Vietnam se muestra optimista por el acuerdo comercial firmado el mes pasado con Estados Unidos, su antiguo enemigo, si bien la población está mal informada y algo aprensiva respecto de su alcance.
El acuerdo es calificado como el paso más importante dado por este país comunista desde que decidió abrir su economía a mediados de los años 80.
"Vietnam todavía es un país pobre y su mercado doméstico sigue siendo reducido. Un acuerdo con Estados Unidos, uno de los mayores mercados mundiales, es una oportunidad de crecimiento sin precedentes", expresó Pham Chi Lan, vicepresidente ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de este país.
Mientras el acuerdo, que espera la ratificación del Congreso de Estados Unidos, podría significar mucho, tanto a corto como largo plazo, para una población que lentamente sale de la dependencia agrícola y de la hegemonía estatal de la industria.
El beneficio a corto plazo para Vietnam será que sus bienes y servicios obtendrán acceso al mercado estadounidense bajo el mismo sistema de aranceles reducidos de que gozan otros países. Los gravámenes sobre los productos vietnamitas oscilarán entre tres y 40 por ciento.
El Banco Mundial estimó que el acuerdo podría sumar 800 millones de dólares, o siete por ciento, a los ingresos de exportación del país en el primer año. En 1999, las exportaciones de Vietnam a Estados Unidos ascendieron a 600 millones de dólares.
Los funcionarios de sectores vietnamitas de exportación, en especial tejidos, calzado y frutos de mar, esperan que sus ganancias aumenten todavía más.
"Siempre quisimos exportar a Estados Unidos, pero los aranceles eran muy altos. Con el acuerdo comercial creo que podremos ser muy competitivos en ese mercado", aseguró Le Van Hong, director general de Tejidos Thang Long, uno de los principales exportadores de ropa de Vietnam.
"Estados Unidos es un mercado fastidioso. Si podemos hacer negocios con ese país, podemos hacerlos con todos los demás", afirmó, por su parte, Hai, empleado de una compañía de exportación.
El acceso al mercado estadounidense de los productos vietnamitas representa una buena noticia para el pequeño pero creciente grupo de empresarios nacionales. Thuy, una estudiante de finanzas de 23 años, promueve la venta de recipientes de terracota producidos por artesanos de una aldea cerca de Hanoi.
"Hasta ahora, los aranceles para el ingreso de objetos de terracota en Estados Unidos son de 100 por ciento. Cuando el acuerdo sea ratificado, serán de 10 por ciento. Estamos instalando un sitio web para los productos y creo que vamos a venderlos bien", dijo.
Vietnam se compromete en el acuerdo a reducir aranceles y eliminar barreras no arancelarias, asegurar el pago de derechos de autor y establecer garantías de inversión a niveles internacionales, tales como seguridad bancaria, buenas telecomunicaciones e infraestructura adecuada.
Para aventar los temores de Hanoi de que la inmediata competencia estadounidense pueda aplastar a las empresas vietnamitas, se estableció una lista de excepción de productos cuya importación se limitará hasta que se instituya el acceso total.
A todo esto, la mayoría de los vietnamitas se concentran en sus propios beneficios de corto plazo, algunos dudan de que el convenio sea realmente justo.
"Estados Unidos nunca hace nada si no es en su propio beneficio. Creo que Vietnam obtendrá beneficios económicos, pero Estados Unidos ganará influencia económica a largo plazo", sentenció Hung, un empleado del Banco Estatal.
Las precauciones de los vietnamitas respecto de las actitudes de Estados Unidos aparecen ahora en el aspecto económico, tras 25 años de concluida la guerra con la toma de Saigón.
Los acuerdos de paz de París formalizaron en 1975 la retirada estadounidense de una arrasada Vietnam, luego de 15 años de conflicto que destruyó 70 por ciento de los poblados del norte del país e inutilizó 10 millones de hectáreas de tierra.
En esta nueva etapa de relaciones con el antiguo enemigo, el gobernante Partido Comunista de Vietnam teme perder las riendas políticas a causa del pacto, señalaron numerosos analistas. Algunos especulan que un clima más competitivo podría llevar al colapso a las corruptas e ineficientes empresas estatales.
De todos modos, el gobierno vietnamita tiene esperanza en que, si todo va bien, los empleados estatales despedidos serán absorbidos por la mejoría de las inversiones extranjeras.
En los últimos años, el desplome de las inversiones directas, que pasaron de 8.600 millones de dólares en 1996 a 1.400 millones en 1999, coincidió con el aumento del desempleo.
La desocupación trepó a 7,4 por ciento en 1999 y se calcula que 1,2 millones de nuevos trabajadores ingresarán cada año al mercado laboral. Por eso no es una sorpresa que, después de la firma del acuerdo, muchos vietnamitas piensen que habrá mas oportunidades de empleo.
Duong, un graduado en economía de 23 años hoy desempleado, espera que en pocos años logrará obtener trabajo en una firma extranjera. "Quizás una estadounidense", dijo.
"Por el momento no es difícil obtener empleo en una compañía estatal, pero la paga sirve si uno conoce a las personas adecuadas. No se puede progresar por méritos propios", agregó.
La firma del acuerdo comercial se produjo después de cuatro años de negociaciones, lo cual reflejó, en parte, la incomodidad manifestada en la cúpula del Partido Comunista. La noticias de la firma fue demorada nueve horas.
No obstante, el relativo aislamiento económico protegió a Vietnam del impacto de la crisis asiática que estalló en Tailandia en 1997. El gobierno está ansioso de agregar estímulos económicos, en medio de crecientes demandas por mejorar la calidad de la vida.
Con la firma del acuerdo y los subsiguientes progresos de Vietnam para ingresar a la Organización Mundial de Comercio (OMC) y a una economía basada en las exportaciones, la nación podría perder la protección que tuvo hasta ahora.
De todas maneras, Hanoi firmó el acuerdo ante la sombría posibilidad que el país quedara aun más rezagado en relación a otras economías regionales.
La transición de la también comunista China a la economía de mercado es hace tiempo un ejemplo para Vietnam.
Hanoi compite con China en algunos productos, como tejidos y calzado, con su vecino septentrional, y podría verse gravemente afectado por los bajos aranceles comerciales que rigen en el m undo para la producción del gigante asiático tras su ingreso a la OMC.
En ese contexto, Vietnam no puede ignorar a la OMC, y el acuerdo con Estados Unidos podría ser un requisito previo para su ingreso. (FIN/IPS/tra-eng/nnm/js/ego/mj/if/00