La colaboración internacional de Cuba en el campo de la salud, que llega a 13 países, logró reducir la mortalidad infantil en una zona de Guatemala y en Gambia, y podría suceder lo mismo en Haití, según informes oficiales.
Los proyectos de cooperación incluyen el asesoramiento para la apertura en septiembre de facultades de medicina en Gambia y Guinea Ecuatorial.
Uno de los programas, iniciado a fines de 1998, abarca la atención de unos 14 millones de personas, y en varios territorios hasta donde ha llegado ya logró reducir los índices de mortalidad materno-infantil, según datos oficiales.
Guatemala y Haití figuran entre los más beneficiados, con 469 y 448 profesionales, entre médicos, enfermeras y personal técnico, que en la mayoría de los casos prestan servicios en lugares alejados de los centros urbanos.
En Guatemala, con una mortalidad infantil de 43 por 1.000 nacidos vivos y donde anualmente fallecen 23.000 menores de cinco años, prestan servicio 469 colaboradores cubanos.
De acuerdo con el Ministerio de Salud de Guatemala, en el departamento de Alta Verapaz se logró ya un descenso superior al 50 por ciento en la mortalidad infantil gracias a la cooperación cubana.
Expertos en La Habana indicaron que Gambia, con 1,2 millones de habitantes, contaba sólo con 18 médicos hasta la llegada de los 154 profesionales cubanos, cuyo trabajo se refleja en un sensible descenso de la mortalidad infantil.
El presidente Fidel Castro anunció el fin de semana el inminente viaje de otros 96 médicos a Haití, una de las naciones más empobrecidas del planeta, donde anualmente mueren 33.000 menores de cinco años por enfermedades prevenibles.
En esa nación hay un médico por cada 7.143 habitantes, la mortalidad infantil en menores de cinco años es de 94 por 1.000, el consumo de calorías alcanza 86 por ciento de lo requerido y sólo 28 por ciento de la población de más de siete millones de personas consumen agua potable.
"Mueren demasiados niños y mujeres en mi país", dijo en La Habana la ministra haitiana de Salud, Michaele Amédée-Gedeón, quien consideró posible que la ayuda médica cubana pueda contribuir a la reducción de la mortalidad infantil y la materna.
En ese sentido, la labor de los cooperantes de la isla incluyó una campaña de vacunación que alcanzó a 800.000 infantes, desarrollada con apoyo económico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y Japón.
Devastado por el huracán Georges que azotó el Caribe en septiembre de 1998, Haití figura entre los primeros beneficiados con el Programa Integral de Salud que el gobierno de Castro extendió luego a varios países de América Central y Africa.
El programa abarca en estos momentos a 1.751 profesionales, presentes, además, en Honduras, Belice, Paraguay, Suriname, Venezuela, Burkina Faso, Níger, Guinea Ecuatorial, Gambia, Zimbabwe y Cambodia.
Unos 20 profesores cubanos trabajan desde hace un año en Gambia y Guinea Ecuatorial para la apertura en septiembre de sendas facultades de medicina.
Ochenta jóvenes de Guinea Ecuatorial se sumaron en los últimos meses a más de 3.600 alumnos de la Escuela Latinoamericana de Ciencias Medicas, inaugurada oficialmente en noviembre de 1999, durante la IX Cumbre Iberoamericana, aunque comenzó sus labores en septiembre de ese año.
Fuentes allegadas al Ministerio de Salud cubano negaron a IPS que el exilio de médicos mientras prestaban servicios en otros países pueda afectar la colaboración.
Castro responsabilizó de esas deserciones al "imperialismo", que "en su desesperado esfuerzo por sabotear" los planes cubanos de salud "ofrece dinero y promesas de todo tipo" a los médicos para inducirlos a "la traición".
El último caso es el de los médicos Noris Peña y Leonel Córdova, asilados en Estados Unidos luego de abandonar la brigada médica que integraban en Zimbabwe, cuyas autoridades los mantuvieron alrededor de un mes bajo arresto.
Cuba cuenta actualmente con un médico por cada 168 habitantes, 248 hospitales, 436 policlínicas, 12.000 consultorios, 166 clínicas estomatológicas, 12 institutos de investigación 21 facultades, numerosos centros de postgrado y una escuela nacional de salud pública.
Sin embargo, los servicios de salud, gratuitos para toda la población cubana de más de 11 millones, se vieron afectados, especialmente en cuanto a la oferta de medicamentos, por la crisis económica que ocasionó el derrumbe del campo socialista en los años 90. (FIN/IPS/pg/mj/he dv/00