El reelecto presidente de Perú, Alberto Fujimori, lucha por legitimar su cuestionado triunfo electoral, pero después de conseguir ese objetivo tendrá que enfrentar el crítico marco financiero que él mismo preparó en su actual periodo de gobierno.
La atención se concentra en la labor de la Misión Extraordinaria enviada por la Organización de Estados Americanos (OEA) para superar la crisis política interna generada por el proceso electoral y la mayoría de los observadores han perdido de vista el crítico escenario financiero del país.
Un factor que agravaría la situación económica son las probables sanciones financieras y comerciales contra el gobierno de Fujimori que estudian Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá, por su presunta violación de la Constitución.
Por otro lado, la crisis electoral y las amenazas de violencia política emitidas por casi un tercio del electorado, que no acepta los resultados de los comicios, agravarían la situación económica y financiera, especialmente el referido a las obligaciones pendientes de pago de la deuda externa.
"Fujimori ganó la reelección y se apresta a iniciar su tercer mandato consecutivo, pero deberá presidir a un país sobreendeudado, que deberá pagar 11.395 millones de dólares a sus acreedores externos" en el próximo quinquenio, comentó el economista Gerardo Barraza.
"Eso significa que el 38 por ciento de las exportaciones peruanas en dicho período estarán comprometidas para cancelar la deuda pública externa", añadió.
Oscar Ugateche, asesor financiero internacional peruano, señaló que las proyecciones económicas del gobierno de Fujimori para la reestructuración de la deuda no se han cumplido y el deterioro de la economía pone en riesgo la capacidad de pago del país en los próximos años.
Fujimori concentró la mayor parte de sus pagos para el periodo siguiente. Entre 1990, cuando asumió el gobierno, y 1998, Perú ha recibido 5.815 millones de dólares y ha pagado 10.831 millones.
Pese al alto monto de pagos en ese periodo, el total de la deuda externa se elevó de 13.331 millones de dólares a 19.190 millones a junio de este año.
Las negociaciones para refinanciar y reprogramar los pagos de la deuda externa se hicieron durante el primer periodo de gobierno Fujimori, entre 1996 y 1997, cuando el mandatario aún no había definido una vía legal para postularse nuevamente a la reelección.
Pero gracias a una cuestionada interpretación legislativa efectuada por la oficialista mayoría parlamentaria, Fujimori pasó por encima el artículo constitucional que lo prohibe y se postuló este año para un tercer periodo consecutivo, lo que obtuvo al ganar la segunda vuelta electoral en mayo pasado.
"El deterioro de la economía peruana en los dos últimos dos años, así como las perspectivas que se presentan este año debido a los efectos de la crisis política generada por el reciente procedo electoral, probablemente impedirán cumplir nuestras obligaciones externas en los próximos años", dijo Ugarteche.
El experto no cree que una imposición de sanciones de parte de Estados Unidos lleve a los organismos internacionales a cortar los desembolsos ya comprometidos con Perú para este año, pero haría más difícil conseguir en los próximos años los créditos necesarios para financiar el déficit fiscal.
Ugarteche recordó que el gobierno de Fujimori proyectaba un crecimiento del producto interno bruto a un promedio de cinco por ciento entre 1997 y 2001, y que en dicho periodo las exportaciones totales crecerían al menos 8,5 por ciento y ninguno de esos pronósticos se cumplió.
En abril de 1997, luego de concretar la reformulación de la deuda externa en base al Plan Brady, el entonces ministro de Economía Jorge Camet aseguró que Perú estaba en condiciones de cumplir con el calendario de pagos establecido.
"El servicio de la deuda pública externa pasaría de un 15 por ciento de las exportaciones de bienes y servicios no financieros en 1997 al 17 por ciento en el 2000 y bajaría al 11 por ciento en el 2005, porcentajes consistentes con nuestra capacidad de pago", vaticinó entonces Camet ante el Congreso.
Esto se basaba en el cálculo de un crecimiento de exportaciones de al menos 10 por ciento anual entre 1997 y 2000, lo que significaría pasar de 6.400 millones a 8.300 millones de dólares, en tanto que para 2005 esperaba 14.000 millones.
"Esos supuestos no se han cumplido, en 1997 las exportaciones crecieron en 13 por ciento en relación al año anterior, pero luego el crecimiento se contrajo a 3,7 por ciento en 1998, 6,9 por ciento en 1999 y ahora no llegará probablemente al cuatro por ciento", señaló Ugarteche.
Prompex, entidad estatal promotora de exportaciones, señala en base a información aduanera que a fines de mayo el crecimiento en los últimos 12 meses fue de 3,9 por ciento.
Análisis elaborados por el Banco Mundial señalan que en los próximos 10 años Perú deberá pagar un promedio de 2.100 millones de dólares, cifra que representa 40 por ciento de las exportaciones de bienes en el año pasado.
Hugo Lezama, decano de la facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de San Marcos de Lima, dijo que con este nivel de endeudamiento es indudable que el gobierno que se iniciará este año deberá sopesar seriamente la necesidad de llegar a nuevos acuerdos con los acreedores externos.
"Perú debe buscar obligaciones menos onerosas o fórmulas que permitan efectuar cancelaciones sin tener que recurrir a la salida de divisas, mediante otras modalidades", concluyó Lezama (FIN/IPS/al/if/00