El mapa político de México se reacomoda tras la histórica derrota del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones del domingo, la economía está fuerte y la guerrilla inactiva.
El "choque de trenes" que el escritor Carlos Fuentes vaticinó en 1994 que se registraría en la política mexicana poco antes de las elecciones en las que triunfó el actual presidente, Ernesto Zedillo, no se produjo entonces ni se produjo ahora.
Cuando el PRI, el partido con más años en el poder en el mundo, cae derrotado, no hay nada parecido al escenario de 1994: la irrupción de la guerrilla zapatista en el estado sureño de Chiapas, al asesinato del candidato presidencial oficialista Luis Colosio y una grave situación económica.
El panorama presente "es aburrido, por suerte", comentó el analista Federico Arreola en el diario Milenio.
Vicente Fox, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), ganó las elecciones presidenciales como las ganan en casi todo el mundo los candidatos que convencen a más electores, sin necesidad de resistencia pacífica o violenta, añadió Arreola.
La elección del domingo rompe varios mitos dominantes en la vida política mexicana de los últimos años. El más evidente se refiere al valor del voto, apuntó Carlos Elizondo, director del Centro de Investigación y Docencia Económica.
Pasada la elección "ya nadie puede dudar que en México se cumple en principio básico de toda democracia: la posibilidad de que quien detenta el poder, lo pierda. Una vez que el electorado vota, nadie puede revertir su decisión", afirmó.
A diferencia de otros países donde el poder estuvo ejercido durante décadas por un sólo grupo y hubo transiciones exitosas gracias a alianzas opositoras o acuerdos políticos, como sucedió en Polonia, Sudafrica o Chile, el cambio en México llegó con una oposición dividida y elección abierta y sin conflictos.
"Desde la óptica internacional, las elecciones del 2 de julio han tenido un desenlace formidable e inesperado, y son motivo de admiración. México recuperó el respeto del mundo", señaló el senador independiente Adolfo Aguilar.
Para llegar a la situación de normalidad actual, México debió transitar por más de dos décadas de conflictos políticos, denuncias de fradudes e intensas negociaciones para definir reformas electorales de consenso.
El independiente Instituto Federal Electoral (IFE) indicó este viernes que Fox, de la Alianza por el Cambio, obtuvo 15,9 millones de votos, Francisco Labastida, del PRI, 13,5 millones, y Cuauhtémoc Cárdenas, del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), 6,2 millones.
Dirigentes y militantes del PRI se culpan unos a otros por la debacle electoral, e incluso algunos piden que se expulse al Zedillo de sus filas. Pero estas peleas ya no inquietan a los mercados ni crean mayores problemas.
El PRD también enfrenta discusiones internas, pues su desempeño electoral fue peor que el de 1994, mientras en el PAN, los estrategas buscan ahora tácticas que les permitan llegar a acuerdos para próximas legislaturas, donde no tendrá mayoría. Pero el PRI y el PRD ya anunciaron que serán opositores.
Mientras el mapa político se reacomoda, Fox continúa la "luna de miel" con sus electores, que podría extenderse hasta principios del año próximo, cuando se espera que aumenten el fragor político y las expectativas de cambio, opinan analistas.
Por ahora, todos hablan bien del ganador, muchos se declaran listos a colaborar y algunos se congratulan porque, como presidente electo, ya no utiliza el lenguaje agresivo, y a ratos procaz, de la campaña.
Recibido con aplausos por la comunidad internacional, el triunfo del candidato de las botas y pantalones vaqueros, sombrero y cinto con su nombre en el hebilla, mantiene contentos a los mercados.
Afín a la libre empresa y la iniciativa privada, Fox asegura que mantendrá la economía en orden y continuará la línea de su antecesor en materia de discplina fiscal y estabilidad macroeconómica.
Para manejar las finanzas del Estado, Fox no descarta que mantenga a alguno de los secretarios de Zedillo. De no hacerlo, tiene entre sus opciones a otras personas de su círculo íntimo que despiertan también simpatías de los inversionistas.
Entre ellos se mencionan a Luis Derbez, un ex alto funcionario del Banco Mundial, Francisco Gil, director de la empresa telefónica local Avantel y ex vicegobernador del Banco Central, y Pedro Cerisola, un empresario cercano a Carlos Slim, dueño de la poderosa Telmex y el hombre más rico de América Latina. (FIN/IPS/dc/ag/ip/00