AMERICA LATINA: Banco Mundial pinta la pobreza y receta su cura

América Latina aparece coloreada de pobreza en los mapas presentados hoy por el Banco Mundial, con una caída de 2,4 por ciento del producto por persona en los dos últimos años y con 15,6 por ciento de su población sobreviviendo con menos de un dólar diario.

El organismo multilateral, señalado por expertos como uno de los responsables de la situación al recomendar políticas de ajuste económico, sugiere para salir del retraso una receta basada en la oportunidad, el potenciamiento y la seguridad, aunque advierte que el camino no es fácil.

El «Informe sobre el desarrollo mundial 2000-2001: lucha contra la pobreza» indica como fórmula para superar el problema el dar oportunidad para el empleo, los servicios, el crédito y la educación, y el potenciamiento de una interacción adecuada entre procesos políticos, sociales e institucionales.

El tercer punto del documento, divulgado simultáneamente este martes en México y otras ciudades del mundo, refiere a la seguridad o reducción de la vulnerabilidad frente a las crisis económicas, desastres naturales, enfermedades, discapacidad y violencia personal.

«Las instituciones internacionales deben escuchar y promover los intereses de los pobres. Estos son los principales protagonistas en la lucha contra la pobreza, y deben ocupar el primer plano en el diseño, aplicación y supervisión de las estrategias adoptadas para combatirla», señala.

El informe, con el subtítulo Lucha contra la Pobreza, incluye mapas que presentan a gran parte de América Latina, Africa y zonas de Asia con colores que los distinguen como regiones en que el ingreso promedio por persona está por debajo de los 755 dólares anuales.

En Asia oriental, la cantidad de personas que vivía con menos de un dólar por día bajó de 420 a 280 millones entre 1997 y 1998, a pesar de los reveses sufridos a causa de las crisis financiera nacida en el sudeste asiático en junio de 1997.

En cambio, en América Latina, Asia meridional y Africa del sur el número de personas pobres no ha dejado de aumentar, indica el Banco Mundial.

«La miseria persiste a pesar de que las condiciones humanas han mejorado más en el último siglo que en todo el resto de la historia de la humanidad, pero la distribución de estas mejoras ha sido extraordinariamente desigual», sostiene.

Luego describe que «el ingreso promedio en los 20 países más ricos (industrializados) es 37 veces mayor que el de las 20 naciones más pobres».

«Nuestro mundo se caracteriza por una gran pobreza en medio de la abundancia. De un total de 6.000 millones de habitantes, 2.800 millones viven con menos de dos dólares diarios y 1.200 millones con menos de un dólar por día», añade.

El Banco Mundial, en las más de 41 páginas de estadísticas incluidas en su informe, afirma que 15,6 por ciento de la población de América Latina sobrevive con menos de un dólar por día promedio.

Destaca los casos de Ecuador, Guatemala y Honduras, donde entre 20 y 40 por ciento de la población se encuentra en esa situación.

El informe también revela que 65 por ciento de la población de Haití vive bajo la línea de pobreza, el caso más grave, seguido de Guatemala con 57,9 por ciento, Perú con 53,5, Nicaragua con 50,3, Honduras con 50, El Salvador con 48,3 y Ecuador con 35 por ciento.

América Latina y el Caribe también aparecen en temas de educación y salud con cifras poco alentadoras frente a otras regiones del mundo.

En educación, los gobiernos latinoamericanos y caribeños destinan sólo 3,6 por ciento de su producto interno bruto, frente a 5,1 por ciento en Europa y Asia central, 5,2 por ciento en medio, este y norte de Africa, y 4,1 por ciento en el sur de Africa.

El gasto de los gobiernos latinoamericanos en salud es de 3,3 por ciento, inferior en un punto porcentual al de Europa y Asia central, pero muy superior al del sur de Asia, donde sólo se destina 0,8 por ciento.

América Latina y el Caribe presenta valores superior a los de Africa, donde la pobreza es generalizada, en casi todos los rubros, como analfabetismo, mortalidad infantil y materna, pero su relación con lo alcanzado por los países industrializados es aún importante.

«La pobreza es consecuencia de procesos económicos, políticos y sociales que están relacionados entre sí y con frecuencia se refuerzan mutuamente, lo que agrava todavía mucho más las privaciones que sufren las pobres», sostiene el Banco Mundial.

«En la pobreza también tienen gran influencia las normas, valores y costumbres sociales que, en el seno de la familia, la comunidad o los mercados, provocan la exclusión de las mujeres, de determinados grupos étnicos o raciales o de quienes sufren discriminación racial», agrega.

En esa materia, el informe advierte que en América Latina «la tasa media de escolarización de los grupos indígenas no llega en muchos casos a las tres cuartas partes de las que se observa en los grupos no indígenas».

La receta de oportunidad, potenciamiento y seguridad es la más adecuada para luchar contra la pobreza en todo el mundo, pero «no hay ninguna guía sencilla para su aplicación», señala el Banco Mundial.

«Los países en desarrollo deben preparar su propio repertorio de políticas para reducir la pobreza, en la que deberán reflejarse las prioridades nacionales y las realidades locales», sugiere.

«Las decisiones dependerán del contexto económico, sociopolítico, estructural y cultural de cada país, o mejor, de cada comunidad», añade.

Sin embargo, para que haya éxito en la lucha contra la pobreza es imprescindible «la actuación de la comunidad internacional y la cooperación para el desarrollo», indica el informe del Banco Mundial. (FIN/IPS/dc/dm/dv/00

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