/Integración y Desarrollo/ DESARROLLO: Hora de hechos y no palabras para el G-8, urgen ONG

Organizaciones no gubernamentales (ONG) consideraron muy positiva la concentración del Grupo de los Ocho en cuestiones de pobreza y desarrollo, pero destacaron que las palabras deben acompañarse de acciones.

La cumbre del Grupo de los Ocho (G-8) terminó el domingo en la isla japonesa de Okinawa con una promesa de hacer llegar a más gente los beneficios de la globalización y compartir más la riqueza de los países industrializados con aquellos en desarrollo.

Sin embargo, los siete países más ricos del mundo y Rusia no tomaron medidas concretas sobre recursos y regulaciones, señalaron activistas al final de la cumbre, el domingo. Algunos la llamaron "la cumbre perdida".

Seth Amgott, de la organización humanitaria Oxfam/Washington, describió la cumbre como "completamente apropiada", y agregó que "la decisión de los países ricos de concentrarse en cuestiones de pobreza y desarrollo fue extremadamente positiva".

Pero las promesas y las buenas intenciones no son suficientes, declaró la ONG británica.

"Ahora tienen que cumplir sus compromisos", exhortó Amgott, y consideró "totalmente apropiado" que los países ricos compartan sus beneficios de la globalización con los pobres.

La declaración final del G-8 representó la culminación de tres días de pompa, ceremonia y largas jornadas de trabajo entre los ocho mandatarios, reunidos desde el viernes 21 en la isla más austral de Japón.

"Debemos cambiar la realidad de millones de personas que viven con un dólar al día, y Japón promoverá la cooperación activa con países ajenos al G-8", declaró a la prensa el primer ministro japonés, Yoshiro Mori.

"Para atacar las raíces de las guerras y la pobreza, debemos crear una nueva asociación con países de fuera del G-8, incluso países en desarrollo, organizaciones internacionales y la sociedad civil, el sector privado y organizaciones no gubernamentales", dice la declaración del G-8.

El presidente de Francia, Jacques Chirac, dijo en una conferencia de prensa que el G-8 debe ser "más considerado y cuidadoso con las naciones emergentes, las industrializadas y la comunidad internacional en su conjunto".

"Esta es la primera vez… que veo una concentración tan sistemática en el mundo en desarrollo", destacó el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en referencia a las discusiones sobre enfermedades, tecnología de la información y educación.

En la cumbre, Clinton prometió donar a países pobres productos agrícolas excedentes por 300 millones de dólares, en el marco de programas de alimentación escolar.

Los miembros del G-8 manifestaron preocupación por la brecha entre el Norte y el Sur en materia de tecnología de la información, y renovaron su compromiso de cancelar el total de la deuda de los países pobres altamente endeudados.

Así mismo, exhortaron a un progreso más rápido hacia el alivio de la deuda de más países, y a la promoción de prácticas de crédito responsables.

Mori también se refirió a una sección especial sobre salud, en la que el G-8 prometió esforzarse más hacia las metas de las Naciones Unidas, como la de reducir en 25 por ciento el número de infecciones por el virus del sida entre personas de 15 a 24 años, y en 50 por ciento las muertes por tuberculosis y malaria, para el año 2010.

Por iniciativa de Japón, se incluyeron en el orden del día asuntos como la seguridad alimentaria, la protección ambiental y la criminalidad.

Según funcionarios japoneses, esto fue resultado de la creciente preocupación por el lado más oscuro de la globalización.

La organización Oxfam expresó su respaldo a los objetivos de la cumbre sobre el sida y el compromiso de la escolarización universal para el 2015, al que describió como "uno de los puntos más brillantes de Okinawa".

Por otra parte, la falta de una nueva iniciativa en la campaña por el alivio de la deuda constituyó una gran decepción para los activistas, que habían presentado a Mori 17 millones de firmas por un auténtico alivio de la deuda.

La directora de la federación de ONG Jubileo 2000, Ann Pettifor, criticó la declaración final y consideró que la cumbre fue "un desperdicio".

"La declaración final no ofrece respuestas a la indignación pública por la inacción del G-8. Las metas ambiciosas que se fijaron para reducir las muertes por sida, malaria y tuberculosis, no serán más que ilusiones sin la cancelación de la deuda", agregó.

La falta de progreso sobre la cuestión de la deuda en Okinawa significará que el alivio no sumará más de 15.000 millones de dólares para fines del 2000, pese al compromiso adoptado por el G- 7 el año pasado de cancelar 100.000 millones de dólares de la deuda de los países pobres altamente endeudados, señaló Pettifor. (FIN/IPS/tra-en/sk/js/mlm/dv/00

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