KENIA: Batata es primer cultivo transgénico del país

Los científicos esperan que se refuerce la seguridad alimentaria de Kenia tras la creación de la primera batata de este país del Cuerno de Africa manipulada genéticamente para resistir a los virus.

La batata transgénica es producto de la colaboración de nueve años entre la trasnacional de la biotecnología Monsanto y el Instituto de Investigación Agrícola de Kenia (KARI), el principal de su tipo en el país.

Las autoridades estiman que el tubérculo estará en el mercado dentro de 18 meses, una vez que pase las pruebas de invernadero y de campo.

"Lo plantaremos en el campo en las próximas cuatro semanas bajo riguroso control para evaluar su eficacia y probar su impacto ambiental", informó Richard Kiome, director del KARI.

Kenia se convierte así en uno de los pocos países africanos en desarrollar elaboradas normas nacionales de bioseguridad. Estas permitieron a los científicos del KARI aprobar y facilitar en abril la importación de la batata transgénica de Estados Unidos.

La labor inicial de ingeniería genética fue realizada por los laboratorios de Monsanto mediante tecnologías resistentes a los virus.

Kiome explicó que Monsanto desarrolló una cobertura proteínica que otorga la resistencia a los virus y luego la donó sin costo alguno al KARI para que la utilice en su programa de mejora de la batata.

La batata es uno de los tubérculos más comunes y más distribuidos en Kenia como cultivo de seguridad alimentaria. Tiene gran aceptación en las comunidades rurales y dura mucho más después del procesamiento tradicional. Eso convierte al alimento en un cultivo ideal para almacenar en caso de sequía.

La sequía de este año hizo que la batata se convirtiera en uno de los principales cultivos de subsistencia para las comunidades rurales, sobre todo por el fracaso de las cosechas de arroz y maíz.

No obstante, la cosecha ha sido escasa debido a varias plagas y a un virus que habría causado una pérdida de 80 por ciento de la misma, según el KARI.

La cosecha anual de batatas se limita a un promedio de seis toneladas por hectárea, menos de la mitad de las 14 toneladas que se cosechan promedialmente en el mundo.

Las autoridades esperan que la batata genéticamente modificada resista el ataque de los virus e incremente el volumen de las cosechas.

"No creo que vivamos en este mundo para que se destruyan nuestros cultivos. Se nos dio el conocimiento para que la tierra tenga sentido", declaró el enviado especial de Estados Unidos Andrew Young, quien viajó a Kenia para promover el lanzamiento.

La manipulación genética es relativamente nueva en Kenia. Otros procesos biotecnológicos han sido muy utilizados en el cultivo del banano y la fresa.

El lanzamiento de la batata obligó al gobierno a manifestar su posición ante el uso de la biotecnología en los alimentos.

"La biotecnología no es un problema. La pobreza lo es", declaró Shem Adhola, alto funcionario del Ministerio de Agricultura.

"El reto es producir alimentos nutritivos y productos agrícolas en abundancia", agregó.

La agricultura es el principal puntal de la economía, representa 40 por ciento del producto interno bruto y emplea a más de 80 por ciento de la fuerza de trabajo en este país de 28 millones de habitantes.

La batata transgénica no es el único proyecto realizado entre el KARI y Monsanto. Otros son el algodón resistente a los insectos y el maíz resistente a la striga, una planta parásita que destruye hasta la mitad de las cosechas en el oeste y las zonas costeras del país.

Gestiones anteriores del instituto para fomentar la agricultura sustentable se vieron limitadas por la poca fertilidad de la tierra, escasas lluvias, plagas y enfermedades, además del alto precio de los insumos agrícolas.

Una lección derivada de la experiencia con la batata es que la ciencia debe ir de la mano con la educación de la población, dividida entre la campaña europea contra los alimentos transgénicos y sus propias necesidades alimentarias.

El reto de la ciencia es cambiar la actitud de la población para que aprecie los beneficios y se informe sobre los presuntos riesgos de esta tecnología. De esta manera tomará decisiones informadas sobre lo que come.

Después de la batata, los científicos esperan desarrollar más variedades de alimentos que respondan a las necesidades africanas.

El algodón transgénico es muy cultivado en Sudáfrica, el país líder en Africa en la investigación y producción de variedades manipuladas genéticamente.

Otros países, como Zimbabwe, participan en la investigación, pero aún no llegaron a la etapa de la comercialización. (FIN/IPS/tra-en/ja/sm/aq/dv/00

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