Cazadores procedentes de los ricos países petroleros del Golfo comenzarán a llegar en septiembre a Pakistán en busca de un ave cuya carne creen afrodisiaca, munidos, según activistas, de licencias ilegales.
Estos cazadores persiguen a la avutarda houbara, que se encuentra en regiones áridas del país. Esta ave tambien emigra a Pakistán desde China y Asia Central en el invierno boreal.
Las creencias sobre las facultades de la carne de houbara llevó a la especie al borde de la extinción en este país, según conservacionistas temerosos de que el gobierno extienda licencias de caza a adinerados árabes sin informar a las autoridades provinciales.
Los activistas aseguran que, de acuerdo con las leyes paquistaníes, son los gobiernos de las provincias los que deberían emitir esas licencias, y no el central.
Un funcionario que reclamó reserva sobre su identidad atribuyó el otorgamiento de permisos especiales de caza a millonarios árabes a los beneficios y la asistencia financiera que el gobierno central obtiene en los ricos estados petroleros del Golfo.
"La conservación de la fauna silvestre corresponde a los gobiernos provinciales, pero los permisos de caza son concedidos por la cancillería. Los ambientalistas y funcionarios de reservas naturales no son consultados", dijo la fuente a IPS.
La avutarda houbara es un ave del desierto. El macho pesa entre 1,5 y 2,5 kilos. La hembra, entre uno y 1,5 kilos.
El macho ostenta una corta cresta blanca y negra, un crespón de plumas de los mismos colores a cada lado del cuello y otro de plumones grises que desciende de la garganta al pecho. En las hembras esos crespones son más pequeños.
La avutarda houbara puede encontrarse en distintas partes del mundo, desde las Islas Canarias hasta China y Mongolia. Tambien se reproduce en Asia central y emigra a Pakistán y la península arábiga en invierno.
El ave tambien se puede hallar en la provincia paquistaní de Beluchistán. Las avutardas houbaras están amenazadas en todo el mundo por la destrucción de su hábitat a causa de pasturas y cultivos intensivos y de la caza irregular.
Se calcula que unas 20.000 aves llegan cada año a Pakistán desde las áreas de Urumchi y Kashgar, de Sinkiang, en China, las zonas desérticas de Kyzlkum, Tau Kum y Karakum, de Uzbekistán, Kazajstán, y algunas áreas de Turkmenistán.
Un tercio de las avutardas migratorias es víctima de la caza en Pakistán cada año.
Este país es signatario de acuerdos internacionales para salvar especies amenazadas de la fauna silvestre, y cuenta con leyes provinciales que prohiben la caza de la avutarda houbara en Punjab, Sindh y Baluchistán.
Pero la prohibición se levanta cada temporada de manera provisoria para otorgar permisos a millonarios árabes.
Ejaz Ahmad, de la filial paquistaní del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), se lamentó de que las leyes que protegen la avutarda houbara sean "elásticas y obsoletas".
Mukhtar Ahmed, ex oficial del ejército que conduce la filial paquistaní del WWF, urge al gobierno federal para que al menos limite la cantidad de licencias que concede a los ricos cazadores de los estados del Golfo.
Mientras, la Fundación Houbara Internacional, fundada hace cinco años, dirige los esfuerzos para salvar al ave amenazada. La organización cuenta con dos centros de investigación en el desiero de Colistán y el Valle del Nag, en Beluchistán.
Los centros tratan de aumentar la declinante cantidad de avutardas residentes alentando su reproducción en cautiverio y mediante la la rehabilitación de aves recuperadas de las trampas.
Las aves reproducidas en cautiverio son identificadas con anillos y algunas hasta dotadas de minitransmisores con fines de estudio sobre sus desplazamientos y preferencias en materia de hábitat. El centro de Colistán curó, registró y liberó a 3.763 avutardas.
El centro en el Valle del Nag, que comenzó el año pasado con seis pichones de houbara y 108 aves adultas rescatadas de trampas, ya liberó 42 en abril, 10 de ellas con minitransmisores.
La Fundación Houbara trabaja con conservacionistas de Asia Central, donde las avutardas se reproducen, así como en estados del Golfo a los que también emigran todos los años.
Se han firmado convenios con la Academia de Ciencias de Uzbekistán, la Comisión Nacional Saudita para la Conservación y Desarrollo de la Fauna Silvestre y la Agencia de Estudios Ambientales de Abu Dhabi.
Los expertos de esos países intercambiarán visitas con sus pares paquistaníes para aprender más sobre la avutarda houbara y lograr que el ave pueda ser salvada para las futuras generaciones, dijo Ahmed. (FIN/IPS/tra-eng/ni/mu/ego/mj/en/00