Los países de América Latina y el Caribe son considerados destinatarios de intervenciones selectivas de Italia en favor de los sectores más pobres de la población y en el desarrollo de la pequeña y mediana empresa privada.
Italia participa en las grandes acciones que la comunidad internacional de donantes promueve activamente en defensa del ambiente, la educación y la lucha contra las drogas.
Aunque América Latina y el Caribe no constituye un área prioritaria de cooperación, Italia ha prestado particular atención a la diferencia social y de ingresos en la región.
En América Latina identificó tres subregiones: el Cono Sur, relativamente avanzado, tanto en el ámbito de ingresos como de desarrollo social, el área andina, y América Central y el Caribe.
En los países del Cono Sur, los recursos disponibles para donaciones han sido prioritariamente destinados a intervenciones de apoyo a la pequeña y mediana empresa privada, a través también de programas de cooperación universitaria.
Respecto a los créditos, en el ámbito de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), está en vigor una norma según la cual los países en desarrollo que se pueden beneficiar de ellos son sólo los de bajo ingreso, categoría en la se encuentran los del Cono Sur.
En los países andinos se ha tratado de reactivar las relaciones de cooperación, poniendo el acento en las ayudas alimentarias, la asistencia sanitaria, la protección del ambiente y la lucha contra las drogas.
En Perú y Ecuador, en particular, se ha concentrado en el financiamiento de algunas iniciativas de lucha contra la producción y el consumo de drogas.
También ha tratado de detectar proyectos que, creando cultivos alternativo, contuvieran elementos dirigidos a la protección del ambiente y la lucha contra la pobreza.
En América Central y el Caribe, los desastres naturales han exigido la intervención sobre todo a nivel de la seguridad alimentaria, en especial a través de una acción conjunta con organismos internacionales.
Italia ha apoyado los procesos de democratización, financiando los programas de desarrollo humano de la Organización de las Naciones Unidas y la participación de las organizaciones no gubernamentales (ONG) italianas en los sectores del desarrollo social integrado.
En este contexto, decidió apoyar el acuerdo de paz suscrito el año pasado por Ecuador y Perú, que puso fin a un conflicto limítrofe de más de medio siglo, con un proyecto que beneficiará directamente a unas 150.000 personas.
En este sentido, acogió la solicitud de ayuda internacional hecha por Lima y Quito para la creación de un Fondo Binacional que constituyeron para desarrollar su zona fronteriza, intensificar las relaciones y ejecutar en forma conjunta proyectos de desarrollo.
Italia "decidió intervenir porque los procesos de paz constituyen temas prioritarios para nuestra cooperación", dijo a IPS Eduardo Missoni, de la Dirección de Cooperación para el Desarrollo del Ministerio de Relaciones Exteriores.
"Si cada uno hubiera solicitado ayuda por su cuenta, incluso por los mismos motivos, no habría constituido un motivo políticamente adecuado para que Italia modificara sus prioridades", afirmó Missoni, quien realizó una visita a la zona limítrofe entre Ecuador y Perú.
Se trata de un proyecto de 5,5 millones de dólares, de los cuales cuatro millones se destinarán al sector salud y 1,5 millones a iniciativas de desarrollo rural y agrícola en la línea fronteriza que corresponde, en la parte ecuatoriana, a la provincia de Loja, y en Perú, al departamento de Piura.
En el aspecto agrícola, el proyecto dará apoyo al sistema de riego, en una zona donde se produce fundamentalmente arroz, y a la comercialización de productos agrícolas de los pequeños productores de los dos países.
En el área de salud se contemplarán dos sistemas distintos, uno peruano y otro ecuatoriano, con la constitución de un servicio de intercambio de información para seguir la atención de los pacientes cuando sean atendidos en un país y deban continuar el tratamiento en otro, explicó el experto.
Para esto, Italia fortalecerá los servicios de salud, desde un punto de vista estructural y de organización, a través de cursos de capacitación de personal, en ambos lados de la frontera.
Otro de los elementos fundamentales será la reestructuración del hospital de Macará, en la provincia de Loja, que se encuentra en muy malas condiciones y es un punto de referencia también para Perú, ya que un tercio de sus pacientes proceden de ese país.
La cooperación italiana reconoce el apoyo de las numerosas ONG presentes en América Latina.
Claudia Baratini, coordinadora de la ONG Archi Cultura y Desarrollo, consideró positivo que la cooperación de Italia en América Latina se dirija, además de los sectores más pobres de la población, a la promoción de la pequeña y mediana empresa,
"De esta manera no se trata sólo de programas asistenciales, sino de apoyo al desarrollo", arguyó.
Baratini criticó América Latina no sea considerada prioritaria, lo que revela que "siguen predominando los criterios macroeconómicos, razón por la cual una buena parte de la región queda fuera de los planes de desarrollo italianos por los índices que presenta".
Sin embargo, América Latina debería ser un territorio privilegiado para los proyectos de la cooperación italiana para reforzar, por ejemplo, los sistemas democráticos y evitar que esos países caigan de nuevo bajo regímenes dictatoriales. (FIN/IPS/jp/ag/dv/00