Los 188 estados miembro de la ONU discrepan por el contenido de la Declaración del Milenio, documento que reúne las perspectivas y las metas de la organización en el siglo XXI y que deberá ser firmado por más de 120 líderes mundiales el mes próximo.
El documento está en la etapa de su redacción final y los países de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) discrepan fundamentalmente en torno al desarme nuclear, las intervenciones humanitarias y la reforma de la organización.
"Cuando el bosquejo original fue enviado a los estados miembro fue recibido como un 'gran texto', pero ahora lo critican", dijo una fuente a IPS.
Las cinco potencias militares del mundo (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia), todas ellas miembros permanentes del Consejo de Seguridad y con derecho a veto, se oponen a realizar una conferencia internacional sobre desarme nuclear, como propone la declaración.
Por otra parte, la gran mayoría de los países en desarrollo que conforman el grupo de naciones no alineadas sostiene que la declaración debe reafirmar la soberanía nacional de los estados, dejando clara su oposición a las intervenciones humanitarias de la ONU en países cuyos gobiernos no las respalden.
China objetó la incorporación en la declaración de las ideas sobre democracia multipartidista, respeto a los derechos humanos y libertad de prensa.
Estados Unidos se opone a que el documento incluya un llamamiento a todos los miembros de la ONU a ratificar el Estatuto de Roma por el cual se crea el Tribunal Penal Internacional. El presidente Bill Clinton no firmará la declaración a menos que se excluya este punto.
Japón, que hace años pretende convertirse en miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, presiona para que se logre una "rápida" reforma de la organización, aunque muchas naciones más se oponen a esa propuesta.
Pero gran parte de la declaración ya recibió el apoyo de la mayoría de los miembros, a pesar de todas estas críticas.
"Creemos que el principal desafío que enfrentamos hoy es asegurar que la globalización brinde oportunidades a todo el mundo, ya que sus beneficios están mal distribuidos y su costo recae fundamentalmente en los países en desarrollo", afirma la declaración.
"Para ser completa y equitativa, la globalización requiere un esfuerzo amplio y sostenido. También requiere políticas y medidas que sean sensibles a las necesidades de los países en desarrolllo", agrega.
La declaración también exhorta a la comunidad internacional a paliar los efectos adversos de las sanciones económicas sobre las poblaciones civiles y a reconsiderar periódicamente los regímenes de sanciones.
"Nosotros, jefes de Estado y de gobierno de los países miembro de las Naciones Unidas, nos hemos congregado al amanecer de un nuevo milenio en nuestra sede en Nueva York para reafirmar nuestra fe en la organización y su carácter de indispensable fundamento para un mundo más pacífico, más próspero y más justo", reza el documento.
La Declaración del Milenio será firmada por todos los líderes del mundo que concurrirán a la Cumbre del Milenio, a realizarse entre el 6 y el 8 de septiembre en Nueva York.
La tarea de redactar la declaración que cuente con el beneplácito de cada uno de los jefes de Estado se confió al presidente de la Asamblea General, Theo Ben Gurirab, de Namibia, apoyado por dos asistentes de Nueva Zelanda y Guatemala.
Gurirab recibió propuestas de cada uno de los miembros de la ONU para ser incorporadas en la declaración, pero ésta, como la mayoría de las declaraciones de la organización, se limitará a sólo un par de páginas.
Querer incluir todas las propuestas en un documento "es como meter un elefante en la cueva de un conejo", dijo un diplomático asiático en un encuentro informal la semana pasada. (FIN/IPS/tra-en/td/da/rp/aq/ip/00