ELECCIONES-VENEZUELA: Militares descubren el rito de las urnas

Las elecciones en Venezuela suelen movilizar a decenas de miles de militares encargados de vigilar las urnas, pero en los comicios de este domingo por primera vez tendrán una responsabilidad adicional: votar.

El "Plan República" diseñado para resguardar los comicios comenzó a movilizar este miércoles a 65.000 uniformados, que junto con 30.000 civiles tendrán a su cargo la vigilancia de los centros de votación en las elecciones más traumáticas de la historia reciente venezolana.

Los comicios habían sido convocados para el 28 de mayo, pero debieron ser suspendidos hasta este domingo después de que la evidencia de fallas técnicas obligó al Tribunal Supremo a suspender las elecciones, un hecho sin precedentes en los 42 años de democracia en este país.

Además los electores deberán tomar una cantidad de decisiones fuera de lo común para un proceso electoral venezolano, ya que deberán elegir presidente, parlamentarios, representantes a los parlamentos regionales, gobernadores, legisladores estadales y alcaldes.

En ese escenario, los militares estrenarán el derecho al voto garantizado por la Constitución vigente desde diciembre, que establece que "los o las integrantes de la Fuerza Armada Nacional en situación de actividad tienen derecho al sufragio de conformidad con la ley".

La aprobación de esta medida en medio de un intenso debate político que caracterizó la Venezuela de 1999 fue intensamente defendida por el presidente Hugo Chávez, un militar retirado para quien los uniformados también son ciudadanos que tienen derecho a hacer valer su opinión en las urnas.

No existen cifras definitivas sobre inscripción de los militares en el registro electoral, pero se estima que de unos 120.000 habilitados para ejercer el nuevo derecho habría entre 70.000 y 90.000 que decidieron estrenarse en las urnas.

Pero pese a que pueden ejercer el voto, aún están restringidos otros derechos. La Constitución establece que los militares activos no pueden postularse a cargos populares "ni participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político".

Gran parte del debate sobre la participación de los militares ha orbitado en torno de una supuesta politización de las filas. La oposición cuestiona el papel de Chávez, que visita con frecuencia los cuarteles, mientras comentaristas de prensa han sugerido una "polarización" entre los uniformados.

El voto de los militares se materializa en un momento peculiar para Venezuela, caracterizado por una presencia de uniformados sin precedentes en el actual ciclo democrático iniciado en 1958, cuando fue derrocada la dictadura de Marcos Pérez Jimenez.

Chávez ha incorporado a militares en numerosos cargos públicos normalmente ejercidos por civiles y les ha asignado un papel protagónico en los programas sociales de su gobierno iniciado en febrero de 1999.

El mandatario se presenta como "un soldado", y utiliza uniforme en algunos actos públicos, especialmente en los castrenses.

Pero además en el caso de las elecciones se produce otro hecho inédito: tanto Chávez como su principal retador por la presidencia en los comicios de este domingo, Francisco Arias Cárdenas, proceden del mundo militar, donde ambos alcanzaron el rango de teniente coronel.

Los dos ex oficiales participaron en la conducción de un fallido golpe militar en 1992, que los llevó a la cárcel y precipitó su baja. Su relación fue de colaboración hasta febrero de este año, cuando Arias se distanció públicamente de Chávez y decidió desafiarlo.

Fuera de los dos candidatos presidenciales hay otros 14 militares postulados para el puesto de gobernador, de acuerdo con el diario El Universal. En la Asamblea Constituyente, 18 de los 131 delegados electos habían sido miembros de las fuerzas armadas.

"¿Por qué los militares no pueden votar? ¿Por qué tienen que ser apolíticos?", preguntó Chávez a mediados de julio de 1999, cuando el debate constitucional apenas comenzaba.

Otro factor que ha rondado el estreno electoral de los militares han sido reiterados rumores sobre descontento o incluso sobre supuestas conspiraciones en sus filas, pero hasta ahora no se han podido comprobar.

El ministro de Defensa, Ismael Hurtado, planteó desde el inicio de la actividad electoral la necesidad de respetar a las Fuerza Armada (la denominación en singular fue consagrada por la Constitución) y evitar rumores, asegurando el apego de la institución a la democracia y su respeto al resultado electoral.

Hurtado también ha descartado la politización de los militares venezolanos, y a comienzos de junio consideró que en medio del ambiente electoral hay "especuladores profesionales". (FIN/IPS/lc/mj/ip/00

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