La reedición en octubre de «El libro histórico de cocina negra estadounidense» será una ocasión propicia para recordar el largo camino recorrido por esta comunidad desde que fueron sacados de Africa por la fuerza.
La primera edición de este popular libro se remonta a 1958, cuando el Consejo Nacional de Mujeres Negras de Estados Unidos reunió en 144 páginas recetas creadas por afroamericanas de todo el país.
Pero la característica más saliente de este volumen es que recomienda una fecha para saborear los platillos, de modo de conmemorar hechos y personalidades de la diáspora negra.
La primera receta es, por ejemplo, una torta concebida para el desayuno del 1 de enero, fecha en que se abolió la esclavitud en Estados Unidos, en 1963.
En el libro figura también la receta del pan de chicharrón Nat Turner, que lleva el nombre de un esclavo de Virgina que lideró una rebelión en 1831 y fue condenado a morir en la horca.
También se recomiendan cenas especiales para el 24 de octubre, Día de la Organización de las Naciones Unidas, y la receta de los pastelillos de chocolate y nueces Harriet Tubman, en honor a una activista negra.
El día de la independencia de Ghana, 6 de marzo, también tiene un plato especial: bife o pollo con arroz. El cordero asado se dedica a Jean Baptiste Point Dessables, un haitiano del siglo XVIII que fue la primera persona no nativa de América del Norte en establecerse donde hoy se encuentra Chicago.
Así, la comida da sabor a lecciones de historia estadounidense. Las recetas están presentadas junto a breves biografías de las personas a quienes están dedicadas, la mayoría de ellas de los siglos XVIII y XIX.
Las zanahorias a la menta Katy Ferguson, por ejemplo, llevan el nombre de la fundadora de la Escuela Dominical en Nueva York, en 1793. Ferguson nació de madre esclava, de la que fue separada cuando fue vendida a otro dueño.
Cuando Ferguson creció, se dedicó a albergar a niños sin hogar. Su obra llamó la atención de los clérigos de la ciudad e inspiró a varios estudiantes de teología a volcarse al servicio religioso.
Muchas de las recetas se remontan, incluso, a tiempos coloniales, como la del clásico pollo frito a la sureña, que incluye instrucciones sobre la elección y desplume del animal.
«Tenemos muchos conocimientos sobre cómo cocinar para sobrevivir, y muchos más aun sobre cómo cocinar para prosperar», escribió la poeta estadounidense Maya Angelou acerca del libro.
El libro de cocina es una «sabrosa» lección de historia condimentada con ilustraciones, fotografías, cartas y recortes de periódicos, algunos de cien años atrás, sobre las personas que escribieron o inspiraron las recetas.
El único inconveniente es que algunas de las recetas son demasiado antiguas: poner el platillo sobre la mesa requeriría la asistencia de un experto del lunfardo afroamericano de la época. Además, algunos de los productos que se necesitan para las comidas son difíciles de encontrar hoy.
Pero esa no es una razón para rechazar esta colección de recetas. (FIN/IPS/kr/da/rp/mj/cr/00