TRABAJO-EEUU: Defensor de derechos afuera, infractor en casa

El derecho de los trabajadores a organizarse en sindicatos no se respeta en Estados Unidos, especialmente en el sector privado donde impera la cultura de la impunidad entre las empresas infractoras, denunció la organización Human Rights Watch (HRW).

Las compañías ignoran las leyes que garantizan los derechos de los trabajadores a sindicalizarse y el gobierno no sanciona a los patrones infractores, según HRW, la mayor organización defensora de los derechos humanos en este país.

Menos de 10 por ciento de los trabajadores del sector privado están sindicalizados, comparado con casi 40 por ciento en los años 50, según el informe divulgado poco antes del Día del Trabajo en Estados Unidos, celebrado el 4 de septiembre.

"La libertad de asociación es atacada en Estados Unidos, y el gobierno…no cumple su responsabilidad según las normas internacionales… para impedir esos ataques y proteger los derechos de los trabajadores", según el informe "Ventaja injusta: La libertad de asociación de los trabajadores en Estados Unidos según las normas internacionales de derechos humanos".

Washington debe proteger los derechos laborales si desea mantener su credibilidad en foros como la Organización Mundial de Comercio, ante la cual exhortó a los demás países miembros a aplicar los derechos laborales, señala HRW.

"La suerte está contra los trabajadores en Estados Unidos. El gobierno no puede obligar a otro país a mejorar sus normas laborales mientras él mismo las viole. Debería dirigir mediante el ejemplo", declaró el director de HRW, Kenneth Roth.

Como parte del proceso, la organización pide al gobierno, los sindicatos y las empresas que comprendan que los derechos de los trabajadores son básicos y reconocidos internacionalmente, y no sólo una herramienta usada por los sindicatos en las disputas económicas con los patrones.

El Congreso debe ratificar las convenciones internacionales que garantizan el derecho de sindicalización y los tribunales y organismos administrativos deben aplicarlas en sus tareas, insta HRW.

El informe se basó en investigaciones realizadas en todo el país y es similar a la crítica que hiciera la organización de la situación del trabajo infantil en el país.

En ese informe, divulgado en junio, HRW reveló que cientos de miles de niños que trabajan en la agricultura, algunos de hasta 12 y 13 años y la mayoría de origen hispano, lo hacen en situación de abuso e incluso de peligro.

Muchos trabajan hasta 18 horas diarias durante la cosecha y se exponen al envenenamiento por pesticidas, insolación y lesiones provocadas por herramientas de trabajo, según HRW.

Las leyes concernientes a los menores de edad que trabajan en la agricultura son menos rigurosas que las correspondientes a otros sectores económicos, aunque el derecho laboral de Estados Unidos prohíbe el "trabajo infantil opresivo", señaló el informe.

La libertad de asociación, expresada normalmente en la creación de sindicatos, es la base de los demás derechos laborales, como el derecho a negociar en forma colectiva con los patrones, de descanso y de huelga.

Las leyes de Estados Unidos reconocieron oficialmente esos derechos en los años 30 y crearon la Dirección Nacional de Relaciones Laborales (NLRA) para aplicar la ley e investigar y resolver violaciones a la misma.

Sin embargo, en las últimas décadas la NLRA no cumplió con sus objetivos originales, ya que no adoptó las debidas sanciones contra las empresas infractoras, según HRW.

Miles de trabajadores son despedidos o sufren otras represalias de la patronal por intentar organizar sindicatos en sus lugares de trabajo, a pesar de que la NLRA prohíbe a los empleadores castigar a los empleados que ejerzan el derecho a la libertad de asociación.

"La empresa que quiera resistir la sindicalización de los trabajadores puede alargar los procesos judiciales durante años, con el único temor de ser obligada a publicar un comunicado por escrito en el lugar de trabajo prometiendo que no repetirá su conducta ilegal y que le dará el salario atrasado al trabajador despedido", explica el informe.

En un caso, un trabajador despedido durante cinco años sólo recibió 1.305 dólares y 493 dólares adicionales en intereses otorgados por el tribunal.

Muchas empresas consideran que el pago del salario debido a los obreros despedidos por intentar sindicalizar a sus compañeros es un costo habitual en su ramo de negocios que bien vale la pena para librarse de los sindicalistas, señaló HRW.

La organización advierte que en las empresas infractoras reina una "cultura cercana a la impunidad".

En los años 50 los trabajadores que sufrían represalias patronales por sus intentos de sindicalización eran unos cuantos cientos al año. En 1998 esa cifra alcanzó los 24.000, precisó.

El retraso jurídico y las escasas sanciones no son la única forma en que se violan los derechos de los trabajadores, según el informe.

Así mismo, la ley le niega el derecho a organizarse y negociar colectivamente a millones de personas, incluso a trabajadores agrícolas, empleadas domésticas y contratistas "independientes" que en realidad dependen de un solo empleador. Estos pueden ser despedidos si intentan organizar un sindicato.

Ahora que las relaciones entre empleados y patrones es más compleja, el modelo de grupos fijos de empleados que trabajaban para un solo sindicato resulta anticuado, aunque era el más propicio para la negociación colectiva.

Las normas existentes también favorecen a los patrones a costa de los trabajadores. Por ejemplo, los empleadores pueden obligar a los asalariados a asistir a "reuniones de público cautivo" durante el horario de trabajo.

En esas reuniones se puede "prever" – pero no "amenazar", lo cual está prohibido por la ley- el cierre del lugar de trabajo si los empleados votan por el sindicato. Los sindicalistas no tienen el mismo acceso a los trabajadores.

Así mismo, los trabajadores no pueden participar de "boicots secundarios" para expresar su solidaridad con huelguistas de otros sindicatos.

En ese sentido, y para cumplir las normas internacionales, el gobierno debe aprobar nuevas leyes que aseguren el respeto pleno por el derecho de sindicalización, exhortó HRW. (FIN/IPS/tra-en/jl/aq/lb/00

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