Los presidentes del Mercosur y de Chile calificaron de hito fundacional el compromiso suscrito hoy en la capital de Argentina de dar prioridad a una política social común, que atienda las necesidades de los más pobres y excluidos.
La denominada Carta de Buenos Aires, firmada al término de la reunión iniciada el jueves, expresa el convencimiento de que "el desarrollo económico y la integración regional sólo pueden lograrse en un marco de justicia y equidad social".
"El crecimiento es condición necesaria pero no suficiente para erradicar la pobreza y la exclusión", agregaron los presidentes Fernando de la Rúa, de Argentina, Fernando Henrique Cardoso, de Brasil, Luis González Macchi, de Paraguay, Jorge Batlle, de Uruguay.
El documento también fue firmado por el mandatario de Chile, Ricardo Lagos, y por el canciller de Bolivia, Javier Murillo, en representación del presidente Hugo Banzer, los dos países asociados al Mercosur (Mercado Común del Sur).
Los gobernantes atribuyeron a la también llamada Carta Social la misma importancia que tuvieron para el bloque la aprobación de la cláusula democrática y la declaración de zona de paz y libre de armas de destrucción masiva, compromisos alcanzados en la cumbre realizada en la ciudad argentina de Usuhaia en 1998.
En el escrito divulgado este viernes por primera vez se menciona expresamente como objetivos del bloque el de trabajar en favor de los niños, jóvenes, ancianos, mujeres jefas de familia, indígenas y madres menores de edad.
Los presidentes finalizaron esta XVIII Cumbre del Mercosur convencidos, además, de que en los últimos seis meses el proceso de integración avanzó en forma sustancial respecto de 1999, cuando el bloque afrontó la situación más crítica desde su creación en 1991 por los efectos de la crisis financiera mundial.
En la reunión de este viernes, en la que Brasil recibió la presidencia temporaria del Mercosur de manos de Argentina, también se trató la intención de Chile de incorporarse como miembro pleno.
Lagos aseguró que su país "está disponible para ser un miembro pleno del Mercosur", y confió en que las diferencias en las políticas arancelarias se irán minimizando a medida que avance el proceso de integración entre ambas partes.
El mandatario chileno, a quien Cardoso ubicó como el motor de ese acercamiento desde que asumió en marzo, precisó que el arancel externo único de nueve por ciento de su país aún está lejos de los del Mercosur, que llegan hasta 20 por ciento.
"Todos apuntamos a establecer un arancel más bajo, y nosotros queremos llegar a seis por ciento en el 2003, por eso es que deberíamos convenir en un cronograma que nos ayude a converger en ese sentido", recomendó.
Para reforzar su compromiso con el bloque, Lagos adhirió plenamente a la Carta Social.
"Ninguno de los presidentes aqui presentes cree que los equilibrios macroeconómicos garantizan la justicia social, queremos llevar los recursos a los que menos tienen", subrayó.
Entre los avances destacados en materia de convergencia macroeconómica, los mandatarios fijaron las fechas para comenzar a coordinar sus respectivas políticas en esa materia, acordaron políticas sobre incentivos a las inversiones y a la producción, y se comprometieron a definir el futuro régimen común automotor.
Al respecto, el presidente brasileño afirmó que van "a seguir negociando" con Paraguay y Uruguay.
En forma paralalela a la cumbre, los cancilleres Adalberto Rodríguez Giavarini, de Argentina, y Luiz Felipe Lampreia, de Brasil suscribieron finalmente el acuerdo definitivo sobre comercio bilateral de vehículos, que en términos generales habían firmado el 23 de marzo.
La pretensión de los dos socios mayores de extener ese convenio al resto del bloque fue fustrada por la férrea oposición de Paraguay y Uruguay.
Por eso, el presidente uruguayo Batlle reconoció que en los acuerdos nunca se consigue 100 por ciento de lo que se quiere, aunque se manifestó "satisfecho" con lo logrado hasta ahora, y con los beneficios alcanzados en los acuerdos vistos desde una perspectiva más global.
Respecto del comercio de azúcar, otro sector sensible, Cardoso manifestó la pretensión de su país de conseguir un tratamiento que permita su incorporación a la nómina de aranceles externos comunes.
Por el momento, está al margen porque los argentinos consideran que Brasil aplica subsidios indirectos que favorecen la producción local.
Los presidentes también se convencieron de la necesidad de mejorar los mecanismos de solución de controversias, aunque no definieron cómo.
Lagos consideró un avance que los mandatarios no tengan que levantar el teléfono para solucionar cada crisis sectorial que se desata, ya que ahora existirá un procedimiento específico.
Todos celebraron que, con la consolidación del bloque, recobre vida el relacionamiento externo, por lo cual se comprometieron a negociar unidos con la Comunidad Andina para poder definir una zona de libre comercio común antes del 31 de diciembre del 2001, y con México y con Sudáfrica, para alcanzar acuerdos de libre comercio.
Batlle lamentó sobre este punto que el presidente de Bolivia no haya estado presente en esta cumbre y lo exhortó a ser un nexo para la asociación del Mercosur con la región andina.
A su turno, el presidente de Paraguay dijo que para su país no fue una cumbre más. "Por primera vez planteamos nuestras graves dificultades económico sociales y fuimos escuchados", remarcó.
Los presidentes también manifestaron su satisfacción por la participación en la cumbre del español Javier Solana, representante de Política Exterior de la Unión Europea, quien destacó la importancia "vital" que tiene para su bloque la asociación con el Mercosur.
Los gobernantes trazaron un mapa muy crítico de la región durante 1999. "Todas nuestras economías tuvieron un crecimiento negativo", remarcó el anfitrión, el presidente De la Rúa.
Cardoso atribuyó esos "momentos delicados" a la recesión y a la inestabilidad de los mercados, pero remarcó que esa coyuntura demostró que el bloque no es sólo un balance de saldos y deudas o de superávits y déficits, sino que constituye un proyecto de sociedad. (FIN/IPS/mv/dm/ip/00