El fortalecimiento de los derechos de propiedad intelectual (DPI) puede alentar la inversión extranjera directa y el influjo comercial en economías emergentes, concluyó el Instituto de Economía Internacional, con sede en Washington.
"Los derechos de propiedad intelectual en la economía mundial", un nuevo informe del Instituto, afirma que el fortalecimiento de esos derechos favorecería a las naciones en desarrollo más grandes al atraer la inversión directa de empresas estadounidenses.
En base a dos estudios, el informe sostiene que la falta de protección de la propiedad intelectual tiene un impacto muy negativo en la inversión extranjera directa, y por el contrario, en aquellos países con fuerte protección de los DPI, crecen las inversiones de empresas de Estados Unidos.
Por cada unidad que aumenta el índice de patentes de un país en desarrollo, las ventas locales de filiales de firmas estadounidenses suben 243 millones de dólares, o dos por ciento del promedio de ventas anuales, revelaron los estudios.
También hallaron que, cuando hay una protección adecuada de los DPI, las compañías estadounidenses tienden a otorgar a firmas de economías emergentes el derecho a utilizar sus tecnologías, protegidas por patentes o marcas.
Como resultado, se reducen los costos de las transferencias autorizadas de tecnología.
"Los países en desarrollo tienen la capacidad de fortalecer el sistema de DPI en favor de sus propios intereses a largo plazo", destacó el autor del informe, Keith Maskus, profesor de economía de la Universidad de Colorado y consultor del Banco Mundial y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo.
"Por lo tanto, en lugar de luchar contra disposiciones clave del acuerdo sobre TRIP, esos países deberían concentrarse en la aplicación de las nuevas normas y en su complementación adecuada con salvaguardas y políticas favorables al crecimiento", recomendó.
El acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (TRIP, por sus siglas en inglés) de la Organización Mundial del Comercio procura la armonización internacional de los DPI al establecer normas mínimas de protección.
Los DPI fueron uno de los puntos más contenciosos de la fracasada conferencia de la OMC realizada en la ciudad estadounidense de Seattle, el pasado noviembre.
Muchos países en desarrollo advirtieron que un fuerte régimen de DPI tendría consecuencias negativas sobre sus economías, dado que la mayoría de las patentes son propiedad de empresas de países industrializados.
También exigieron plazos adicionales para aplicar las actuales normas del TRIP, en lugar de embarcarse en una nueva ronda de negociaciones comerciales.
La aplicación del acuerdo creará más de 5.800 millones de dólares al año en ganancias adicionales por concepto de patentes en el extranjero de fabricantes estadounidenses, según Maskus.
Desafortunadamente, observó el autor, la instalación del nuevo régimen resultará muy costosa y compleja para los países más pobres, y aunque lo logren, sus mercados podrían ser monopolizados por empresas exportadoras extranjeras.
Pero los países en proceso de industrialización como Brasil, China e India, aunque a corto plazo paguen más por las licencias tecnológicas y los derechos de producción, a largo plazo aumentarán su producto interno bruto hasta en cinco por ciento por el aumento de la inversión extranjera y el influjo comercial.
A medida que los países suben la escalera de la tecnología, aumenta su interés en poder imitar libremente las tecnologías importadas, pero también tienden a fortalecer sus DPI para proteger sus innovaciones de exportación, destaca el informe.
"Este es quizá el argumento más fuerte en favor de una mayor protección de los DPI en países como Brasil, México, Corea del Sur, China, Malasia e India", dice el documento.
Durante los años 90, decenas de países fortalecieron sus leyes y reglamentos sobre DPI bajo presión de Washington, y muchos continúan haciéndolo en el marco de acuerdos bilaterales y multilaterales como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Estados Unidos determinó en 1984 que la protección inadecuada de patentes, marcas y derechos de autor es una práctica desleal de comercio.
La Ronda Uruguay del GATT (organización predecesora de la OMC), iniciada en 1986, culminó en el acuerdo sobre TRIP, el conjunto de normas internacionales más importante jamás aprobado sobre propiedad intelectual.
El TRIP consta de siete partes y 73 artículos sobre los DPI en el ámbito de la biotecnología, el derecho industrial, secretos comerciales, derechos de empresas farmacéuticas y de fitomejoradores.
Se trata del primer acuerdo comercial multilateral tendente a una armonización parcial mediante la integración de las políticas nacionales en la materia.
Los DPI son muy polémicos debido a su desigual distribución mundial. Empresas de Estados Unidos, Japón y Europa occidental poseen la mayor parte de las tecnologías y productos patentados.
Los países en desarrollo y las empresas de países que deben importar tecnologías creen que el fortalecimiento del sistema elevará el costo de los medicamentos y los insumos agrícolas, y reducirá su acceso a nuevos productos.
"Este conflicto está en el centro del debate sobre la reforma institucional de la Organización Mundial del Comercio", observó Fred Bergsten, del Instituto de Economía Internacional. (FIN/IPS/tra-en/gm/da/mlm/if-dv/00