La cotización del dólar tuvo hoy una significativa alza en Chile, al igual que las operaciones bursátiles, como consecuencia de la rebaja de las tasas de interés y de otras medidas para enfrentar el desempleo.
El plan que apunta a incentivar el gasto para acelerar la reactivación económica fue difundido por el gobierno el lunes por la noche, anticipándose a las cifras oficiales sobre el empleo, entregadas este martes.
El presidente Ricardo Lagos admitió que será muy difícil cumplir su meta de crear este año 200.000 nuevos puestos de trabajo, pero aseguró que las últimas decisiones «nos permiten mirar con optimismo el futuro».
El Instituto Nacional de Estadísticas informó que el desempleo llegó en julio a 10,2 por ciento de la fuerza laboral, lo cual muestra un preocupante repunte respecto del 9,4 por ciento registrado en junio.
Pese a que Chile se encamina este año a un crecimiento del producto interno bruto de seis por ciento, la desocupación es levemente inferior al 11,1 por ciento de julio de 1999, año en que la economía tuvo una caída de 1,1 por ciento.
La desocupación de dos dígitos representa un revés para la política económica de Lagos, quien busca ahora dar un impulso adicional a la reactivación de la economía para generar nuevos empleos.
El desempleo de 10,2 por ciento significa que en Chile hay 592.450 personas que están sin trabajo, de las cuales 513.650 son cesantes, o sea personas que perdieron su ocupación, y 78.800 buscan empleo por primera vez.
La rebaja en medio punto de los intereses, acordada el lunes por el Banco Central, repercutió este martes en un aumento del precio del dólar del orden de los 10 pesos respecto de la víspera, para situarse en una cotización promedio de 558 pesos cada dólar.
En la Bolsa de Comercio de Santiago, el índice de precios selectivo de acciones aumentó 1,86 por ciento en comparación con el martes, mientras el índice general creció 0,92 por ciento, según el movimiento consignado al comienzo de la tarde.
Luego de que el Banco Central rebajara su tasa referencial de interés, el gobierno anunció un «paquete» de medidas de reactivación económica que algunos sectores caracterizaron como parte de una estrategia «de choque».
El plan contempla también el otorgamiento por una vez de un bono del orden de 20 dólares para unas 800.000 familias que viven en situación de pobreza, así como el anticipo de 50 por ciento de la devolución de impuestos que corresponde hacer en el 2001.
El gobierno anunció, además, una renegociación de deudas tributarias que favorecerá sobre todo a las personas físicas y a las pequeñas y medianas empresas, que generan en Chile alrededor de 70 por ciento del empleo.
Otras medidas del plan buscan facilitar el acceso a los créditos bancarios, ampliar el margen de inversión de las administradoras privadas de fondos de pensiones y estimular la inversión interna e externa a través de la rebaja de los impuestos a las ganancias de capital.
Lagos se manifestó confiado en que el plan permitirá atacar el alto índice de desempleo pero advirtió que si es necesario se adoptarán otras medidas adicionales.
El mandatario sostuvo que su compromiso principal es con «los más pobres y desposeídos del país» y que el bono extraordinario de 20 dólares busca resarcir a estos sectores por los últimos incrementos en los precios del transporte público.
La oposición derechista consideró insuficientes y tardías las medidas gubernamentales y la senadora Evelyn Matthei pidió la renuncia del ministro del Trabajo, Ricardo Solari, acusándolo de ser responsable del alto desempleo.
La gobernante Concertación por la Democracia respaldó las decisiones del Banco Central y del Poder Ejecutivo, concordando con Lagos en la necesidad de acelerar la reactivación económica para reponer puestos de trabajo.
Las asociaciones empresariales consideraron igualmente adecuadas las medidas del gobierno, aunque algunos de sus dirigentes coincidieron con la derecha en que se adoptaron de manera tardía.
El gobierno estaba renuente a adoptar decisiones que implicaran un incremento del gasto, confiado en que la reactivación de la economía incidiría paulatinamente en una baja del desempleo.
En esta posición, el gobierno actuó coordinadamente con el Banco Central, empeñado igualmente en mantener las tasas de interés de 5,5 por ciento para impedir un posible repunte inflacionario.
Una de las primeras señales de alarma se produjo a comienzos de este mes y precisamente desde el frente de los precios, cuando se informó que el índice de inflación de julio había sido de sólo uno por ciento.
Esta fue una primera señal de que la reactivación estaba marchando a un ritmo más lento que el necesario para activar el mercado laboral y dejó establecidos los temores sobre un incremento del desempleo, que se confirmaron estadísticamente este martes. (FIN/IPS/ggr/dm/if/00