/Integración y Desarrollo/ CUBA-EEUU: Caso Elián redujo rivalidad entre países

El regreso del niño cubano Elián González a Cuba, siete meses después de ser rescatado de un naufragio cerca de la costa de Florida, Estados Unidos, parece haber reducido la rivalidad entre ambos países.

El niño de seis años, que abordó el miércoles el avión privado que lo esperaba en el aeropuerto Dulles cerca de Washington, fue objeto de una prolongada batalla legal entre su padre, Juan Miguel González, y los familiares que lo acogieron en Miami, en sus primeros cuatro meses de estancia en Estados Unidos.

La batalla legal concluyó el miércoles, cuando la Corte Suprema de Justicia rechazó la petición de considerar fallos previos favorables al retorno de Elián a Cuba interpuesta por sus familiares en Miami.

Poco después, a las 16.00 horas de Washington, expiró la prohibición de que Elián abandonara territorio estadounidense impuesta por el undécimo tribunal federal de apelaciones en Atlanta.

El niño viajó acompañado por su padre, su madrastra y su medio hermano de siete meses de edad, y por varios educadores, primos y compañeros de clases que viajaron desde Cuba a Estados Unidos dos meses atrás, para ayudarle a superar la muerte de su madre en alta mar y los traumáticos acontecimientos posteriores.

La partida de Elián pone fin a un drama que profundizó la brecha entre la comunidad de exiliados cubanos residentes en Miami, en la que cumplen un papel destacado opositores radicales al gobierno de Fidel Castro, y la mayoría de la opinión pública estadounidense.

Una de las consecuencias de este caso fue la votación esta semana, en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, de normas que autorizan la venta directa de alimentos y medicinas a Cuba por primera vez en 40 años de bloqueo comercial contra la isla.

El hecho de que algunos de los más connotados legisladores republicanos hubieran apoyado la ley contra los deseos de la Fundación Nacional Cubano-Americana deja en evidencia la pérdida de poder político sufrida por los anticastristas de línea dura como consecuencia del caso Elián.

"Esto marca un punto de inflexión", dijo Wayne Smith, ex jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba que postula el alivio del embargo.

"Creo que los anticastristas se alejaron de la opinión pública estadounidense de un modo sin precedentes, lo cual abre el camino a una discusión más delicada sobre el futuro de las relaciones cubano-estadounidenses", explicó Smith.

Elián fue conducido el 22 de noviembre por su madre, Elizabeth Brottons, y el novio de ésta, junto con otros 11 pasajeros, a una pequeña embarcación clandestina a motor clandestina que puso proa de la población costera de Cárdenas, en Cuba, a Estados Unidos.

El bote naufragó y todos los pasajeros se ahogaron, excepto Elián y dos adultos, Arianne Horta y Nivaldo Fernández, que llegaron a costa estadounidense. El niño fue rescatado por pescadores de Florida el 25 de noviembre, tras flotar tres días sobre un neumático.

El Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) de Estados Unidos dio la custodia temporal de Elián a Lázaro González, tío del padre del niño y residente en Miami. Dos semanas más tarde, Lázaro González, sin la aprobación de Juan Miguel González, pidió a las autoridades asilo político para Elián.

Pero funcionarios del INS entrevistaron a Juan Miguel González en Cuba y decidieron en enero que el niño fuera entregado a su padre, de acuerdo con convenciones internacionales.

El caso Elián ya había sido levantado como estandarte por los anticastristas radicales en Miami y en el Congreso legislativo estadounidense. Los republicanos llegaron, incluso, a considerar el otorgamiento por medio de una ley de la ciudadanía estadounidense a Elián.

Al mismo tiempo, la familia de Lázaro González, apoyada por la Fundación y otros grupos anticastristas, acudieron a cortes federales para desafiar al INS, con el argumento de que Elián merecía ser escuchado.

Eso originó una batalla legal que fue resuelta el miércoles, cuando la Corte Suprema de Justicia respaldó la decisión del INS, al igual que antes lo hicieron un tribunal de primera instancia en Florida y un tribunal federal de apelaciones en Atlanta.

La tensión política y la saturación informativa alrededor del caso llegaron a su punto culminante en abril, después del primer fallo contra las aspiraciones de Lázaro González, cuando la familia en Miami y grupos anticastristas sugirieron que se resistirían por la fuerza a entregar a Elián a su padre.

Juan Miguel González viajó de Cuba a Washington para reclamar la custodia de su hijo el 6 de abril. La fiscal general de Estados Unidos, Janet Reno, trató en persona de mediar entre la familia en Miami y el padre de Elián, pero fue en vano.

Militantes anticastristas se manifestaron día y noche frente a la casa de Lázaro González, en el barrio Pequeña Habana de Miami, y se convirtieron en centro de atención de los noticieros.

De hecho, la odisea de Elían acaparó hasta mayo más tiempo en los programas informativos estadounidenses que cualquier otro asunto este año, incluidas las campañas presidenciales.

"Ellos exageraron", dijo Smith al referirse a los cubanos anticastristas que respaldaron a Lázaro González.

El momento decisivo fue la filmación de Elián apuntando con su dedo índice a la cámara como si se dirigiera a su padre, realizada por su familia en Miami y difundida por la televisión estadounidense.

El niño dijo entonces varias veces que no volvería a Cuba y le reclamó a su padre que permaneciera con él en Estados Unidos.

La cinta escandalizó a la opinión pública, pues revelaba la intención los familiares de Elián en Miami de poner al niño contra su padre, lo que se sumó a las insinuaciones de que Juan Miguel González era abusivo con el niño e incapaz para criarlo.

Las encuestas revelaban que casi 75 por ciento de los estadounidenses consideraba que el niño debía regresar con su padre.

La madrugada del 22 abril, tres días después de que un tribunal federal de apelaciones respaldara la decisión del tribunal de distrito, 158 agentes federales armados ingresaron a la casa de Lázaro González, rescataron a Elián y lo trasladaron a Washington, donde lo esperaba Juan Miguel González.

La Pequeña Habana estalló en protestas y incidentes violentos, mientras indignados republicanos prometieron investigar la invervención de los agentes. Pero la opinión pública apoyó la operación federal, según las encuestas.

En dos semanas, los republicanos perdieron en el Congreso la votación que exceptúa a alimentos y medicinas del bloqueo a Cuba. Los legisladores "estaban menos temerosos que antes" de la reacción de los poderosos anticastristas radicales, dijo Geoff Thale, analista en la Oficina de Washington para América Latina.

Los congresistas percibieron "de forma muy gráfica su extremismo y se cansaron de ser tomados como rehenes para su servicio", agregó.

Hasta este miércoles, Elián y Juan Miguel González, impedidos de dejar el país por mandato judicial, vivieron retirados con sus familiares e invitados, primero en una hacienda rural cerca de Washington y luego en una gran residencia de la capital.

A diferencia de sus parientes en Miami que con impaciencia utilizaban la televisión para librar su batalla, Juan Miguel González fue inaccesible a la prensa y Elián se mantuvo lejos de las cámaras.

"Estoy enormemente contento de regresar a mi tierra", dijo el padre de Elián en una breve declaración que brindó en el aeropuerto antes de abordar el avión. (FIN/IPS/jl/mj/ip/00

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