Los geólogos, que por primera vez en 120 años celebran su congreso internacional en América del Sur, están dispuestos a poner su ciencia al servicio del desarrollo sustentable, aseguraron hoy en esta ciudad de Brasil.
Los expertos en «ciencias de la Tierra» tienen importante papel a cumplir en la aplicación de la Agenda 21, aprobada en la Cumbre Mundial del Medio Ambiente en 1992, destacó Umberto Cordani, presidente del Congreso Geológico Internacional, que reúne desde este lunes a unos 6.000 representantes de 120 países.
Gestión de los recursos minerales y energéticos, protección del suelo y el agua, seguimiento de lo que ocurre en el planeta y prevención de las catástrofes naturales son algunas misiones de los geólogos en el marco de las grandes tareas definidas para las próximas décadas, explicó.
«Geología y desarrollo sustentable: los desafíos del tercer milenio» es el tema del encuentro que se prolongará hasta el día 17 y que comprende nueve conferencias, 233 mesas redondas y la Geoexpo 2000, con más de 200 empresas e instituciones exponiendo sus servicios y tecnologías.
Los geólogos, por investigar y acompañar los procesos terrestres, acumulan un conocimiento que debe ser considerado en el desarrollo, acentuó Cordani, quien dirige también el Instituto de Geociencias de la Universidad de Sao Paulo.
Esta ciencia, al tratar sobre recursos no renovables como petróleo y agua, suele ser identificada con actividades depredadoras, como la minería, que deja excavaciones, y el uso de combustibles fósiles, que contribuyen fuertemente al llamado efecto invernadero, de aumento de la temperatura terrestre.
No por casualidad su congreso cuenta con apoyo de las grandes empresas petroleras, como la británico-holandesa Shell, la hispano- argentina Repsol-YPF y la estatal brasileña Petrobrás,
La firma local provocó en los últimos tiempos dos grandes accidentes ecológicos, el derrame de millones de litros de crudo en la bahía de Río Janeiro y en el Río Iguazú, en el sur de Brasil.
Defender la conservación y uso racional de los recursos es su gran contribución al desarrollo ambientalmente sano.
En la agricultura, por ejemplo, es el conocimiento geológico que permite evitar daños al suelo, como su empobrecimiento y erosión, y apuntar a los cultivos más adecuados y las condiciones de mejor productividad y sustentabilidad, observó Cordani.
Pero es la cuestión del agua dulce, ya escasa en muchas partes del mundo, que se destaca en este congreso geológico que se desarrolla en Brasil.
Un evento relacionado con éste fue el primer Congreso Mundial Integrado de Aguas Subterráneas, que tuvo lugar la semana pasada en Fortaleza, una capital del nordeste brasileño.
Ese encuentro aprobó siete recomendaciones para disciplinar el uso, estimular las investigaciones y conservar el agua subterránea, como un recurso de vital importancia tanto económica como social.
Los expertos destacaron que en los últimos 40 años se cuadruplicó el consumo de agua en el planeta, presionando las reservas.
Del total, 73 por ciento es consumido en la agricultura, en especial por la irrigación, mientras la industria absorbe 21 por ciento y sólo seis por ciento se destina al abastecimiento doméstico.
El gobierno brasileño estudia también un proyecto de grandes proporciones e impacto ambiental y económico, como es la desviación de parte de las aguas de los ríos Sao Francisco y Tocantins para la región nordeste, frecuentemente azotada por prolongadas sequías que agravan su pobreza generalizada.
Además, Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, los cuatro miembros del Mercado Común del Sur, tratan de diseñar un programa de investigación y gestión ambiental del acuífero Guaraní, una inmensa reserva de agua subterránea que se extiende por 1,2 millones de kilómetros cuadrados.
Este reservorio de agua dulce, dos tercios del cual está en subsuelo brasileño, es el mayor de América del Sur y ya abastece a centenares de ciudades de este país.
Su uso sin cuidados, como el abandono de perforaciones, la actividad agrícola con muchos agrotóxicos y el uso industrial pueden contaminar el agua en aquellos sitios donde está a baja profundidad, advierten expertos, como Aldo Rebouças, de la Universidad de Sao Paulo, y Ernani Rosa Filho, de la Universidad Federal de Paraná.
Al contrario de lo que gran parte de la humanidad imagina, la casi totalidad, 97 por ciento, del agua dulce existente en el mundo es subterránea y los ríos responden por sólo uno por ciento, destacó Ricardo Hirata, otro experto en el tema de la Universidad de Sao Paulo.
En un mundo en que las grandes corporaciones transnacionales concentran el poder económico y la mayor parte de la población mundial vive en regiones pobres, la preservación ambiental «tiende a perder prioridad».
Esa situación aumenta la responsabilidad de los geólogos en la «construcción de sociedades sustentables», afirmó el presidente del Congreso Geológico Internacional. (FIN/IPS/mo/dm/en/00