El relanzamiento del Mercosur choca de frente con las divergentes estrategias externas de sus miembros y con defectos de origen que dejaron inerme al bloque ante la crisis internacional, coincidieron expertos uruguayos.
La tradicional reunión semestral de traspaso de la presidencia temporaria, realizada el jueves y el viernes, encontró al bloque, conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, sin cerrar las heridas abiertas por los vaivenes del sistema financiero mundial y con diferentes apuestas respecto de su proyección.
Esas diferencias de estrategia externa se potenciaron con los cambios de gobierno en Argentina, Uruguay e incluso en Chile, asociado de modo externo al Mercosur (Mercado Común del Sur), al igual que Bolivia.
El presidente uruguayo Jorge Batlle ha insistido desde su asunción el 1 de marzo en que la única salvación para el país y el bloque es acercarse al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCNA). A su juicio, los esfuerzos por negociar un acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) no conducen a soluciones.
"Nada debemos esperar de Europa. Es necesario meternos en el mercado mayor que conforman Estados Unidos, Canadá y México (el TLCAN), porque no hay otro lugar más seguro en el mundo", afirmó Batlle en la reunión anual de la Asociación de Bancos de Argentina, realizada el martes en Buenos Aires.
Batlle, reiterando conceptos expuestos en una entrevista con la prensa brasileña, dejó en claro que apuesta al norte del continente, a diferencia de su predecesor Julio María Sanguinetti y de sus pares Fernando de la Rúa, de Argentina, y Ricardo Lagos, de Chile, más afines a la socialdemocracia europea.
En la misma reunión, el ministro de Economía argentino José Luis Machinea señaló que el Mercosur debe seguir negociando una apertura comercial con la UE e insistir en el pedido de un aumento de cuotas de exportación, mientras se procesa la creación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Sin embargo, el gobierno uruguayo entiende que ya no hay demasiado margen de maniobra.
"No debemos esperar cinco años hasta que a la locomotora brasileña le vaya bien y nos lleve con ella a rastras", sentenció Batlle, quien ha criticado la bilateralidad entre Buenos Aires y Brasilia, que a veces ni "nos comunican sus decisiones".
Por su lado, Brasil apunta a acumular fuerzas y a afirmar su liderazgo en las negociaciones de la región con Estados Unidos a través de la convocatoria a la cumbre de América del Sur, el 31 de agosto y el 1 de septiembre, como destacó a IPS el economista Isidoro Odara, de la consultora Price Waterhouse.
Odara, quien ocupó la dirección general de Comercio Exterior en la primera presidencia de Julio María Sanguinetti (1985-1990), también sostuvo que la propuesta de Batlle de acercamiento al TLCNA será válida si se encuadra en una estrategia conjunta del Mercosur para ayudar a conformar el ALCA.
En cambio, su colega Walter Cancela, consultor de la UE en Uruguay, tiene dudas sobre la eficacia de la estrategia de Batlle, "quien insiste en una vieja idea suya de que es mejor asociarse con los ricos que con los pobres".
"Una cosa es la integración en el bloque, cuya filosofía original apunta a la conformación de un tramado de las estructuras productivas regionales, y otra sería un simple acuerdo de libre comercio de una economía pequeña como la uruguaya con la potencia de América del Norte", advirtió.
Cancela indicó a IPS que una de las cuestiones que más han perjudicado la marcha del Mercosur es, precisamente, que aún no ha plasmado el tejido empresarial y social, porque los líderes privilegian los acuerdos políticos.
El experto, también asesor en materia económico-financiera del izquierdista Encuentro Progresista-Frente Amplio, de Uruguay, observó que en ese "pecado original, que todavía subsiste", está la causa de los variados conflictos comerciales entre los miembros del bloque.
"Los países del bloque, en especial Uruguay por su escaso tamaño, deben encarar una mayor integración de los sectores productivos y de la sociedad civil, como lo hizo la UE cuando ingresaron España y Portugal, con menor desarrollo que el resto", comentó.
