El presidente electo de México, Vicente Fox, inició hoy una gira por Canadá y Estados Unidos en procura de acuerdos para reducir la brecha de desarrollo que separa a este país de sus dos socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El mandatario electo visitará Otawa y Toronto, donde se reunirá con el primer ministro de Canadá, Jean Chretien, y con representantes de organizaciones no gubernamentales, y Nueva York, Washington y Dallas, donde verá al presidente Bill Clinton y a los candidatos presidenciales Al Gore y George Bush.
Fox espera exhibir buenos resultados de la gira que finalizará este viernes por los países socios de México en el TLCAN. Pero los analistas prevén que no obtendrá soluciones espectaculares para la larga lista de problemas existentes, sino apenas algunas promesas.
Si no se acorta la brecha que separa a Canadá y a Estados Unidos de México, no habrá desarrollo armónico en América del Norte, advirtió Fox antes de viajar.
Para que eso suceda deberán pasar muchos años, pues son abismales las diferencias en materia de salario, empleo, educación, vivienda y salud, entre otras.
El mandatario electo, que asumirá en diciembre, explicó que propondrá crear un fondo social a los tres países para apoyar a los más pobres, programar la apertura de fronteras a un plazo de cinco a 10 años y revisar los acuerdos trilaterales para actualizarlos a las circunstancias.
A pesar de ser socios de México en el TLCAN, Canadá y Estados Unidos le llevan una gran ventaja en materia de desarrollo económico, social, tecnológico, distancia sobre la cual germinaron problemas de migración, narcotráfico y pobreza.
Con Canadá, país con el que México registra un intercambio comercial de unos 6.000 millones de dólares anuales, no existen mayores problemas, pero con Estados Unidos, con el que el comercio supera los 250.000 millones de dólares al año, la agenda tiene dificultades.
El viaje de Fox, el segundo de carácter internacional desde que ganó la Presidencia el 2 de julio, permitirá a los gobiernos y empresarios de los países vecinos interactuar con el primer mandatario mexicano que en 71 años no pertenece al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La secretaria de Estado de Estados Unidos (canciller), Madeleine Albright declaró que su país está «fascinado» por el triunfo de Fox, pero que no adelantará jucio sobre las propuestas del presidente electo hasta escucharlo.
Albright posiblemente sea interlocutora de México sólo hasta diciembre, pues en enero Bush o Gore reemplazarán a Clinton en la Presidencia.
Por eso Fox se reunirá también con esos candidatos, quienes han prometido con algunos matices un acercamiento a México y desde allí a toda América Latina.
Con Estados Unidos, donde viven unos 21 millones de mexicanos inmigrantes o sus descendientes y cada año un millón más hace el intento de ingresar en forma ilegal, México tuvo en los últimos años múltiples acercamientos, pero también conflictos y diferencias, sobre todo en materia de narcotráfico y migración.
Más allá de las complicaciones, México recibe beneficios directos del buen momento que vive la economía de Estados Unidos, país que en 1995 aportó dinero, pero sobre todo respaldo político, para que el gobierno de Ernesto Zedillo saliera de una grave crisis financiera que repercutió en toda América Latina.
Uno de los motivos por los que la economía mexicana crece siete por ciento anual es que Estados Unidos goza de una etapa de prosperidad, apuntan los observadores.
De Estados Unidos procede el principal contingente de inversiones extranjeras en México, de unos 6.000 millones de dólares anuales. Cerca de 12.000 empresas radicadas en México cuentan con inversiones estadounidenses.
Fox se dirige a Canadá y Estados Unidos a presentar propuestas, pero sobre todo a buscar el «visto bueno» de los principales socios de México en el mundo, opinó el analista Jorge Fernández.
El periplo del presidente electo sigue a otro realizado a los países del Cono Sur sudamericano, región con la que prevé una relación especial y con la que procurará la firma de un acuerdo comercial.
Por su vecindad, intereses y problemas, México siempre estuvo viendo al norte y ahora dice que lo hará al sur, pero eso no es fácil para un país que tiene más de 80 por ciento de su comercio y sus principales problemas de narcotráfico y migración con Estados Unidos, sostuvo el columnista Gabriel Zaid.
Al igual que a nivel interno, en las ligas internacionales, el presidente electo promete acercamientos y consensos a todos a los países, ofreciendo ventajas, pero también en busca de beneficios.
Cuando asuma el cargo en diciembre se verá qué le depara el mundo real al Fox de las promesas y los consensos, apuntó el politólogo Esteban Loaiza. (FIN/IPS/dc/mj/ip if/00