Dos transnacionales farmacéuticas intentan restar espacio comercial a un raticida biológico hecho en Cuba, pese a su probada eficacia, advirtieron directivos de la firma que fabrica el producto.
José Antonio Fraga, director de Laboratorios Biológicos Farmacéuticos (Labiofam), dijo a la prensa estatal de la isla que las empresas Bayer y Zeneca iniciaron hace cuatro meses una campaña para desacreditar el Biorat, usado en Bolivia, Perú y Nicaragua, entre otros paises.
La operación pretende convencer que la bacteria en que está basado el raticida puede ser patógena, pero pruebas de campo permitieron descartar que afecte a otras especies animales, al hombre o al ecosistema, aseguró Fraga.
En cambio, el producto resultó eficaz en el control de focos de peste bubónica en Perú, de fiebre hemorrágica en Bolivia, de leptospirosis en Nicaragua y de plagas "significativas" en Angola, Costa Rica, El Salvador, Vietnam, República Dominicana y Líbano, según el diario Juventud Rebelde.
La acción raticida del Biorat se debe a una bacteria monopatógena específica para ratones y ratas (la salmonella enteritidis variedad Danysz, lisina negativa).
El olor y sabor a queso del producto atrae a los roedores, que mueren a el tercero o cuarto día después de la ingestión. La bacteria desaparece en el medio a partir de las 72 horas, por lo cual deja de ser un peligro potencial para otras especies o el hombre.
El Biorat provoca la muerte no sólo del roedor que la consume, sino, por contagio, de toda la colonia que habita en la madriguera.
A mediados de los 90, el Instituto cubano de Medicina Tropical Pedro Kouri realizó ensayos en seres humanos y el raticida resultó inofensivo para los voluntarios que lo ingirieron.
El producto contiene elementos para evitar que el animal se haga resistente a sus efectos, característica que lo diferencia de los químicos, que contaminan el ambiente y son peligrosos para seres humanos y otras especies, dijeron expertos cubanos.
Fraga aseguró que la eficacia del Biorat es de 95 a 100 por ciento y que se utiliza en Cuba desde 1985 sin que se hubiera registrado cuadro alguno de enfermedad en animales domésticos o seres humanos.
Añadió que, por efecto de la "guerra comercial" desatada por Bayer y Zeneca, una dependencia del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación de Guatemala desautorizó el registro del Biorat en ese país, donde se usaba desde hace dos años.
Labiofam también produce biolarvicidas que destruyen las larvas de los mosquitos, entre otros compuestos para uso en veterinaria.
La medicina veterinaria cubana cuenta además con una vacuna contra las garrapatas llamada Gavac que, según investigadores, tiene una eficacia superior a 99 por ciento frente a la boofilus annulatus, presente en América Central, Africa y Asia.
La Gavac fue creada por investigadores del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y daña tanto el sistema digestivo de la garrapata como su capacidad reproductiva, aseguraron fuentes de esa institución.
El preparado logrado por ingeniería genética controla entre 50 y 90 por ciento las poblaciones de garrapata boofilus microplus, que afecta al ganado en Cuba.
Este ácaro causa en los animales irritación y debilidad y pérdidas en la producción de cuero, carne y leche, además de trasmitir enfermedades.
El Gavac tiene registros sanitarios en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana, entre otros países.
Cuba intenta desde los años 90 penetrar el difícil mercado de la industria farmacéutica con una serie de novedosos productos para uso humano, veterinario o agrícola.
En el campo de la biotecnología, el despegue sostenido comenzó en 1985, con el lanzamiento del Interferón Leucocitario, que fue seguido, entre otros, por las vacunas contra la hepatitis B y la antimeningocóccica BC.
El listado incluye medicamentos cardiovasculares como la Estrepto-quinasa Recombinante y Prostaciclina, o hipocolesterolémicos, como el Arte-romixol o PPG.
Con exportaciones casi inexistentes hasta hace pocos años, las ventas de la industria cubana de medicamentos ya sobrepasan los 100 millones de dólares.
Medios especializados cubanos recordaron que las 20 mayores transnacionales farmacéuticas controlan la mitad de la facturación de 205.000 millones de dólares del mercado internacional de medicamentos. (FIN/IPS/pg/ff/sc if/00