.
En consecuencia, Clinton no está obligado a imponer sanciones a ninguno de los países nombrados por el informe del martes, algunos de los cuales ya sufrieron sanciones derivadas de otras leyes estadounidenses.
El informe clasifica a los gobiernos infractores en cinco categorías. Estas incluyen a los totalitarios y autoritarios que intentan controlar las creencias o prácticas religiosas y aquellos que estigmatizan ciertas religiones asociándolas con sectas peligrosas.
En la primera categoría, la de mayor represión a la libertad religiosa, se incluyen Afganistán, Birmania, China, Cuba, Laos, Corea del Norte y Vietnam.
El informe sostiene que el movimiento Talibán, que controla 90 por ciento del territorio afgano, persigue a la minoría chiíta, hasta el punto de asesinar a sus integrantes, y promulgó decretos en septiembre de 1999 contra la minoría no musulmana.
Birmania sigue "reprimiendo sistemáticamente" a las minorías, a las que obliga a convertirse al budismo, y a los monjes budistas que defienden los derechos humanos.
La situación en China se deterioró en el último año. Varios grupos religiosos, incluso Falun Gong y otros cultos llamados "heréticos" por el gobierno, además de protestantes y católicos, fueron sometidos a acoso, extorsión, detención, castigos físicos y encarcelamiento o "reeducación" en campamentos de trabajo.
También aumentó la represión contra budistas tibetanos y musulmanes, según el informe.
Cuba sigue controlando a las instituciones religiosas a través de la vigilancia, el espionaje y el acoso, a pesar de que se esperaba que mejorara la situación religiosa en el país después de la visita del papa Juan Pablo II hace dos años, agrega.
En la segunda categoría se incluye una mayoría de países musulmanes que, aunque no pretenden controlar a las minorías religiosas, no obstante aplican políticas para intimidar a algunos grupos religiosos o fomentar conversiones.
En Irán se acosó e incluso encarceló a integrantes de varias minorías, incluso baha'is, cristianos, musulmanes sunitas y judíos.
Así mismo, el Departamento de Estado acusó al gobierno iraquí de dirigir una "brutal campaña" de asesinatos contra dirigentes de la minoría chiíta.
En Arabia Saudita, un fuerte aliado de Estados Unidos, integrantes de la minoría chiíta siguen sometidos a discriminación política y económica, mientras no se permite a no musulmanes expresar su fe en público. El intento de convertir musulmanes a otras religiones se considera un crimen.
En Sudán, el gobierno musulmán sigue persiguiendo a las minorías religiosas, incluso cristianos, fieles de religiones tradicionales y musulmanes contrarios a la interpretación oficial del Islam, según el informe.
Serbia, Turkmenistán y Uzbekistán no son musulmanes pero también integran esta categoría de hostilidad estatal, para el Departamento de Estado.
El presidente serbio Slobodan Milosevic demuestra favoritismo por la iglesia serbia ortodoxa, aumentó la interferencia del gobierno turkmeno en la actividad religiosa y en Uzbekistán hay una "dura campaña" contra grupos islámicos no autorizados, a los que acusa de terroristas, agrega el informe.
En la tercera categoría se incluyen los gobiernos que no aplican leyes contra la discriminación o la persecución religiosa, como Egipto, donde hubo actos de violencia entre cristianos y musulmanes en enero, e India, donde los ataques contra las minorías religiosas, incluso los cristianos, se redujeron en el último año.
La violencia musulmana y cristiana aumentó en Indonesia, por otra parte, y en Nigeria, la violencia desatada por la adopción de la ley islámica en varios estados del norte se cobró cientos de vidas.
En la cuarta categoría, los gobiernos que aplicaron leyes discriminatorias contra minorías religiosas, se encuentran muchos estados de Europa oriental, como Armenia, Belarús, Bulgaria, Rumania y Rusia.
En Rusia se adoptó una ley que exige la inscripción de los grupos religiosos y, según el Departamento de Estado, "crea en la práctica una jerarquía de religiones". (FIN/IPS/tra-en/jl/aq/hd-cr/00