(Arte y Cultura) CULTURA-INDONESIA: Mala época para los titiriteros

El padre no dudó en vender su único auto para cumplir el deseo de su hija menor e incluir en su boda una representación a cargo de Ade Kosasih, uno de los titiriteros más famosos de Indonesia.

La hija de Udung Supriatna quedó encantada y también los invitados a la boda. Después de todo, los títeres conocidos como "wayang golek" son una de las formas favoritas de entretenimiento de los habitantes de la provincia de Java Occidental, cuya capital es Bandung.

Los "wayang dolek" consisten en títeres de madera tallados a mano y vestidos con ropas sencillas, como sarongs (túnicas) estampados o atuendos más complicados y llenos de adornos.

Hicieron su primera aparición en el siglo XI durante el reinado de Airlangga. Desde entonces, sus escenificaciones y argumentos no han cambiado mucho y, en su mayoría, proceden de la epopeya india "Mahabharata".

Los cuentos están tan arraigados en la cultura de la provincia que durante ocasiones especiales como bodas o "sunatan" (ceremonia de circuncisión), los invitados esperan ser regalados con actuaciones de sus personajes favoritos de los "wayang dolek".

Pero ahora, a pesar de su indeclinable popularidad, las actuaciones de los "wayang dolek" son cada vez menos en estos tiempos difíciles y el motivo principal es económico.

La experiencia de Supriatna demuestra que el espectáculo es muy costoso. No obstante, el ex jefe de aldea afirmó que los 1.250 dólares que debió pagar a Ade para tener sus títeres en la boda de su hija "fueron una ganga". Señaló que Ade era un amigo, de lo contrario le hubiera costado 1.850 dólares.

El salario mensual promedio en Yakarta oscila en los 180 dólares. Fuera de la capital baja a 62 dólares. Iwan Surwayan, un admirador local de los "wayang golek" comentó que sólo los ricos podían permitirse un titiritero de primera categoría.

Una actuación de "wayang doleng" necesita por lo menos 20 personas además del titiritero, muchas de ellas músicos. Un titiritero explicó que un porcentaje de las ganancias de cada espectáculo también se aparta "para los períodos que no hay actuaciones".

Los artistas sienten que cada rupia que cobran está bien ganada. El espectáculo puede durar horas y, casi siempre, trabajan toda una noche. También pasan mucho tiempo montando el espectáculo y luego guardando los títeres y otros elementos de la escenografía.

La leyenda dice que fue Sunan Kalijaga, uno de los "wali songo" (nueve santos), que creó el arte como medio de difundir el Islam en Nusantara, el antiguo nombre del archipiélago indonesio.

Los "wayang doleng", por lo tanto, son parte de un procedimiento sacro que incluso tiene un ritual de apertura realizado por el titiritero.

Para asegurar su continuidad, la Oficina de Arte y Cultura de la ciudad de Bandung procura que los espectáculos de "wayang doleng" sean más accesibles, subsidiando las actuaciones. Esas representaciones, además, debían dar posibilidades a los nuevos dalang.

Sin embargo, los funcionarios notaron que cada vez había menos espectadores. Los espectáculos fueron trasladados a la estación de radio del estado que, además, los puso en el aire.

Sin embargo, como señaló Juju Juanda, un operador radial, "sólo cuando titiriteros famosos como Asep Sunandsar Sunarya o Adew Kosasih montan la representación, la gente invade la sala".

Los aficionados son muy exigentes. "Una vez escuchamos en un espectáculo a un titiritero con voz estridente e inmediatamente nos marchamos", contó un adepto a los títeres.

Los aficionados también prefieren titiriteros que den justicia a los personajes, especialmente al de Dawala, un payaso conocido también como Cepot.

Juju explicó que "cada personaje tiene gestos estilos y expresión individuales, y cada uno posee una manera específica de bailar, expresarse y pelear, y los aficionados del wayang lo saben muy bien".

Sin embargo, un problema inquietante es que la población de titiriteros experimentados está disminuyendo. Un funcionario explicó que "sólo hay 53 titiriteros registrados aquí en Bandung. Hace algunos años eran centenares".

Juju piensa que el hecho de haber menos espectáculos de "wayang doleng" desalienta a los titiriteros, incluso a los más talentosos. "Hay días sombríos por delante…", comentó.

Juju cree que el arte podría adaptarse un poco al ritmo moderno, quizás condensando los prolongados relatos tradicionales para poder atraer a un público mayor.

Muchos sostienen que los espectadores de "wayang doleng" disminuyen porque la gente está cada vez más ocupada y no tiene tiempo para asistir a un espectáculo que dura muchas horas o toda una noche. (FIN/IPS/tra-en/ky/ccb/ego/aq/cr/00

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