Unas 70 personas murieron este fin de semana en Colombia como resultado de ataques de guerrilleros de izquierda y de paramilitares de derecha contra tres localidades del noroeste y norte.
El comandante operativo de la policía, general Tobías Durán, señaló que la situación más grave correspondió a la localidad de Carmen de Atrato, ubicada entre los departamentos de Antioquia y Chocó, en el centro-oeste, donde hubo al menos 58 muertos.
El asalto a Carmen de Atranto fue lanzado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para conmemorar un aniversario más del fallecimiento de su fundador, Jacobo Arenas. Treinta y seis guerrilleros murieron en los combates en esa localidad, según la versión del ejército.
El comunicado oficial agrega que 300 insurgentes ocuparon Carmen de Atranto armados de bombas fabricadas con cilindros de gas. Destruyeron la estación de policía, saquearon comercios y asaltaron bancos.
El jefe del ejército, general Jorge Mora, calificó de "terrorista" el ataque de las FARC. Los rebeldes, dijo Mora, "habrían utilizado armas prohibidas por las normas del derecho internacional humanitario".
Agregó que estas acciones de las FARC "no muestran un poder militar, sino una acción terrorista desesperada, porque están acorraladas" por las tropas gubernamentales.
Leonor Ríos, residente en Carmen de Atrato, informó a IPS quela localidad recuperó este lunes la tranquilidad, después de cerca de 48 horas de angustia.
"Nos hicieron mucho daño. A las casas caían los pedazos de los cilindros que (los guerrilleros) usaron como bombas", mientras estallaba el tiroteo. "Sufrimos mucho porquequí nunca había pasado algo así", dijo Ríos.
Agregó haber pasado desde la noche del sábado hasta la tarde del domingo encerrada en su casa con su familia "por orden de los guerrilleros'.
"Ellos nos dijeron que nos quedáramos encerrados…que no nos iban a hacer nada y que venían a acabar a unos cuantos policías" y a asaltar el banco, afirmó Ríos.
El ejército aseguró también que ocho personas fueron asesinadas el sábado en el nororiental departamento de Norte de Santander, en una barricada colocada presuntamente por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el segundo grupo guerrillero del país, después de las FARC.
El ELN también dinamitó tres torres de transmisión eléctrica en Norte de Santander, dejando sin energía a una vasta zona del nordeste.
Iván Ríos, de la dirección de las FARC, negó que la ofensiva lanzada por la organización se relacionara con los dos años de gobierno de Andrés pastrana, cumplidos este lunes, o con la visita a Colombia que realizará el día 30 el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
Ríos dijo a la radioemisora Caracol que los ataques de las FARC "están dentro de la dinámica de una guerra que la insurgencia no inició", pero que busca terminar por medio de las negociaciones con el gobierno.
El gobierno y las FARC negocian la paz desde enero de 1998 y a iniciativa de grupos de derechos humanos consideran ahora el eventual cese del fuego, para evitar un daño mayor a la población civil.
Según diversos informes, el conflicto armado fue causa de 3.500 de las 25.000 muertes violentas registradas el año pasado en Colombia. (FIN/IPS/yf/ff/ip