El presidente electo de México, Vicente Fox, se presenta como el rostro del cambio, pero la mayoría de sus planes económicos son de continuidad.
El camino de liberalización económica, privatizaciones y apertura comercial, abierto por los tres últimos gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), seguirá, pero con nuevos matices y otros operadores.
La prioridad será abrir la economía, promover la inversión en los sectores eléctrico y petroquímico, y realizar reformas fiscales, tributarias, laborales y del sector financiero, todo bajo una tónica empresarial, pero con interés social y disciplina fiscal, señalaron este jueves colaboradores de Fox.
Los frentes son los mismos en que los presidentes Miguel de la Madrid (1982-1988), Carlos Salinas (1988-1994) y Ernesto Zedillo, cuya gestión termina en diciembre, realizaron reformas hasta lograr que México se proyecte como uno de los campeones latinoamericano en privatizaciones y apertura comercial.
Eduardo Sojo y Ernesto Derbez, colaboradores de Fox a cargo del área económica, señalaron este jueves a corresponsales extranjeros que el mercado no lo hace todo y el Estado debe intervenir, pero también dijeron creer en la liberalización y en la "democratización de la economía".
Pero la tarea no será fácil desde diciembre, cuando asuma el nuevo presidente para un período de seis años, pues muchos de los proyectos del nuevo gobierno deberán pasar por el Congreso, donde el partido de Fox, el conservador Acción Nacional (PAN), no tiene mayoría absoluta, aunque sí la bancada más numerosa.
El objetivo central del nuevo gobierno es lograr para el cuarto año de gestión un crecimiento económico "sostenido y sustentable" de siete por ciento anual, dos puntos más que el crecimiento previsto para este año.
Eso sólo se logrará realizando una serie de reformas económicas, que incluyen, entre otras, mayor apertura del mercado laboral y regulaciones tributarias para el sector informal, sector que reune entre 40 y 60 por ciento de la fuerza de trabajo en México, apuntaron los colaboradores del nuevo gobierno.
Sojo y Derbez son empresarios que trabajan con Fox hace más de tres años en el diseño de un programa de gobierno. Ambos reconocieron estar interesados en dirigir la secretaría (ministerio) de Hacienda en el nuevo gobierno, pero aclararon que será Fox quien tomará esa decisión.
Con el asesoramiento de empresas "buscadoras de talentos", el Presidente electo promete que nombrará a los mejores hombres y mujeres del país para dirigir las diversas secretarías de Estado.
Los observadores no descartan que algunos de los actuales secretarios y subsecretarios del area económica continúen en sus puestos, al menos en la primera etapa del nuevo gobierno.
A diferencia del pasado, cuando el gobierno saliente dejaba al entrante problemas financieros sin resolver, lo que siempre devino en crisis económicas de gran magnitud, el actual proceso de transición no parece tener riesgos.
En los últimos meses, Zedillo contrató un paquete de créditos internacionales de contingencia por más de 25.000 millones de dólares. Si con el cambio de gobierno se registra volatilidad o nerviosismo en los mercados, las autoridades usarán en dinero.
México presenta en la actualidad un panorma con inflación en baja, crecimiento económico sostenido, robustas reservas internacionales, exportaciones al alza, estabilidad cambiaria y un clima internacional de apoyo al nuevo presidente.
La polémica entre los analistas financieros hoy ya no es si el escenario de cambio de gobierno será bueno o malo, sino si será bueno o excelente, dijo Joel Martínez, columnista del diario Reforma.
Fox reconoce que el panorama económico es alentador, pero aclara, que lo más importante es combatir la pobreza que afecta a más de 40 millones de mexicanos, y que por eso su programa pondrá especial interés en la educación, los microcréditos y el apoyo al campo.
No se cuenta con información exacta de qué leyes o códigos deben cambiarse para impulsar la economía y abatir la pobreza, pero se está trabajando en ello para presentarlo al Congreso legislativo en el momento adecuado, señalaron Derbez y Sojo.
Aunque el PAN carezca de mayoría en el Congreso, habrá apoyo parlamentario a los planes del presidente electo, pronosticó Derbez.
Sin embargo, los analistas no creen que eso sea tan fácil.
Corrientes del hoy gobernante PRI que se proclaman "nacionalistas y revolucionarias" reprochan a "tecnócratas" de su partido, entre quienes incluyen a Salinas y Zedillo, por la liberalización y apertura económica a la que atribuyen la derrota en la elección presidencial del día 2.
El PRI debe volver a sus raíces nacionalistas y oponerse a una mayor apertura y a las privatizaciones, señalaron algunos de los diputados electos de ese partido. Esa posición es similar a la que desde 1989 mantiene el centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática, la tercera fuerza política del país.
Las reformas económicas impulsadas desde 1982 por los gobiernos de PRI pudieron aprobarse gracias al apoyo del oficialismo, pero también al del partido de Fox, el PAN.
Sin embargo, el escenario cambió y en el futuro inmediato es muy posible que el gobierno y el PAN se queden solos en su intento por seguir con el proceso, advierten observadores. (FIN/IPS/dc/mj/ip if/00