"Va a ser muy difícil lograr la integración mientras los productores agrícolas uruguayos sigan viendo a sus colegas brasileños como enemigos y los industriales de Argentina y Brasil continúen compitiendo sin pensar en la complementación", agregó Cancela.
El auge comercial en la región en los años 90, logrado gracias a la estabilización económica de Argentina y de Brasil, no alcanzó para consolidar la integración antes de que la región fuera alcanzada por la tormenta financiera desatada en julio de 1997 en Asia.
Odara recordó que Argentina pasó en la primera mitad de la década pasada de importar sólo el doble que Uruguay a ocho o nueve veces más, mientras que Brasil tuvo una expansión comercial excepcional a partir de 1995, poco después de adoptar el llamado plan real.
"Esa expansión se habría hecho con o sin Mercosur, por eso deberíamos juzgarlo sin perder de vista las coyunturas económicas de cada uno de sus miembros, para evitar atribuirle culpas que en realidad nacen en otros lados", señaló.
"Creo que esta cumbre tendrá algún efecto positivo si el diagnóstico es el adecuado, cosa que no ha hecho todavía ninguno de los cuatro países", afirmó.
Odara entiende que se llegó a esta instancia del viernes sin identificar qué partes del diseño original del bloque hacen falta cambiar, para introducir algunos ajustes. "Por ahora sólo hay más de lo mismo", dijo.
"Relanzarlo continuando el impulso en que está, sin preguntarnos mucho acerca de por qué, estemos dando por sentado que lo único que pasó fue un accidente en el camino, un desperfecto menor", señaló.
La devaluación de la moneda brasileña de enero de 1999, que decretó la muerte prematura del plan real, generó un fuerte desequilibrio comercial con sus socios y dejó al descubierto las flaquezas del proyecto integracionista.
La presión de los sectores más afectados por ese defasaje cambiario, como la industria automovilística y los productores de lácteos, los azucareros y los arroceros, presionaron a los gobiernos para que defendieran sus intereses por encima del conjunto.
Las discusiones del Grupo Mercado Común, instancia previa de la cumbre de este viernes y el sábado, finalizaron el miércoles después de tres días sin que se solucionara el principal problema de hoy, el futuro régimen común de automotores, mientras aún subsisten otras 24 controversias sólo entre Argentina y Brasil.
No obstante, Cancela es relativamente optimista sobre el futuro del bloque, en particular por las señales de recuperación que muestra Brasil y, en menor medida, Argentina.
El economista cree que el ajuste fiscal implementado por el gobierno de De la Rúa junto con el aumento del esfuerzo contra la evasión impositiva dará resultados positivos, pese a las resistencias de la oposición política y sindical y hasta de su coalición.
"Las cifras dan una cierta recuperación de la producción (argentina) en el primer trimestre del año, lo cual, sumado al aumento de los precios del petróleo, puede acelerar la recuperación a partir de septiembre, pese a que Argentina corrigió sus pronósticos de crecimiento de cuatro a 3,5 por ciento este año", indicó.
Para Cancela, esta situación aleja el temor de que Argentina abandone el programa de convertibilidad (un peso por dólar), al menos por este año,
"El mantenimiento de este sistema a largo plazo va estar dado por la capacidad que tenga de ajustar algunos de sus precios a la baja, en especial de los servicios públicos que son muy altos en términos relativos", explicó.
Otro elemento que colabora con la marcha del bloque es el aumento de la producción de Brasil. La mejora adicional de la demanda brasileña será aprovechada por Argentina, que ya ha equilibrado los precios con Brasil.
"Ese efecto positivo también repercutirá en Uruguay, que hoy exporta al Mercosur de 45 a 48 por ciento de su producción, ya que el comercio con Argentina genera más empleo que el que se realiza con Brasil", indicó Cancela.
Uruguay vende al mercado argentino (30 por ciento de sus exportaciones) productos con mayor valor agregado que a Brasil, además de atraer a sus turistas. (FIN/IPS/dm/ff/if ip/00