Las lluvias que acompañaron a la tormenta tropical Debby por el suroriente de Cuba devolvieron la esperanza a los habitantes de la provincia de Guantánamo, víctimas de la más severa sequía de los últimos diez años.
"Al fin San Pedro se acordó de nosotros", dijo una mujer guantanamera a la televisión local, sin prestar atención a los daños que para la región, a unos 900 kilómetros de La Habana, pueden traer las intensas lluvias.
Mientras las autoridades advierten el riesgo de inundaciones y de deslizamiento de piedras y tierra en las zonas montañosas, la población de Guantánamo contempla aliviada el regreso del agua.
Hasta hace sólo unos días, en la carretera que lleva a Maisí, el municipio más oriental de Cuba, podía verse cómo familias enteras intentaban sacar en tanques el poco líquido que le quedaba a algunos ríos.
En la mayoría de los casos, ni eso era posible. Más de diez meses de intensa sequía afectó las cosechas, secó las corrientes fluviales y redujo el líquido almacenado en represas a menos de 30 por ciento de la capacidad provincial.
"Mango, mango y mango. Ha sido muy difícil sacarle otro alimento a la tierra", dijo Luz María Gutiérrez, una guantanamera que viaja con frecuencia a las montañas de Maisí, donde vive toda su familia.
La tormenta tropical Debby ganó intensidad al amanecer del martes, hasta convertirse en huracán cuando se encontraba sobre el grupo norte de las Antillas Menores y Puerto Rico.
El fenómeno meteorológico, el primero que se convierte en amenaza para este país en la actual temporada de huracanes, perdió fuerza a su paso por el suroriente cubano el jueves y continuó su movimiento al oeste con categoría de onda tropical.
Cuba fue azotada en el siglo XX por unos 100 ciclones, 10 de los cuales fueron calificados de huracanes intensos y, según expertos, debe prepararse para enfrentar en los próximos 20 años una gran actividad ciclónica.
José Rubiera, jefe del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología, explicó que la advertencia responde a un fenómeno de carácter cíclico que, en el espacio de 20 a 25 años, tiene períodos de calma y otros de acción.
En los años 60, 70 y 80 se reportó mucha calma en la isla, pero ya en el período 1995-1999 ocurrieron 41 huracanes.
La región del Atlántico norte, incluidos el golfo de México y el mar Caribe, está clasificada en el cuarto lugar mundial en cuanto a la formación de ciclones, con un promedio anual de 9,4 tormentas y seis huracanes.
Se habla de tormenta tropical cuando los vientos superan los 63 kilómetros por hora, y de huracán cuando la fuerza llega a los 119 kilómetros por hora.
Según Rubiera, al año se forman unos 80 ciclones con categoría de tormenta sobre las aguas del océano tropical, que afectan en promedio a 50 países.
Unas 12.000 personas fueron evacuadas sólo en la provincia de Guantánamo una vez que el Estado Mayor de la Defensa Civil declarara la fase de alarma ciclónica para las provincias del oriente.
De acuerdo con el último parte meteorológico, hasta mediados del jueves habían caído 260 milímetros de agua en los principales municipios guantanameros, 65 de ellos en Maisí, sin que se reportaran aún inundaciones de importancia.
Rolando Calzada, jefe provincial de Defensa Civil, observó que fenómenos atmosféricos menos severos que Debby causaron en 1993 y 1994 inundaciones que dejaron daños por más de 332 millones de pesos (igual al dólar al cambio oficial).
En cuanto a la esperanza que llegó con las lluvias, podría tener débil sustento, dado que los suelos, extremadamente secos, no se beneficiarán si las precipitaciones son sólo coyunturales.
Las autoridades de Defensa Civil de Guantánamo decretaron el alerta por sequía el 18 de abril, cuando el promedio de precipitaciones en la provincia equivalía a 36 por ciento de la media de los últimos 40 años.
La sequía afectaba entonces a 82 comunidades y a 45.000 personas, cantidades que continuaron en aumento con el paso de los meses. En la agricultura, además del daño a las cosechas, en cientos de hectáreas no se realizó la siembra.
Ya en abril, el gobierno de la provincia se vio obligado a empezar el suministro de agua potable a varias localidades con carros cisterna, y en julio, el Centro Nacional del Clima advirtió que la falta de lluvias en la región oriental podía prolongarse hasta octubre.
Fuentes del Departamento de Vigilancia del Clima del instituto de Meteorología ubicaron el periodo abril-junio de este año entre los seis trimestres de menores precipitaciones en los últimos 58 años.
La sequía afecta de una forma u otra a ocho de las 14 provincias del país y Guantánamo es una de las tres con menos perspectivas de superarla en los próximos meses, dijo Ramón Pérez, experto de la entidad científica.
El fenómeno climático comenzó en diciembre, cuando las altas presiones dominantes en el océano Atlántico determinaron el desarrollo de frentes fríos con poca lluvia en la temporada seca (noviembre-abril) en el Caribe.
"No es lo mismo tener un proceso de sequía en el período poco lluvioso, que en los meses de mayo, junio, septiembre y octubre, en los cuales caen grandes cantidades de precipitaciones", dijo Pérez. (FIN/IPS/da/ff/en/00