La proclamación de la «patria gay» en Chile, a través de un masivo y vistoso desfile, puso al descubierto divisiones dentro de la comunidad homosexual.
Rolando Jiménez, líder de una de las fracciones del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), repudió el miércoles la «patria gay», como expresión de un gueto que tiende a marginar a las minorías sexuales en lugar de propiciar su integración con plenos derechos en la sociedad.
La Segunda Marcha por el Orgullo Gay se realizó en Santiago el domingo 17 y reunió, según fuentes policiales, a unos 3.000 homosexuales, lesbianas y travestis, cifra que los organizadores elevaron a 5.000.
En cualquier caso, el desfile fue un éxito, ya que la primera versión de la marcha, realizada el 28 de junio de 1999 en coincidencia con la manifestación que, celebrada en numerosas ciudades de todo el mundo, reunió apenas a unas 600 personas.
Las organizaciones de minorías sexuales de Chile cambiaron este año la fecha al domingo 17 de septiembre para connotar la proclamación de la «patria gay» con el Día de la Independencia, que se celebra el 18 de septiembre.
La elección de este mes también implica un homenaje a 16 homosexuales muertos el 4 de septiembre de 1993 en Valparaíso, 120 kilómetros al oeste de Santiago, en el incendio de la discoteca Divine.
El incendio fue al parecer provocado, pero transcurridos siete años ni la policía ni los tribunales han aclarado su origen, recordó el escritor Juan Pablo Sutherland, principal organizador del desfiles.
Desde el próximo año, el 4 de septiembre será conmemorado como el día nacional de la dignidad homosexual, anunció Sutherland.
El desfile del domingo pasado cubrió seis cuadras de la Avenida del Libertador Bernardo O'Higgins, principal calle de Santiago, entre el palacio presidencial de La Moneda y la Plaza de Los Héroes.
Miles de espectadores se congregaron en el trayecto, atraídos por el colorido de un carro alegórico, la estridente música «soul» y las extravagantes vestimentas de los travestis, muchos de los cuales desfilaron en ropa interior.
La policía de Carabineros intervino sólo para impedir que los manifestantes desfilaran por los patios interiores del palacio de gobierno y controlar algunas riñas localizadas entre activistas homosexuales.
Hubo dos detenidos que pronto fueron puestos en libertad.
Los intercambios de golpes evidenciaron, en todo caso, fricciones entre activistas homosexuales que alcanzaron expresión en el desfile.
A ello se sumó el lunes el pronunciamiento de la fracción del Movilh que encabeza Jiménez, un ex militante del Partido Comunista a quien se considera uno de los líderes homosexuales chilenos más politizados.
Según Jiménez, la proclamación de la «patria gay» mostró a una comunidad homosexual «que usa y abusa del escándalo para lograr una buena cobertura de los medios de comunicación y que, en consecuencia, no es capaz de desarrollar un discurso político serio y responsable».
«Rechazamos la generación de 'patrias gay' o de cualquier iniciativa tendiente a marginar a los homosexuales a un gueto que es paralelo a la realidad del país», agregó el dirigente del Movilh.
Jiménez rechazó, además, agresiones contra travestis que practican el comercio sexual e impugnó a «organizaciones gays que hacen una asociación insensata y de débil estrategia política entre sida y homosexualidad, comercio sexual y homosexualidad».
Con estas posiciones, esos grupos hacen «el juego a sectores conservadores que se basan en estas temáticas para justificar la discriminación contra las minorías sexuales», agregó el dirigente.
Jiménez fue expulsado en 1995 del Movimiento de Liberación Homosexual y creó entonces el Movimiento de Liberación e Integración Homosexual, manteniendo la sigla del Movilh, disputada hasta ahora por ambas fracciones.
De acuerdo con proyecciones estadísticas, se estima que en Chile hay 1,5 millones de homosexuales y lesbianas, la inmensa mayoría de los cuales oculta su condición para no sufrir discriminaciones en el trabajo, la sociedad o en su propia familia.
La comunidad homosexual comenzó a ganar visibilidad en Chile tras el restablecimiento de la democracia en 1990 y hace tres años obtuvo un importante logro, cuando el Congreso legislativo aprobó una ley que despenalizó la sodomía.
En la actualidad las minorías sexuales plantean como otra reivindicación que se derogue el artículo 353 del Código Penal, sobre «ofensas a la moral», utilizado con frecuencia por la policía para arrestar a travestis.
En el desfile del domingo también se exhibieron pancartas en reclamo de una ley que posibilite los matrimonios entre homosexuales. (FIN/IPS/ggr/mj/hd/00