Canadá impondrá a Brasil sanciones comerciales por 1.401 millones de dólares, la mayor represalia que la OMC ha autorizado hasta la fecha por un caso de proteccionismo comercial.
El fallo, comunicado este lunes a todos los miembros de la OMC (Organización Mundial de Comercio), responde a una queja de Canadá por daños causados a su empresa Bombardier, por financiamientos subsidiados ofrecidos por Brasilia a la Empresa Brasileña de Aeronáutica (Embraer).
Los dos gobiernos comenzarán este martes en Sao Paulo negociaciones sobre la forma de cumplir la decisión, que permite a Canadá suspender concesiones arancelarias o adoptar otras medidas contra exportaciones brasileñas por 233,5 millones de dólares anuales, durante los próximos seis años.
Productos agrícolas y algunos industriales, que Brasil exporta favorecido por el Sistema General de Preferencias, podrían ser afectados por las represalias.
Sin embargo, la expectativa está centrada en alcanzar un acuerdo que compense a Canadá a través de un aumento de sus ventas a Brasil o de la participación de sus empresas en las compras gubernamentales brasileñas, a través de rebajas arancelarias o de otras facilidades.
De esa forma se incrementaría el comercio bilateral, aunque con desequilibrio en favor de Canadá, en lugar de reducirla por medio de represalias. La misma firma Bombardier podría ser favorecida con la exportación a Brasil de aviones especializados y material de ferrocarriles.
El canciller brasileño, Luiz Felipe Lampreia, lamentó la decisión y consideró válida la política de incentivos a Embraer, adoptada por su gobierno.
Lampreia dijo que ello permitió al país consolidar una de las mayores empresas mundiales en un sector de alta tecnología, de intensa competencia, como es el aeronáutico.
Embraer, que se encontraba en crisis cuando fue privatizada en diciembre de 1994, es considerada en la actualidad la cuarta mayor fabricante de aviones comerciales del mundo.
Tiene pedidos firmes para construir 1.200 aeronaves, que representan 10.300 millones de dólares en facturación, cifra que puede ser duplicada si se suman las opciones de compra, informó el presidente de esa empresa, Mauricio Botelho.
El motivo de la sanción son sus ventas favorecidas por el Programa de Financiamiento de Exportaciones (Proex), mantenido por el gobierno brasileño y que la OMC consideró una forma de subsidio indebido.
Las autoridades económicas aseguraron el cumplimiento de todos lo contratos firmados hasta noviembre de 1999 y que contemplan esa financiación, lo cual corresponde a casi 800 aeronaves, señaló Botelho.
El monto definido en el fallo de la OMC, aunque muy inferior a los 3.280 millones de dólares pedidos por Canadá, es con gran ventaja la sanción más abultada del sistema multilateral de comercio.
En segundo lugar se ubica la aplicada contra la Unión Europea, ante un reclamo presentado por Ecuador contra el sistema de cuotas impuesto a las compras de banano ecuatoriano.
El embajador brasileño ante la OMC, Celso Amorim, destacó que el caso Embraer es también singular por reflejar las dificultades que enfrentan los países en desarrollo para disputar el mercado internacional con industrias de alta tecnología.
Brasil argumentó siempre que el plan Proex busca simplemente igualar las tasas de interés pagadas por exportadores brasileños a las vigentes en países financieramente más fuertes.
Embraer y Bombardier disputan el mercado mundial de aeronaves de transporte regional, de hasta 50 pasajeros. El proceso se prolongó por cuatro años e involucró también acusaciones de Brasil al programa Asociación Tecnológica Canadá, por sus subvenciones al sector industrial de defensa y aeroespacial.
La OMC recomendó cambios en los incentivos practicados por ambos países, pero evaluó en julio que los ajustes en el Poex no fueron suficientes y sus financiaciones seguían en desacuerdo con las reglas del comercio internacional, al contrario del programa tecnológico canadiense.
En consecuencia, además de dificultar las exportaciones brasileñas a Canadá, o aumentar las ventas desde el país norteamericano en caso de acuerdo, los aviones a chorro ERJ-135, de 37 pasajeros, y ERJ-145, de 50, blancos de la queja canadiense, tendrán su precio final elevado por la pérdida de la financiación favorecida.
Pero Embraer se mantendrá competitiva en todo el mundo, incluso en países industrializados, pese a los ajustes en sus precios, afirmó Botelho, confiando en un «pequeño impacto» en sus negocios.
Además de esos aviones de transporte regional, Embraer conquistó importantes mercados con su modelo anterior, el Bandeirante, para 18 o 19 pasajeros, y también con el Tucán, de entrenamiento militar, y con pequeños aparatos de uso agrícola. (FIN/IPS/mo/dm/if/00