La evaluación multilateral de la lucha contra las drogas en América anunciada por la OEA se impondrá sobre la certificación unilateral que realiza Estados Unidos, según Washington, pero analistas mexicanos discrepan de esa afirmación.
El sistema de certificación antinarcóticos de la OEA entrará en escena en abril de 2001, cuando se realice en Canadá la tercera Cumbre de la Américas, para volver irrelevante el informe anual de Washington, dijo en México el director de la Oficina de Política Nacional contra las Drogas de Estados Unidos, Barry McCaffrey.
Pero Estados Unidos tendrá gran influencia en la evaluación del esfuerzo antidrogas de sus integrantes que la OEA (Organización de Estados Americanos) comenzará a realizar el año próximo y, además, no renunciará a su propio informe, replicaron algunos analistas.
Según McCaffrey, la certificación multilateral es el mejor camino para la cooperación en la lucha contra el narcotráfico, pero no determinará la eliminación del informe de Estados Unidos, que se origina en una ley que el gobierno debe cumplir.
La Comisión Interamericana para el Abuso de Drogas de la OEA aprobó el año pasado el mecanismo de evaluación multilateral del esfuerzo contra el narcotráfico de los países americanos.
Las aristas de ese mecanismo no han sido todavía definidas, pero no será punitivo, a diferencia de la "descertificación", la nota negativa que Estados Unidos endilga a los países que a su juicio no colaboran de modo suficiente en el combate contra las drogas.
El proyecto de la OEA surgió a causa del rechazo que despierta en varias naciones del continente americano la evaluación unilateral estadounidense y contempla la voluntaria exposición ante el foro de países productores y consumidores de drogas.
El mismo mecanismo multilateral promoverá programas regionales para mejorar la lucha contra el narcotráfico.
La certificación antidrogas de la OEA comprenderá a los 34 países miembro del foro, entre ellos Estados Unidos, será en el futuro el principal mecanismo evaluatorio y desplazará el de Washington, enfatizó McCaffrey .
Para Miguel Valverde, investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, la certificación mutilateral permitirá una participación más equitativa de América Latina, pero "sin duda", Estados Unidos tendrá fuerte influencia en ella.
"La influencia estadounidense sobre la OEA, así como el hecho de que las capacidades operativa y de información e inteligencia (del nuevo mecanismo) muy probablemente se apoyarán en agencias de Estados Unidos", permitirán a ese país tener mucho poder en la evaluación multilateral, afirmó Valverde.
Además, al menos por ahora no se vislumbra ninguna posibilidad de que Washington elimine su certificación unilateral, añadió.
Estados Unidos no dejará de examinar por su cuenta a otros países, aunque quizá se cuide más al hacer su propia evaluación, opinó por su parte Jorge Chabat, experto del Centro de Investigación y Docencia Económica de México.
McCaffrey declaró que entiende los sentimientos contrarios a la certificación unilateral, pero reiteró que se mantendrá, pues así lo ordena una ley interna de Estados Unidos.
El funcionario participó este martes en la capital mexicana en la octava reunión del Grupo de Contacto de Alto Nivel, un mecanismo creado en 1996 por Estados Unidos y México para coordinar su lucha contra el narcotráfico.
En la cita, la última que celebran funcionarios de los gobiernos de Ernesto Zedillo y Bill Clinton, dos presidentes que finalizarán su gestión en diciembre y enero, respectivamente, se pasó revista a la cooperación y se exhortó a quienes los sucedan a mantener el mecanismo bilateral.
El presidente electo de México, Vicente Fox, solicitó a Washington eliminar la certificación unilateral, como antes lo había hecho Zedillo.
"Estoy de acuerdo con el sentimiento básico del presidente electo. El busca una sociedad, no un enfrentamiento (…). Fox encontrará que nosotros somos socios dispuestos a colaborar con esos sentimientos", aseguró McCaffrey.
México y Estados Unidos mantienen una relación estrecha en el combate contra los narcotraficantes. No obstante, reconocen que aún les falta mucho por avanzar y que su relación no está libre de conflictos en ese terreno.
Además, mantienen puntos de vista divergentes sobre su papel en el problema. Estados Unidos pone énfasis en la lucha contra el narcotráfico en los países productores y de tránsito, mientras que México pide mayor atención a la demanda de drogas, cuyo punto focal es su vecino del norte. (FIN/IPS/dc/ff/ip/00