/REPETICION/INFANCIA-TURQUIA: Víctimas de explotación sexual y del olvido

Turquía, aspirante a convertirse en la décima potencia económica mundial dentro de 25 años, no atiende de manera adecuada a los niños y niñas sometidos a explotación y abuso sexual, advirtieron expertos.

Uno de los dos informes al respecto divulgados este mes afirma que más de 500 niños y niñas son sometidos a comercio sexual solo en Estambul. Muchos de ellos proceden de hogares donde fueron maltratados, algunos fueron abandonados y otros escaparon de su casa.

"He vivido 10 años en la calle. Dejé mi casa para huir de mi padre. Siempre tuve hambre. Fui arrestado, torturado y acosado sexualmente muchas veces. Deseo que mis amigos no corran igual suerte", dijo un adolescente de Estambul entrevistado para el informe.

Las asistentes sociales Polat Decevi y Hidir Yildiz y la médica Didem Baskin entrevistaron para este estudio a 101 niños y 57 niñas entre dos y 14 años, víctimas de agresión sexual atendidos entre 1987 y 1999 en el hospital infantil Sisli, de Estambul.

La mayoría de los pacientes fueron objeto de violación y estigmatizados por sus familias que, una vez confirmado el ataque, los abandonaron por temor al qué dirán.

"Los niños y niñas que sufrieron ataques sexuales son rechazados por su familia. Los que no fueron protegidos después del incidente siguen siendo acosados. Los niños con retardo mental que viven o trabajan en las calles son vulnerables a la violación", explicó Baskin.

Los archivos forenses están, por lo general, incompletos. "Los informes no contienen testimonios de las víctimas, descripciones de la situación general de esos niños ni datos de infecciones", dijeron.

"El semen en el cuerpo y ropa de las víctimas no aparece, en general, entre las evidencias. Los archivos oficiales sólo reflejan la punta del témpano", apuntó Ayse Gulsen, asistente social del equipo de vigilancia de agresión sexual contra menores del hospital infantil de Esmirna.

"Muchos niños que son objeto de violencia sexual no son llevados a los hospitales. Cuando reciben tratamiento, la verdadera causa de las lesiones y la depresión pueden quedar ocultas debido a la falta de experiencia en esos casos", agregó Gulsen.

"Como carecen de control sobre sus cuerpos, los niños creen que están bien tratados. Pero los diagnósticos que se limitan a las quejas de las víctimas son otra fuente de ignorancia", observó.

Gulsen señaló también que las víctimas, como invariablemente carecen de tratamiento psicológico, a menudo se convierten en agresores. "En muchos casos comprobamos que los atacantes fueron a su vez víctimas de violencia sexual durante la niñez", explicó.

Un segundo estudio de Esin Kuntay, profesor de la Universidad Mármara de Estambul, arrojó más luz sobre la agresión que sufren 500 niños y niñas reclutados por proxenetas en esta ciudad.

Diecinueve entre 30 niños explotados que fueron entrevistados tuvieron su primera experiencia sexual cuando tenían entre 10 y 17 años. Casi todos padecieron ataques sexuales, físicos y emotivos en sus hogares.

Entre las niñas, 43 por ciento fueron violadas o maltratadas físicamente, y otro 20 por ciento declaró haber sufrido ataques sexuales y emocionales.

"Los centros de rehabilitación para las víctimas son una necesidad imperiosa para ayudar a los niños y sus familias a restaurar sus vidas", dijo Kuntay.

Setenta y siete por ciento de los niños y niñas explotados por proxenetas son hijos de padres separados.

Abdullah Karatay, asistente social del Centro Infantil Beyoglu de Estambul, atribuyó la creciente incidencia de agresión sexual contra menores al incremento de la migración del campo a las ciudades. La mayoría de los niños y niñas que viven en las calles son hijos de familias rurales del sur y sudeste de Turquía.

"Los niños y niñas sufren en las calles todo tipo de violencias, incluso sexual. Se ven obligados a trabajar y vivir en las calles, por lo que son maltratados por la gente y la policía", dijo Karatay a IPS.

Más del 70 por ciento de los niños que trabajan en las calles declararon haber sufrido intimidación policial. "Los chicos son blanco de la rabia de los adultos que, a su vez, son víctimas de dificultades socioeconómicas", observó Gulsen.

"Los niños cargan con el peso de la violencia que impera en la sociedad turca. No hay arreglo posible a menos que se produzca un cambio radical en la estructura social", manifestó. (FIN/IPS/tra- eng/nm/da/ego/mj/hd/00

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