Los escritores y lectores negros de ciencia ficción son parte esencial de ese género en expansión, destaca "Dark Matter" (Materia oscura), una nueva colección de cuentos y ensayos editada por la estadounidense Sheree Thomas.
La actual fascinación por las nuevas tecnologías, desde la biotecnología hasta la red de computadoras Internet, popularizó películas, novelas y cuentos de ciencia ficción en las últimas décadas.
Thomas, escritora y editora de un periódico literario negro llamado "Anansi: Ficción de la diáspora africana", quiere demostrar que la ciencia ficción negra está políticamente comprometida y es una fuente de inspiración para algunos de los más excitantes textos actuales.
"Dark Matter" está dividida en dos secciones. En la primera mitad, Thomas incluye cuentos cortos de escritores emergentes y de otros más conocidos, como Octavia Butler, Samuel Delany y Stephen Barnes.
Cinco ensayos de la segunda sección del volumen exploran la relación entre raza y ciencia ficción. Thomas, personalmente, aborda ese vínculo en su introducción, explicando que el libro toma su título de un término en astronomía que podría ser una metáfora para la ciencia ficción negra.
"La materia oscura es una forma no iluminada de materia que no ha sido directamente observada, pero cuya existencia ha sido deducida por los efectos gravitacionales. La ciencia ficción negra es la 'materia oscura' del género, siempre presente pero raramente percibida", comparó.
El material que Thomas seleccionó para su colección, se apoya en una pujante comunidad de escritores negros de ciencia ficción e incluye narraciones sobre tecnología médica todavía inexistente, invasiones extraterrestres, redes computerizadas, vampiros y seres clonados (o manipulados genéticamente).
Muchas de las historias tienen matices políticos y llaman la atención sobre el uso potencial de la tecnología para oprimir a aquellos que no la controlan, o celebran las posibilidades metamórficas de futuras invenciones.
Algunos cuentos de Dark Matter consideran explícitamente las relaciones entre blancos y negros. El más famoso de ellos, "Comerciantes Espaciales" fue tomado de la colección "Rostros en el Fondo del Más Allá", de Derrick Bell, un ex profesor de derecho de Harvard.
Los comerciantes espaciales del título son visitantes extraterrestres que piden y reciben la población negra de Estados Unidos a cambio de la promesa de poner a punto la decadente economía de la nación.
Los negros, notificados de haber sido llamados al servicio militar por especial disposición del Congreso, son llevados a la nave extranjera en cadenas.
Otro cuento, "The Pretended", de Daryl Smith, describe un país del futuro que eliminó a su población negra y luego creó robots negros para que hicieran de sirvientes. Cuando esos robots se preguntan acerca de su lugar en esa sociedad del futuro, los blancos los consideran defectuosos y los programan para autodestruirse.
Dark Matter no se trata exclusivamente de ciencia ficción. Thomas prefirió la categoría más amplia de "ficción especulativa" para elegir los cuentos, una categoría que incluye ficción fantástica, relatos de posesión espiritual e historias de fantasmas.
La primera historia en la colección de Thomas es un ejemplo de relato especulativo, pero no exactamente ciencia ficción.
"Lilith", de Honorèe Fanonne Jeffers, reimagina el mito bíblico de Adán y Eva, esta vez visto desde la perspectiva de la primera mujer de Adán, Lilith, quien como Adán era negra.
Algunos de los ejemplos de Thomas de ficción especulativa parecen al comienzo fuera de tono con el resto de la colección.
Por ejemplo, el relato de Charles Chesnutt sobre una plantación de viñas encantada del siglo XIX, "The Goophered Grapevine", está ubicado entre dos narraciones futuristas, una de Akua Lezli Hope sobre una mujer que es reconstruida como un instrumento de viento, y otra de Octavia Butler acerca de una horrible enfermedad que es efecto colateral de una droga "milagrosa".
Sin embargo, Thomas explicó que sus elecciones fueron deliberadas, y que incluyó obras históricas como la de Chesnutt y de W.E.B. Du Bois, que data de los años 20, para dar a sus lectores un sentido de la evolución del género especulativo.
Según Thomas, pretendió tambien que los lectores se dieran cuenta de que una amplia gama de ficción afroestadounidense, desde "Grapevine…", de Chesnutt, hasta "Beloved", de Toni Morrison, contienen muestras de ficción especulativa, incluso si esos escritos son clasificados y vendidos en forma muy diferente.
"La ciencia ficción siempre tuvo mala fama, y ningún escritor quería ser encasillado en ese género. El resultado ha sido una sensación de que la ciencia ficción y la ficción especulativa negras son excepcionles y no parte de una tradición más amplia", explicó.
Thomas cree que la colección permitirá a los lectores comprobar que la ciencia ficción es un medio ideal para explorar temas de relaciones raciales y cultura negra mundial.
Además, también puede ayudar a los escritores a darse cuenta de "que la historia que redactaron y yace en el fondo de un armario puede tener un público lector", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/ll/da/ego/mlm/cr/00