El impacto de la crisis económica en el sistema de salud de Cuba puso de moda la medicina tradicional y natural, cada vez más utilizada entre una población de 11 millones de habitantes.
«Mi abuela nos daba infusiones cuando éramos niños y nos iba bien, así que, cuando empezaron a faltar medicinas, me acordé de sus enseñanzas", dijo María Caridad Rodríguez, de 60 años, cuando adquiría en la farmacia de su barrio un jarabe de naranja y otro de orégano, para curar los catarros de su nieto.
Rodríguez volvió a usar tilo cuando se siente nerviosa y no puede dormir. "Ya no necesito el diazepán y a una de mis hijas le sacaron una muela con acupuntura, en vez de anestesia, en la clínica dental del barrio", dijo.
Fuentes del Ministerio de Salud indicaron que alrededor de 20 por ciento de las personas asistidas en el sistema primario de atención reciben en la actualidad algún tratamiento o medicamento natural.
Sólo en Las Tunas, 694 kilómetros al este de La Habana, se realizaron en el primer semestre de este año más de 2.000 extracciones dentales con analgesia acupuntural, un método anestésico usado también con buenos resultados en hospitales de esa provincia.
De acuerdo con esas estadísticas oficiales, más de 327.000 pacientes fueron atendidos entre enero y julio en Las Tunas con procedimientos de la medicina natural y tradicional, una cantidad equivalente a 30 por ciento del total de personas que acudieron a consulta externa.
Según investigaciones sobre el tema, alrededor de 20 tipos de operaciones -de la región de cuello, extremidades, quistes de tiroides, hernias inginales, entre otras-, se pueden hacer usando analgesia acupuntural en vez de anestesia general.
La acupuntura llegó al país con los inmigrantes chinos y se unió a las tradiciones conservadas por los esclavos africanos y la población indígena, en una amalgama que sobrevivió al auge de la industria farmacéutica.
Las investigaciones realizadas revelan, por ejemplo, que inmigrantes chinos unidos al ejército independentista cubano a fines del siglo XIX usaron al parecer la acupuntura en los hospitales de campaña.
La tradición no se perdió, pero hasta hace unos ocho años, una madre que usara una planta medicinal para aliviar a su hijo antes de llevarlo a algún centro de salud se arriesgaba a ser recriminada por su médico, reconoció a IPS Leoncio Padrón Cáceres, Director Nacional de Medicina Tradicional y Natural del Ministerio de Salud Pública.
En opinión de Padrón, más que económica, la primera "gran razón" para desarrollar este tipo de medicina es científica, porque "todo recurso terapéutico tiene sus limitaciones" y los métodos naturales complementan los convencionales.
Pero fue a partir de 1992, dos años después de que Cuba perdiera sus mercados y fuentes de aprovisionamiento en el bloque socialista europeo, cuando oficialmente se comenzó a trabajar en un programa para recuperar el uso de plantas medicinales e incorporar tradiciones chinas.
"Nuestra medicina es de promoción de salud, encaminada a evitar que las personas se enfermen, y la medicina tradicional y natural nos ayuda mucho a ese objetivo", comentó Padrón, quien admitió que ésta es una alternativa absolutamente válida para países pobres.
Además, incorporar esos recursos significa aumentar la capacidad de los profesionales para resolver los problemas de la salud. No se trata de contraponerlos a la medicina convencional, sino integrarlos, subrayó.
De acuerdo a un programa aprobado en 1996, en la actualidad existen servicios de terapéutica tradicional y natural en prácticamente todas las policlínicas del país, además de que 60 por ciento de los 30.000 médicos de la familia (atención primaria) están capacitado para el uso de esos recursos.
Según Padrón, en cada uno de los 169 municipios de Cuba hay además centros para el desarrollo de la medicina tradicional y natural con funciones asistenciales y docentes, y para casos de mayor complejidad se crearon instituciones provinciales.
Desde hace unos cinco años, la medicina tradicional y natural es una especialidad y también se ha incorporado a los planes de estudio de las facultades universitarias. "La batalla se habrá ganado cuando tengamos capacitado al claustro", comentó.
Más de 1.000 establecimientos diseminados en el país se encargan de la producción de fito y apifármacos, que luego se comercializan en la red de farmacias, algunas de las cuales están dedicadas específicamente a la venta de productos naturales.
El programa cubano de medicina tradicional y natural ha contado con el asesoramiento de especialistas chinos en el caso de la acupuntura y con la colaboración de argentinos, italianos y mexicanos en homeopatía.
Cuba cuenta actualmente con un médico por cada 168 habitantes, 248 hospitales, 436 policlínicas, 12.000 consultorios, 166 clínicas estomatológicas, 12 institutos de investigación, 21 facultades, numerosos centros de postgrado y una escuela nacional de salud pública. (FIN/IPS/pg/ff/he/00