PALESTINA: Problemas económicos preocupan más que proceso de paz

El centro de las preocupaciones de la población de Palestina se desplazó de cuestiones políticas de la negociación de paz con Israel hacia problemas económicos cotidianos, afirmaron especialistas en estudios de economía y de opinión pública.

Mientras el presidente palestino Yasser Arafat se preparaba para participar este martes en una cumbre en Estados Unidos con el presidente de ese país, Bill Clinton, y el primer ministro de Israel, Ehud Barak, el hombre de negocios Jibreel Natshe planeaba en la ciudad palestina de Hebrón una severa reducción de personal en su fábrica de zapatos.

Natshe recibió a IPS en su oficina, rodeado de cajas de zapatos, algunos de ellos fabricados por su propia compañía, Calzado Deportivo Reem, y los demas provenientes de China, cuya masiva producción de zapatos, realizada con mano de obra barata, está eliminando del mercado a fabricantes palestinos.

Eso amenaza la supervivencia de la industria del calzado, que es la principal de Hebrón, la mayor ciudad palestina.

La competencia de productos extranjeros no es el único gran problema que enfrenta la economía de Palestina, muy dependiente de la voluntad de las autoridades de seguridad israelíes porque 120.000 palestinos se trasladan cada día a Israel para trabajar allí.

Otras dificultades económicas relevantes son los muy bajos salarios, en especial en el sector público, y el pesimismo de inversores y consumidores.

Según el Instituto de Investigación sobre Política Económica de Palestina (PEPRI), la cantidad de palestinos que viven debajo de la línea de pobreza local pasó de 20,1 por ciento de la población en 1997 a 23,3 por ciento en 1998, y no se dispone de datos estadísticos posteriores.

"La gente se interesa en cuestiones políticas, pero el verdadero dividendo de la paz se medirá en cuestiones humanas como el empleo y el salario, no en pedazos de papel", opino Hisham Awartani, el principal economista del Centro Palestino de Investigación y Estudios, con sede en la ciudad de Nablus.

"Los palestinos se han vuelto menos optimistas en relación con su futuro inmediato. Gastan menos y ahorran para tiempos difíciles. No están tan entusiasmados como antes con el proceso de paz" y cuestiones como el estatuto de Jerusalén y la creación de un Estado palestino, que se discutirán en la cumbre de la semana próxima, añadió.

La importación de productos chinos también ha devastado la industria textil palestina, según el PEPRI.

Bassem Makfoul, un economista de ese instituto, señaló que la Autoridad Palestina (AP) encabezada por Arafat no ha sido capaz de poner límites al daño causado por la creciente reducción de aranceles aplicada por Israel en los últimos años, que también ha perjudicado la producción israelí de ropa y calzado.

Los acuerdos vigentes con Israel para el autogobierno palestino no permiten que la AP establezca aranceles propios, y las normas israelíes para la regulación del comercio internacional se palican en el territorio de Palestina.

"Soy maestra de escuela, gano poco dinero y tengo cinco hijos. Por lo tanto, debo comprar zapatos baratos", dijo a IPS la palestina Iftihar Shawwar, mientras decidía en una zapatería local si iba a comprar calzado palestino o chino para una hija suya.

Shawwar trabaja en una escuela pública y la AP le paga unos 375 dólares por mes.

Natshe está seguro de que produce zapatos mejores que los provenientes de China, y piensa que la AP debería haber impedido el ingreso del calzado importado porque su calidad está por debajo del mínimo aceptable.

"Esto es lo que ha volcado a nuestro mercado. Huélalo", pidió a su entrevistador, mientras le daba un zapato que sacó de un estante.

El zapato tenía un olor metálico inquietante, y Natshe aseguró que eso se debía a que fue fabricado con materiales reciclados.

Sin embargo, el hombre de negocios, quien es presidente de la asociación palestina de fabricantes de calzado y otros productos de cuero, decidió asociarse con una firma china, convencido de que no puede derrotar a la competencia.

"Me propongo enviar mis máquinas a China, y realizar todo el proceso de producción allí. Qué va a pasar con mis actuales empleados es un problema de la AP", dijo.

En 1995, la fábrica de Natshe tenía 80 trabajadores y producía 1.500 pares de zapatos por día. En la actualidad produce 100 pares diarios con 15 trabajadores, quienes ganan unas diez veces más que sus pares chinos, según los cálculos del empresario.

En los últimos cinco años, 8.000 trabajadores de la industria palestina del calzado perdieron sus empleos, y Natshe afirmó que quedan sólo 2.000 en actividad. Oros miles de trabajadores perdierpn sus empleos en la industria textil en mismo período.

Los despedidos sufren las consecuencias de inmediato, ya que las dificultades económicas que afronta la AP no le han permitido establecer un sistema de seguridad social.

"No podemos hacer nada para resolver ese problema porque carecemos de un seguro de desempleo", señaló el ministro de Industria de la AP, Sa'adi Kurunz.

La AP se propone impulsar un proceso de reconversión de la industria que apunte a incorporar tecnología más avanzada y producir bienes de calidad para la exportación, explicó.

Ese proceso implicará, por ejemplo, abandonar la producción de camisetas, en la cual no es posible competir con China, y orientar a la industria textil hacia la confección de vestimenta costosa para mujeres.

Con ese objetivo, el ministerio lanzó el año pasado su Programa de Mejora y Rehabilitación, con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial.

Makfoul comentó que se trata de un buen programa pero que "ya es muy tarde", y afirmó que la AP es responsable de haber planeado una respuesta coherente a la competencia extranjera, pese a que Israel anunció en 1992 que se proponía aplicar una reducción gradual de aranceles.

La AP no podía fijar aranceles propios, pero sí controlar el proceso en cierta medida mediante una restricción de los permisos de importación y el establecimiento de normas mínimas de claidad para autorizar el ingreso de productos extranjeros, explicó.

"No podemos culpar a otros por todas nuestras desgracias", añadió. (FIN/IPS/tra-eng/bl/sm/mp/if ip/00

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe