ESPAÑA: Tragedia de Sofocles en anfiteatro romano de 2.000 años

Un anfiteatro construido hace 2.000 años en la ciudad centroccidental española de Mérida albergó el fin de semana una puesta en escena de la tragedia Edipo Rey, de Sófocles, durante un festival de teatro clásico.

Mérida, cercana a la frontera con Portugal, se llamaba Emeritense hace 20 siglos, cuando era capital de la provincia de Lusitania del imperio romano, que comprendía el actual Portugal y parte de la actual España. Hoy es la capital de la Comunidad Autónoma de Extremadura española.

Un anfiteatro, un circo romano, el templo de Júpiter, un Museo de Arte Romano y decenas de edificios históricos y monumentos de las épocas visigoda, romana y árabe salpican sus calles.

El festival se realiza desde 1933 y participan en él atracciones internacionales como los tenores Plácido Domingo y José Carreras o la Orquesta Sinfónica de Londres, pero también abre sus puertas a artistas locales, en una política deliberada de promoción.

Fueron actores de Extremadura, dirigidos por Juan Margallo, quienes representaron el fin de semana Edipo Rey en anfiteatro, cuya restauración concluyó hace 15 años, ante más de 5.000 personas, la mayoría de ellas oriundas de esta región.

Las condiciones acústicas del anfiteatro permiten que todos los espectadores, ubicados al aire libre en las gradas de granito originales, escuchen la voz de los actores sin necesidad de que se emplee un sistema electrónico de amplificación.

Una característica de las funciones es que la mayoría de los espectadores acuden vestidos de manera informal, en mangas de camisa y con pantalones vaqueros o incluso pantalones cortos.

Esa informalidad se extiende a veces a la conducta del público, que aplaude y grita "¡Bravo!" cuando un espectáculo lo entusiasma, aunque también es capaz de guardar silencio en otras ocasiones.

Los aplausos se repitieron una y otra vez al finalizar Edipo Rey, representada el viernes y el sábado, y ante la ctuación del domingo de la Orquesta Filarmónica de Londres.

Las altas columnas de mármol, algunas de ellas con señales del paso del tiempo y de las guerras, realzan los espectáculos.

Enrique, un espectador de 77 años de edad, recordó que el anfiteatro fue descubierto por casualidad en 1931, cuando se limpiaba un vertedero de basura con la intención de construir un edificio militar, y aparecieron columnas y esculturas debajo de toneladas de desperdicios.

Un trabajo arqueológico y la voluntad de los vecinos permitieron la recuperación del edificio.

Algo similar ocurrió con la recuperación del Circo Romano, el Templo de Júpiter y de diversas residencias romanas, y con el hallazgo de esculturas y otros objetos de arte, hoy reunidos en el moderno Museo de Arte Romano, bajo cuya estructura de hormigón hay un antiguo barrio romano descubierto durante la construcción.

Mérida, designada Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, vive con plenitud las jornadas del festival, en el cual alternan estrellas internacionales y debutantes locales.

Jaime Millás, director del importante festival que se realiza en la ciudad sudoriental Sagunto, sobre la costa mediterránea, señaló que el festival de Mérida transforma la herencia de sitios históricos en una oferta teatral activa, abierta y plural.

El festival estimula el desarrollo cultural de Extremadura, la región de la cual salieron renombrados conquistadores de América como Hernán Cortés, Pedro de Valdivia y Diego de Trujillo.

La región sufrió carencias de desarrollo durante decenios, pero en la actualidad muestra gran dinamismo. Según un estudio de la Confederación de Cajas de Ahorro, el producto interno bruto de Extremadura creció 4,73 por ciento el año pasado, mientras la media de crecimiento en España fue 4,2 por ciento.

Los habitantes de la actual comunidad autónoma emigraron en grandes cantidades durante todo el siglo XX hacia Alemania, Francia, e Inglaterra, los países más industrializados de Europa. Ahora recibe a muchos inmigrantes, en su mayoría africanos, quienes consiguen trabajo en sus industrias rurales.

Extremadura es una de las pocas comunidades autónomas en las cuales no se han producido incidentes por motivos raciales, y ofrece viviendas y contratos de trabajo a todos los inmigrantes, así como escuelas para sus hijos. (FIN/IPS/td/mp/cr/00)

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