El gobierno y las fuerzas de seguridad de Colombia aplaudieron hoy el desmantelamiento en Perú de una red internacional de tráfico de armas destinadas a las guerrilleras FARC, logrado con la cooperación entre ambos países.
El canciller Guillermo Fernández y el comandante de la Policía Fernando Tapias indicaron que el desmantelamiento de la red que traficaba armas a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) se logró tras un trabajo realizado en conjunto con Perú desde hace un año, con colaboración de Jordania y otros países.
Según Fernández, «el gobierno de Colombia compartió con Perú informaciones que había recibido» sobre la red y lo importante «sin duda» es que hubo buena cooperación entre los dos países para dejar al descubierto a esta organización delictiva.
Tapías y Fernández coincidieron en señalar que el llamado Plan Colombia, criticado por el presidente peruano Alberto Fujimori y organizaciones no gubernamentales por su supuesto contenido militarista, no puede ser utilizado como pretexto por las guerrillas izquierdistas para aumentar su armamento.
Fujimori afirmó el lunes en rueda de prensa que las autoridades de su país desmantelaron una red de tráfico de armas que transportó a las FARC 10.000 fusiles AK (Kalashnikov automáticos) que ingresarían a través de Perú al sur de Colombia procedentes de Jordania.
Según Fujimori, la ruta comenzaba en el desierto jordano, de donde partían aviones fletados por los traficantes que lograron introducir las armas a la selva colombiana lanzándolas con paracaídas.
El mandatario indicó que entre los detenidos por este caso figuran un ruso capturado el domingo en Lima, dos ex oficiales del ejército peruano, dos estadounidenses, un francés nacionalizado español y otro con nacionalidad estadounidense.
Las armas, según Fujimori, se adquirían en Ammán. El avión hacía escala en las españolas islas Canarias, Guayana e Iquitos, en la selva peruana. Pero entre estos dos últimos destinos se lanzaba en paracaídas sobre territorio colombiano una cantidad de armas destinadas a las FARC.
Según los organismos de inteligencia peruanos, los traficantes realizaron tres lanzamientos, todos en 1999, el primero el 17 de marzo (2.500 fusiles AK), el segundo en abril (otros 2.500) y el tercero en julio (5.000).
El dirigente opositor peruano Juan Mariátegui calificó el informe de «noticia vieja» divulgada para fortalecer la posición de Fujimori en la nueva ronda de diálogo con la oposición y para reforzar la figura del cuestionado jefe del Servicio de Inteligencia, Vladimiro Montesinos.
Mientras, Fujimori manifestó su preocupación por el Plan Colombia para respaldar las negociaciones de paz entre el gobierno y la guerrilla y el combate contra el narcotráfico.
Este proyecto cuenta con una ayuda estadounidense de 1.300 millones de dólares, y podría convertir al país sudamericano en un «pequeño Vietnam», según el mandatario peruano.
Fujimori consideró que la gran cantidad de armamento por parte de las FARC «lleva a la suposición» de que se preparan para un prolongado e intenso enfrentamiento militar.
Además, consideró preocupante la lucha entre el ejército colombiano y la guerrilla pueda prolongarse «más de lo debido» y ocasionar una desbandada de guerrilleros y narcotraficantes «en desmedro de la seguridad de algunos países vecinos».
Al respecto, el canciller colombiano indicó que «son muy continuas las observaciones que se hacen» al fortalecimiento institucional y a la lucha contra el narcotráfico en el marco del Plan Colombia, pero escasas las que se escuchan sobre el fortalecimiento militar que procuran las FARC.
El «Estado colombiano y el gobierno que lo representa están en todo su derecho de aumentar su capacidad de lucha» contra el narcotráfico, mientras que la compra de armas por parte de la insurgencia «va en desmedro del pueblo colombiano» que sufre las secuelas de la violencia, agregó Fernández.
Unas 60 organizaciones no gubernamentales de Colombia, Estados Unidos y Europa condenan la ayuda de Washington al Plan Colombia, que contempla el fortalecimiento militar para la lucha contra el narcotráfico en el sudeste de este país.
Las críticas afirman que esa asistencia profundizará la guerra, causará el desplazamiento de campesinos a las fronteras y afectará la biodiversidad y la salud humana.
Los temores por una escalada bélica también preocupan a Ecuador, cuyo presidente, Gustavo Noboa, visitará Bogotá este jueves en procura de información sobre el Plan Colombia.
Así mismo, Brasil anunció este lunes la instalación de bases de control en siete ciudades fronterizas para impedir el ingreso de guerrilleros, campesinos y narcotraficantes que podría registrarse con la aplicación de la estrategia del presidente Andrés Pastrana.
El aval oficial del presidente estadounidense Bill Clinton al Plan será manifestado el día 30 de agosto en el puerto de Cartagena, sobre el mar Caribe. (FIN/IPS/yf/mj/ip/00