Una organización de derechos humanos interesó a la ONU en una propuesta de solución del problema del País Vasco, basada en el fortalecimiento de una asamblea de municipios (Udalbiltza) integrada por concejales y alcaldes de localidades vascas de España y Francia.
La iniciativa, que tiende a obtener el reconocimiento de la identidad del pueblo vasco, fue presentada ante la Subcomisión de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, que realiza su sesión anual en Ginebra.
La Liga Internacional por los Derechos y la Liberación de los Pueblos (Lidlip), autora del proyecto, presentó el modelo de la Udalbiltza como voluntad popular de implicarse directamente en la promoción de la democracia y como método para fomentar el diálogo y el acuerdo.
De esa manera, estimó, se darán pasos efectivos en la recuperación de la propia identidad y, sobre todo, para impulsar y reinstaurar la paz a nivel nacional, regional e internacional.
Miembros de la Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, un organismo integrado por 36 expertos independientes designados a propuesta de los gobiernos, comentaron que habían prestado atención a la iniciativa, aunque lamentaron la oportunidad de su presentación.
El histórico conflicto planteado por las aspiraciones de soberanía de sectores de la población del País Vasco recrudeció en los últimos meses en España, ante la intensificación de atentados de la organización separatista ETA (Euskadi Ta Askatasuna – Patria Vasca y Libertad).
Al presentar la iniciativa ante la Subcomisión de la ONU, Verena Graf, secretaria de relaciones internacionales de Lidlip, dijo el 17 de este mes que es una propuesta hacia una solución pacífica del conflicto en el País Vasco, que «hoy más que nunca está en los medios por sus vicisitudes violentas'.
El documento sostiene que, a pesar del prolongado conflicto, el pueblo vasco ha mantenido la voluntad de labrar su futuro y está en condiciones de iniciar una fase de construcción popular y democrática, para reivindicar su identidad.
Con ese objetivo surgió la propuesta de representantes electos en todo el territorio vasco de constituir una institución nacional de base municipal «que aglutine y vertebre a la sociedad vasca y defienda su identidad».
De un total de unos 5.200 representantes municipales que existen en Euskalerría, el territorio de lengua vasca, que abarca cuatro provincias del norte de España y dos del sudoeste de Francia, más de 2.500 comparten la iniciativa de creación de la Udalbiltza, afirmó Julen Arzuaga, representante de la Liga Vasca ante la Lidlip.
Esos alcaldes y concejales reunidos en la asamblea de municipios declaran que el conflicto tiene un origen político basado en «el no reconocimiento de la identidad» del pueblo vasco.
La Udalbiltza se propone potenciar el reconocimiento, en los planos nacional, regional e internacional, del «País Vasco como sujeto de derechos políticos», resumió Arzuaga.
El documento presentado ante la Subcomisión de la ONU observó que el caso vasco figura entre los muchos conflictos en los que la comunidad internacional no ha concentrado aún su atención para promover y restablecer los derechos humanos.
En la interpretación de la Lidlip se atribuye el origen del problema a la falta de respeto de los derechos de una colectividad nacional dentro de dos estados plurinacionales, lo que «enfrenta al pueblo vasco con los Estados español y francés desde hace siglos».
La Lidlip, una institución presidida por François Houtart, un académico de la universidad belga de Lovaina, y cuyo vicepresidente es Javier Giraldo, un jesuíta colombiano, recordó que el conflicto ha ocasionado la vulneración efectiva de los derechos humanos en una extensión imposible de cuantificar.
Tanto la actitud represiva de ambos estados, como la respuesta armada de ETA, han producido un número incalculable de actos violentos, con impacto en derechos humanos individuales.
El documento asegura que Udalbiltza no pretende sustituir las actuales instituciones, sino ser la primera en reivindicar la identidad nacional de todo el territorio vasco.
El proyecto no puede plantearse en términos de enfrentamiento, división, ni imposición. Se trata de un proceso de integración basado en el respeto y reconocimiento entre personas y territorios, asi como en la libre adhesión a la ciudadanía vasca, con el objetivo último de restablecer la paz definitiva en esa región.
Arzuaga insistió en que la asamblea de municipios no pretende sustituir ninguna otra institución actual. Al no existir una entidad que aglutine a todos los vascos, en todos los territorios, «nos hallamos en la obligación moral de ofrecer ese instrumento para estructurar por lo menos a nivel cultural, lingüístico, a todos los vascos». (FIN/IPS/pc/ff/hd/00