DERECHOS HUMANOS-ALEMANIA: Crimen racista moviliza al gobierno

Alemania está decidida a acabar con la violencia xenófoba y la ultraderecha extremista, advirtió hoy el canciller (primer ministro) Gerhard Schroeder al rendir tributo a la memoria de una víctima de los neonazis.

Schroeder prometió redoblar los esfuerzos para aplastar la violencia racista, luego de dejar una corona de rosas amarillas en el monumento que recuerda el lugar donde el inmigrante de Mozambique Alberto Adriano, de 39 años, fuera golpeado por tres hombres jóvenes, en la ciudad de Dessau, el 11 de junio.

Las lesiones provocadas le causaron la muerte tres días después.

El homenaje de Schroeder a la víctima más reciente del racismo tuvo lugar un día después de que un tribunal condenara a cadena perpetua a Enrico Hiltrich, de 24 años, y a nueve años de cárcel a Frank Mietbauer y Christian Richter, ambos de 16 años, por el asesinato de Adriano.

Schroeder elogió al tribunal por la rapidez con que sentenció a los tres hombres. "Este fue un castigo adecuado para un crimen abominable", declaró.

El canciller manifestó la esperanza de que las sentencias indiquen a la comunidad internacional que Alemania tiene el compromiso de erradicar el racismo.

Durante el juicio, al cual no tuvo acceso el público en general, uno de los acusados dijo "no importarle un bledo" lo que le ocurrió a la víctima, según el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung.

Al leer el veredicto, el presidente del tribunal Albrecht Henning dijo que la razón del asesinato fue que Adriano era negro. "La ley básica en Alemania habla de la dignidad de todo el pueblo, no sólo de los alemanes blancos", agregó.

Henning señaló que, en el pasado, los acusados habían demostrado sus inclinaciones de extrema derecha. Uno de ellos tenía las letras SS, que identificaban al cuerpo de elite del partido nacionalsocialista, o nazi, tatuadas en la cabeza.

El ídolo de los neonazis es Adolf Hitler, el líder nacionalsocialista que condujo a Alemania a desencadenar la segunda guerra mundial (1939-45) y que mató en las cámaras de gas a millones de personas, en su mayoría judíos, pero también integrantes de otras minorías, como gitanos y homosexuales.

Los tres condenados eran adeptos a música con letras como "Auschwitz, Dachau, Buchenwald, allí arrojaremos a los judíos otra vez".

Auschwitz, Dachau y Buchenwald fueron tres de los principales campos de concentración en que el régimen nazi perpetró el genocidio contra los judíos, con el fin de preservar la pureza racial del pueblo alemán.

El juez también se refirió al contexto social del caso. Los crímenes de la extrema derecha aumentan en el país y en total existen unos 9.000 neonazis, la mitad de ellos en los cinco estados orientales, precisó.

Extremistas de derecha mataron a tres personas el último año, agregó.

El gobierno registró 30 asesinatos por violencia racial desde la reunificación alemana en 1990, pero organizaciones de derechos humanos aseguran que en realidad la cifra asciende a 100 muertos.

En este contexto, el gobierno considera apelar ante la Corte Federal Constitucional, el máximo tribunal del país, para prohibir al partido neonazi Nacional Democrático de Alemania (NPD).

Así mismo, a partir del 1 de septiembre el Ministerio del Interior habilitará una línea telefónica para denunciar casos de violencia de extrema derecha a la Guardia Federal de Frontera (BGS).

El ministro del Interior Otto Schily ordenó que el BGS asuma un papel más activo para reprimir las actividades de los extremistas en trenes y estaciones ferroviarias, lugares comunes para la violencia racista.

El gobierno también creó una unidad policial especial llamada MEGA, abreviación de Fuerza Móvil contra el Extremismo y la Xenofobia.

Los efectivos de MEGA entablan conversación con jóvenes, el grupo más vulnerable a la ideología nazi. De esta manera lograron descubrir muchos de los lugares donde se reúnen los jóvenes con inclinación de extrema derecha.

Los efectivos de MEGA quieren ejercer una influencia positiva sobre los jóvenes que aún no tienen una opinión formada del mundo, explicó Detlef Schuenke, director de la comisión de seguridad estatal en el cuartel de policía de Oranienburg. (FIN/IPS/tra-en/raj/sm/aq/hd/00

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