ZIMBABWE: Recesión pone marco a nueva era en la vida política

El presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, inaguró hoy formalmente la nueva legislatura, en la que, por primera vez desde la independencia en 1980, el gobierno no cuenta con la mayoría de dos tercios necesaria para reformar la Constitución.

Partidarios del opositor Movimiento por el Cambio Democrático (MDC) ahogaron con gritos contra Mugabe los sones de una banda militar apostada a la entrada del parlamento, cuando el presidente llegaba para la ceremonia de instalación de la legislatura, surgida de las elecciones del mes pasado.

La policía intervino para separar a seguidores del MDC y del gobernante Frente Patriótico de la Unión Nacional Africana de Zimbabwe (ZANU-PF, en el poder desde 1980) enfrentados a las puertas del Poder Legislativo.

La radio del estado informó que dos hombres fueron detenidos a causa de los incidentes.

El MDC ganó 57 de los 120 escaños en juego en los comicios de junio, y al ZANU-PF correspondieron 62. El bloque oficialista se completa con 30 parlamentarios designados directamente por Mugabe en ejercicio de sus facultades constitucionales.

Mugabe, que admitió haber perdido apoyo en los centros urbanos, donde el MDC obtuvo una arrasadora votación, aseguró al parlamento, cuyos miembros fueron investidos el martes, que su gobierno se propone acelerar la reforma agraria y reactivar la economía.

El presidente también dijo que no habrá vuelta atrás en el programa de redistribución de haciendas a favor de campesinos sin tierra, que comprende la confiscación de propiedades de colonos blancos.

Al menos cinco millones de hectáreas serán afectadas para el programa de reasentamiento de campesinos sin tierra, anunció Mugabe al parlamento.

El programa del gobierno "incrementará la producción agrícola y promoverá la 'indigenización' de la economía", agregó.

Mugabe, cuyo gobierno ha sido responsabilizado por analistas y dirigentes opositores de la peor crisis económica del país, aseguró que el plan de recuperación diseñado por las autoridades conducirá a la estabilidad.

Se trata del llamado Programa del Milenio para la Recuperación Económica, cuya piedra angular, según Howard Sithole, de Kingdom Financial Holdings, debe ser la reducción del déficit del presupuesto, fuente de desequilibrio macroeconómico.

Mugabe reconoció que la coyuntura se caracteriza por una alta inflación, elevadas tasas de interés, la caída de las reservas internacionales y un abultado déficit fiscal.

"A la vista de esa situación, el gobierno preparó el Programa del Milenio para la Recuperación Económica", diseñado para "acabar con las causas primarias de la inflación y restaurar la estabilidad macroeconómica", explicó el presidente.

El objetivo es "crear las condiciones para el crecimiento y el desarrollo", agregó. El MDC replicó que el discurso de Mugabe sólo fue "mucho ruido y pocas nueces".

"Mugabe no ha abordado todavía la cuestión del buen gobierno. Lo que dijo no es más que la basura que cabía aguardar de él. Le daremos batalla en el parlamento", advirtió Tendai Biti, un representante del MDC.

Una dura tarea aguarda a los 19 ministros de Mugabe, que prestaron juramento este jueves, antes de la sesión de apertura de la legislatura. Faltan en el nuevo gabinete 17 antiguos colaboradores del presidente, que fueron reemplazados por jóvenes tecnócratas.

El desorden en que ha caído la economía afecta seriamente la imagen internacional de Zimbabwe como destino seguro de inversiones. Los ingresos procedentes del turismo cayeron 70 por ciento, aunque al parecer, lo peor ya ha pasado.

Sithole señaló que el déficit del presupuesto podría alcanzar a 20 por ciento del producto interno bruto y las tasas de interés anual a más de 60 por ciento, mientras que la actividad podría caer 10 por ciento.

"La primera tarea del nuevo ministro de Finanzas y Desarrollo Económico debe ser la puesta en marcha de un programa de reactivación, para hacer frente a los numerosos problemas" del país, indicó.

Los empresarios avalaron el nuevo gabinete, pero el presidente del MDC, Morgan Tsvangirai, cuestionó su mayoritaria integración con tecnócratas sin formación política. Incluso siete de los 19 ministros son parlamentarios designados directamente por el presidente y, por lo tanto, no tienen respaldo popular expreso.

Los ministros "van a ampararse bajo el ala de Mugabe, y el problema de este país es el propio Mugabe", advirtió Tsvangirai.

La acción del gobierno debe buscar el equilibrio entre los aspectos políticos y económicos, "y no creo que este gabinete pueda hacerlo, pues Mugabe sigue en su puesto. Los ministros van a ser sacrificados como corderos", predijo.

El economista Moses Tekere comentó que los miembros del gabinete parecen en principio capacitados para su tarea. "Pero la principal interrogante es si Mugabe les permitirá trabajar", puntualizó.

"No se gana la confianza de la comunidad internacional con la designación de un buen equipo de ministros. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial sólo responderán a la vista de las políticas del gobierno", señaló Tekere.

"Ni aún con el mejor gabinete posible podremos mejorar la coyuntura económica, si seguimos dando la espalda a la comunidad internacional. Mugabe debe demostrar con actos" que está dispuesto a corregir sus errores, advirtió. (FIN/IPS/tra- en/lm/sm/ff/ip/00

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