Dos organismos de derechos humanos de la ONU expresaron preocupación por la discriminación de los gitanos y exhortaron a los estados a protegerlos de la violencia racial y a mejorar sus condiciones de vida.
La Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos propuso que el experto Yeung Sik Yuen profundice su informe preliminar, el cual concluye que los gitanos de Europa siguen siendo pobres, sin instrucción y discriminados en casi todos los ámbitos de actividad.
En tanto, el Comité por la Eliminación de la Discriminación Racial recomendó a los países reconocer los graves actos perpetrados contra esa comunidad durante la segunda guerra mundial, en los que perecieron más de medio millón de sus integrantes, y que prevean el otorgamiento de compensaciones.
Los expertos independientes integrantes de esos dos cuerpos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) declararon que los gitanos, unos 12 millones en el mundo, constituyen una de las minorías más perseguidas en la actualidad.
La discriminación impuesta en Kosovo después de la guerra librada en 1999 por la Organización del Tratado del Atlántico Norte contra Yugoslavia, redujo de 150.000 a apenas 10.000 o 20.000 la cantidad de miembros de esa comunidad.
La población de origen albanés, mayoritaria en Kosovo, impulsó la expulsión de los gitanos, acusándolos de haber colaborado con Belgrado.
La no gubernamental Sociedad por los Pueblos Amenazados señaló que 14.000 viviendas de gitanos fueron incendiadas en Kosovo y destruidas 74 de las 314 aldeas donde residían esas comunidades.
Las fuerzas internacionales bajo el mando de la ONU en Kosovo contemplaron imperturbables durante meses mientras se cometían esos abusos y, de hecho, alentaron las expulsiones masivas al escoltar hasta las fronteras a las víctimas de la limpieza étnica, denunció la Sociedad por los Pueblos Amenazados.
En Grecia, que se prepara a hospedar en Atenas los Juegos Olímpicos de 2004, la población gitana es obligada a ceder los terrenos donde habitualmente se asienta para la construcción de instalaciones deportivas, afirmó el grupo humanitario Greek Helsinki Monitor.
El debate de la situación de los gitanos en los dos cuerpos de la ONU, en sus sesiones de este mes, coincide con un aumento del interés en el tema, especialmente en Europa
Las mayores concentraciones de gitanos se encuentran en Europa central y oriental, países que son candidatos a incorporarse a la Unión Europea en los próximos años.
La presencia de esa minoría, calculada entre ocho y 10 millones de personas, y sus esfuerzos por mantener su identidad cultural provocan reacciones hostiles por parte de la mayoría de la población de Europa.
La previsible desaparición de las fronteras en la Unión Europa puede favorecer el libre desplazamiento de esa masa poblacional, que en una elevada proporción todavía mantiene sus hábitos nómades.
Las preocupaciones se avivaron a raíz de los informes de prensa que atribuyeron al congreso internacional de esa comunidad, realizado en julio en Praga, la intención de proclamar una nación gitana, observó Régis de Gouttes, uno de los expertos del Comité por la Eliminación de la Discriminación Racial.
Sin embargo, Delia Grigore, del Centro Romaní de Políticas Públicas, de Rumania, aclaró que «nación romaní» entiende el concepto de comunidad cultural y «no territorial».
Las aspiraciones del pueblo gitano se centran en la creación de una red de instituciones representativas de su cultura, como universidades, museos, emisiones de televisión y de radio. «Eso significa nación romaní», dijo Grigore.
En ese plano, las organizaciones gitanas reclamaron el reconocimiento de sus derechos a una enseñanza multicultural que les permita proteger su idioma y sus tradiciones.
Por el contrario, una de las recomendaciones aprobadas por el Comité por la Eliminación de la Discriminación Racial propone a los estados «la inclusión en el sistema escolar de todos los niños de origen romaní».
El empleo del término inclusión puede leerse como «asimilación», protestó Faik Serifovic, dirigente de la Unión Romaní.
Los sistemas escolares europeos son monoculturales y estimulan de manera casi exclusiva los patrones de identidad etnocéntricos de la mayoría, lamentó.
Serifovic arguyó que los niños gitanos pierden su autoestima y enfrentan una grave y profunda disolución de su identidad al negarles el derecho a aprender en su lengua materna y al verse forzados a pertenecer a otra cultura.
El pueblo gitano, cuyos orígenes se remontan a la región noroccidental de India, aspira a recuperar su lengua, su historia y su identidad cultural, al igual que su alfabeto, sintetizó. (FIN/IPS/pc/dm/hd pr/00