México formalizó su paso a la democracia en las elecciones más limpias de su historia, y ahora serán puestas a prueba las defensas con que reforzó la economía nacional.
Las principales organizaciones de empresarios descartaron este lunes dificultades económicas antes de diciembre, mes en que asumirá el primer presidente ajeno al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 71 años.
Vicente Fox, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), logró una indiscutible victoria en los comicios del domingo, que significó el fin de la hegemonía del partido del actual presidente Ernesto Zedillo.
Con los ecos de la algarabía callejera de miles de mexicanos que festejaron hasta el amanecer el triunfo de Fox en las principales ciudades del país, la Bolsa Mexicana de Valores abrió la semana con un alza de seis por ciento, que terminó al final en 4,48.
El peso, moneda nacional que fue blanco de la especulación en semanas anteriores, se sobrepuso a las presiones y recuperó terreno frente al dólar. Cada dólar se vendió a 9,7 pesos este lunes, después de que llegó a cotizarse hasta a 10,5 en vísperas de las elecciones.
La reacción inmediata de los mercados financieros certificó de entrada la confianza en que el ingreso de este país a una democracia plena coincidirá con la estabilidad económica.
Para algunos analistas, el optimismo del sector financiero obedeció al amplio margen del triunfo del Fox sobre su rival del PRI, Francisco Labastida, primer candidato de su partido que pierde una elección presidendicial en México.
La cerrada competencia entre PRI y PAN que marcaban las encuestas creó antes de las elecciones un clima de incertidumbre política y económica.
Pero la diferencia de alrededor de siete puntos porcentuales entre ambos partidos en los resultados de la elección causó alivio en el sector financiero el día siguiente de los comicios.
La jornada electoral brindó a los mexicanos "la oportunidad, como nunca antes, de transitar de un gobierno a otro sin trastornos como los que hemos sufrido en el pasado", afirmó Caludio González, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
La alternancia en el poder no generará incertidumbre en la economía, sino más bien dará mayor seguridad a los inversionistas extranjeros, destacó Alberto Fernández, máximo dirigente de la Confederación Patronal.
Raúl Picard, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, señaló como una obligación de los empresarios mexicanos "vigilar y recordarle a Fox cuál fue el compromiso de su campaña" para preservar y robustecer la salud de la economía de México.
Por otra parte, "resulta paradójico que justo cuando los fundamentos económicos se encuentran en su mejor momento y pese a los esfuerzos de Zedillo para sacar adelante al país, el PRI perdió el poder", dijo Alejandro Martínez, máximo dirigente de la Confederación de Cámaras Industriales.
El producto interno bruto creció 7,9 por ciento en el primer trimestre de este año, mientras en el mismo periodo el consumo privado avanzó 9,2 por ciento, un crecimiento sin precedentes.
Sin embargo, la aceitada marcha de la economía mexicana arrastra el antecedente de las crisis de sexenio, que se sucedieron al finalizar cada periodo presidencial durante más de 25 años.
El poder adquisitivo del salario mínimo (3,5 dólares diarios) cayó 74 por ciento en las últimas dos décadas, según la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor.
El presidente Zedillo asumió el poder en 1994 en medio de las secuelas políticas de dos magnicidios —de Luis Donaldo Colosio, candidato a la Presidencia del PRI, y José Francisco Ruiz, secretario general del partido— y del surgimiento del movimiento guerrillero zapatista en el sur del país.
Tres semanas después de asumir la Presidencia, Zedillo debió afrontar la crisis económica más profunda de la historia moderna de este país, denominada en México "el error del diciembre" y que ocasionó en el América Latina perjuicios conocidos como "efecto tequila".
El desastre económico de hace casi seis años fue resultado de la privatización de la banca, que quedó en manos de quien pudo pagar más, sin importar la experiencia de los nuevos banqueros en el manejo del sector, así como de la concesión indiscriminada de créditos.
Con la banca, el gobierno y los mexicanos endeudados hasta el cuello, ninguno con respaldo suficiente para los créditos, se echó por tierra la apuesta por una bonanza que sacara a flote la economía. Las reservas en ese entonces de 24.000 millones de dólares fueron insuficientes sortear el naufragio.
Un sexenio después, el circuito del crédito no pudo restablecerse, el poder adquisitivo de los salarios aún está debajo de los niveles de 1994 y la meta requerida de crear cada año un millón de empleos se cumple en 50 por ciento.
Zedillo asegura que será el primer presidente que no legará una crisis a su sucesor. Para cumplir su cometido, consiguió ofertas de créditos de organismos financieros internacionales por más de 20.000 dólares a ser utilizados en caso de emergencia y con los que, mientras tanto, blindó la economía mexicana.
Al reconocer la victoria de Fox, el presidente reafirmó la disposición del gobierno a "colaborar desde ahora y hasta el 1 de diciembre en todos los aspectos que sean importantes para el buen inicio de la próxima administración federal".
El presidente electo recibió en su campaña el apoyo decidido de los industriales, que lo identifican como defensor del libre mercado. En la configuración de una gran apertura comercial del país, el PRI y el PAN han actuado en franca comunión en el parlamento.
Al traspasar la frontera a la democracia, los mexicanos aspiran además a enterrar la maldición de las crisis de fin de sexenio.
En estos próximos meses "veremos si tenemos la sabiduría para llegar a la otra orilla", luego de un historial de cambios de gobierno de la mano de movimientos telúricos en el ámbito económico, dijo el analista Enrique Quintana. (FIN/IPS/pf/mj/ip if/00