BRASIL: Mujer contra mujer en elecciones municipales

Mujeres disputando con otras mujeres para acceder a la alcaldía de tres capitales estaduales de Brasil es la novedad que presenta la campaña con vista a las elecciones municipales del 1 de octubre, reflejo de la mayor participación femenina en la política.

Marta Suplicy y Luiza Erundina, ambas de izquierda, encabezan la pugna por el más importante gobierno municipal del país, el de Sao Paulo, una ciudad de 10 millones de habitantes que concentra el poder económico nacional.

La última encuesta de opinión de votos reveló que Suplicy, del Partido de los Trabajadores (PT), es la preferida de 26 por ciento del electorado, contra 17 por ciento de la socialista Erundina.

El único candidato que podría evitar una confrontación femenina en la segunda vuelta es Paulo Maluf, ex alcalde que registra 15 por ciento de las intenciones de voto, pero enfrenta la corrosión del escándalo de corrupción que mancha a la actual gestión de su ahijado político Celso Pitta.

Las elecciones municipales constituyen también una arena política dominada por candidatas en Natal y Maceió, dos capitales del nordeste del país.

Es en esa región, la más pobre de Brasil, es donde más están presentes las mujeres en el poder local, señaló la socióloga Delaine Martins Costa, coordinadora del Nucleo de Mujeres y Políticas Públicas del Instituto Brasileño de Administración Municipal.

La disputa directa "mujer contra mujer" como principales candidatas en estas capitales es el "dato nuevo" de la campaña electoral, que debe también mantener la tendencia de aumento de alcaldes y concejales femeninas en el país, destacó.

En 1996, cuando se adoptó el sistema de cuotas que obligó a los partidos a presentar al menos 20 por ciento de candidaturas femeninas, el número de concejales femeninas aumentó 111 por ciento, ascendiendo a 6.536 en todo el país, recordó Almira Rodrigues, del Centro Femenino de Estudio y Asesoría (Cfemea).

También se eligieron 302 alcaldesas, 60 por ciento más que en las elecciones anteriores de 1992, cuando aún no había mecanismos de ayuda a las mujeres.

Los partidos tienen que presentar en los comicios de este año por lo menos 30 por ciento de mujeres entre sus candidatos al poder legislativo municipal. Por tanto, la expectativa es de doblar nuevamente la cantidad de concejales, indicó Rodrigues.

Pero, aún obteniendo tal desempeño, la representación femenina seguirá muy baja, ya que no alcanza a 12 por ciento del total de concejales existentes en el país, observó Delaine Costa.

El crecimiento en cifras absolutas se debe en parte al aumento de la cantidad de municipios, que eran 4.972 en 1996 y ahora ya suman 5.505.

Además, el avance en el poder local no se repite en instancias superiores. La participación femenina en el Congreso Nacional cayó en las últimas elecciones, al pasar de 34 diputadas elegidas en 1994 a 28 en 1998.

Hay una "división sexual" de la política, permitiendo a la mujer un ascenso sólo en el municipio, por su mayor acercamiento a las cuestiones locales, sociales y comunitarias, evaluó Costa.

Eso se nota en especial en el nordeste del país, donde es tradicionalmente más elevada la presencia femenina en el gobierno municipal y son fuertes las "redes familiares".

El líder varón, tras gobernar el municipio, pasa a disputar el poder estadual y federal, dejando como heredera local a su mujer o parientes cercanos, explicó.

Así, las mujeres ya gobernaban 3,2 por ciento de los municipios del nordeste en 1973, para pasar a 8,6 por ciento en 1997, siempre más del doble del porcentaje registrado en las regiones más desarrolladas del sur y sureste.

De todas formas, asumir el poder en las capitales hace más visible el avance político femenino, ya que representa la antesala del gobierno estadual, pocas veces ocupado por una mujer en Brasil.

Además de las tres capitales en que las encuestas apuntan a dos mujeres como principales adversarias, hay candidatas favoritas en otras ciudades importantes, como Fortaleza, capital del estado del mismo nombre, también en el nordeste.

En el estado de Sao Paulo, están en este caso Santos, el mayor puerto brasileño, y Sao José dos Campos, un centro tecnológico y capital de la industria aeronáutica brasileña.

El movimiento femenino mantiene sus críticas a los partidos, que en general no respetan las cuotas o dedican escasa atención a sus candidatas, inscriptas solamente para cumplir la ley electoral.

Habrá que estudiar nuevos mecanismos para ampliar la participación femenina, especialmente en el poder legislativo, señalan expertas en el asunto.

El sistema electoral distrital, con escaños atribuidos a un territorio limitado, "favorecería la representación no sólo de las mujeres sino también de las minorías, como los negros y discapacitados", opinó Maria Aparecida de Laia, presidente del Consejo de la Condición Femenina de Sao Paulo.

El sistema, que podría ser mixto con una parte elegida por distritos y otra por el sistema actual, en que todos disputan votos en todo el municipio o el estado, según Laia.

Eso abriría mayores posibilidades a los candidatos con actuación social en la comunidad, reduciendo el peso de campañas publicitarias que exigen mucho dinero, agregó.

Los partidos conceden prioridad a sus candidatos más conocidos, que pueden atraer muchos votos y así agrandar la representación partidaria.

De esa forma, les destinan los mayores recursos financieros en desmedro de las mujeres, en general menos conocidas por estrenar en la política electoral, una dinámica que tiende a mantener el estatus quo, criticó de Laia. (FIN/IPS/mo/dm/ip hd/00

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