La creación cultural vinculada a la guerrilla de Colombia aparece con fuerza a partir de la difusión lograda desde enero de 1999, cuando comenzaron las negociaciones de paz entre el gobierno y las FARC.
Un ejemplo de ello es el grupo de vallenato de Julián Conrado, que consiguió destacarse en diversos actos públicos realizados por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) en San Vicente del Caguán, cabecera de la zona desmilitarizada para el diálogo que abarca cinco municipios del sudeste del país.
Una de las actuaciones más conocidas de este conjunto de música típica colombiana fue en la audiencia pública realizada por la guerrilla con representantes del arte y la cultura a fines de agosto.
Conrado es comandantes de las FARC y participa en la Comisión Temática, conformada por ambas partes para sistematizar las propuestas tratadas en la mesa de diálogo y organizar las audiencias públicas con distintos sectores de la sociedad civil.
El músico guerrillero tiene el acento típico de los pobladores de la Sierra Nevada de Santa Marta, conocida en el mundo gracias a las canciones de Carlos Vives, y antes de ingresar a las FARC en 1983 ya era un reconocido compositor de vallenatos.
Los comienzos de su carrera musical se remontan a los festivales de vallenato que se realizaban en Colombia en la década de los 70, luego de ello se dedicó a componer para cantantes famosos además de grabar cuatro discos.
Desde que está en la guerrilla, Conrado produjo otros siete discos, que ahora comienzan a tener mayor difusión.
"Tengo influencia de la música vallenata y de la caribeña, por haber nacido en un puertito que está cerquitica de Cartagena, donde llegaba mucha música de Puerto Rico y Cuba", comentó Conrado a IPS.
Sin embargo, ahora compone utilizando los ritmos de todas las regiones colombianas.
"Puedo salir con un paseo vallenato o un pasaje llanero o una guaina, pero también hago una guajira o un son cubano", explicó el guerrillero.
Pero, además de la música de Conrado, la producción cultural difundida por las FARC también incluye obras de narradores guerrilleros, como la del comandante Gabriel Angel.
Al respecto, Conrado señaló que «no hay una cultura que esté por encima del bien y del mal».
«La cultura de la violencia que hoy existe en Colombia es impuesta y nosotros apostamos a una de paz que vaya al rescate de los sectores populares, por eso presentamos propuestas culturales en ese sentido", comentó.
En el marco de la audiencia pública con representantes del arte y la cultura colombiana se presentó el libro de cuentos «La luna», del guerrillero Gabriel Angel, quien aseguró que el mensaje debe estar acompañado de la calidad literaria porque sino no es literatura.
Angel explicó a IPS que "la literatura política a veces es panfletaria o fría y cuando comencé a escribir caía en eso, pero me daba cuenta que no estaba haciendo literatura».
Por eso «un día que estaba de guardia esbocé la estructura de un cuento, que escribí al otro día de un tirón, y vi que se acercaba a lo que yo quería", narró.
El escritor señaló que, si bien algunos de sus relatos se desarrollan en la vida guerrillera, incursiona en distintas temáticas.
"Obviamente que yo reivindico una lucha y una posición política, por algo estoy aquí, pero al momento de escribir el narrador está por encima del guerrillero", afirmó.
Por su parte, Julián Conrado recordó que Jacobo Arenas, uno de los fundadores de las FARC junto al actual jefe del grupo, Manuel Marulanda, ponía énfasis en la necesidad de una propuesta cultural desde la guerrilla.
"Arenas me llamó un día a su caleta, abrió una botella de vino y me preguntó qué hacia yo en la guerrilla. 'Aquí cualquiera se tira un discurso político y tenemos guerrilleros pa' que echen plomo a la lata, pero tú debes irte a grabar canciones', me dijo", recordó el músico.
También comentó que en principio se sorprendió por las palabras de Arenas, pero luego se dio cuenta del sentido y ahora cree que el trabajo cultural acerca la guerrilla a la población y ayuda a construir una identidad.
"La rica identidad cultural de nuestra nación es el mayor alimento para que Colombia entera pueda pararse con dignidad ante el mundo y dejar de ser la tierra del dolor", indicó Conrado.
El insurgente entiende que "la cultura debe democratizarse, masificarse para dejar de ser patrimonio exclusivo de una elite».
Añadió que invertir en cultura tiene consecuencias económicas favorables y "permite dignificar la labor de tantos colombianos talentosos que hoy trabajan con mucho esfuerzo sin ningún apoyo".
Conrado contó a IPS que está vinculado a sectores de izquierda desde 1965, cuando mataron en combate al sacerdote católico Camilo Torres, cofundador del Ejército de Liberación Nacional (ELN), segunda fuerza guerrillera de Colombia detrás de las FARC.
"Mi mamá me hablaba mucho de él, y antes de Eliecer Gaitán, líder liberal de los años 50. Cuando mataron a Camilo tenía unos 12 años, pero ya pensaba cosas sobre la injusticia", aseguró.
Conrado fue destacado por las FARC para "trabajar políticamente con la Unión Patriótica en la costa del caribe colombiano", mientras se desarrollaba el diálogo de paz entre la guerrilla y el gobierno de Belisario Betancourt en 1984.
"Ahí vi nuevamente a mi mamá y ella me echó (narró) un cuento diciendo que sabía que yo iba a ser de izquierda porque cuando estaba en la barriga (vientre) siempre me acomodaba del lado izquierdo y cuando nací solo mamaba de la teta izquierda", contó el guerrillero.
Justificó su participación en la guerrilla asegurando que en Colombia "para la izquierda no hay otra opción".
"Tomé el camino hacia la guerrilla cuando empezaron a matar a los compañeros que me habían acompañado en unas luchas por meras reivindicaciones sociales. Entonces llegué a la conclusión de que en Colombia es más fácil organizar una guerrilla que una junta de acción comunal", sostuvo Conrado. (FIN/IPS/kl/dm/cr/00